Abusada por mi suegro me hace gritar de placer.
Abusada por mi suegro
Abusada por mi suegro me hace gritar de placer
Anayeli llevaba de novio con Joel desde hacía más de cuatro años. Se habían conocido cuando ella aún estaba en la escuela de secundaria, y ahora ella se encontraba Instituto. Habían pasado unos años, y mientras su novio se graduó en un módulo de formación de instalador eléctrico, ella aún permanecía en el Instituto.
Joel había alcanzado ya los veinticuatro años y se encontraba trabajando. Por el contrario, Anayeli recién había cumplido los dieciocho años y se hallaba en último curso en el Instituto y no tenía claro si cuando terminara ese año iría a la Universidad o realizaría algún grado profesional o intentaría buscar un trabajo.
Su novio la había convencido para ponerse a vivir juntos, habiendo alquilado una casa en el centro de la ciudad y bastante cerca del domicilio de los padres de su novio.
Anayeli era una chica con una buena figura física, pelo castaño, ojos azules, con una cara bastante bonita y muy sensual, de caderas bien moldeadas, más bien delgada, casi plana de vientre, pechos más bien pequeños, y eso sí, unas nalgas tan perfectas que era imposible no fijarse en ellas. Por supuesto ya no era virgen, aunque lo hacía con su novio en la mayor parte de las ocasiones con preservativo, pero, cuando sabía que no estaba en sus días fértiles lo hacían a pelo, ya que su novio decía que disfrutaba más. Ella evitaba no quedarse embarazada antes de tiempo, por ello siempre estaba en peligro constante, ya que a veces Joel se ponía tan excitado que no esperaba ni a colocarse el condón.
Normalmente cuando acudía al Instituto la llevaba Joel en su coche, y luego pasaba a recogerla para almorzar juntos, ya que había una cierta distancia hasta el apartamento donde residían.
Ella se llevaba muy bien con la madre de Joel, una mujer bastante sencilla, de unos cincuenta y cinco años, con la que desde el principio congeniaron bastante bien. Por el contrario, la relación con el ancestro de su novio era bastante tensa. La sola presencia de este le causaba nerviosismo. Roberto, que así se llamaba el padre de su novio, pasaba por ser un hombre que aparentaba bastante serio, algo brusco en sus modales, bastante autoritario hasta el punto de que todos en la casa lo respetaban con cierto temor. Ella sentía que hasta su propio hijo se amilanaba ante su padre.
Ella era una chica muy tranquila, e intentaba no contradecir al padre de su novio, con la finalidad de evitar cualquier problema con el mismo. Aquel hombre, que pasaba por ser un pater de familia bastante serio, había sido captado por Anayeli con miradas hacia su trasero y sus piernas en varias ocasiones. Cierto, que no lo hacía frente a sus familiares, pero no se cortaba cuando se hallaban solos. La joven se sentía que aquellas miradas tenían un cierto componente lujurioso. Pese a la seriedad que aparentaba aquel hombre, ella percibía algo de temor, era como si el padre de su novio la deseaba. Por supuesto, nunca se lo llegó a comentar a su novio.
La realidad es que Roberto, pese a su edad, era un hombre que se conservaba muy bien, con una altura superior a 1.80, más bien delgado y con buena apariencia física. Los ojos azules que poseía habían cautivado a más de una mujer. Su propia pareja le había confesado que su padre tenía fama de haber sido bastante mujeriego, según indicaciones de su madre.
Estando, así las cosas, una noche al llegar a casa, Joel le manifiesta que la empresa lo había enviado a realizar unos trabajos fuera de la ciudad, lo que requería estar ausente durante casi una semana. Joel le comento que había quedado con su padre en que el mismo recogería para llevarla al Instituto y traerla de vuelta a casa. Su padre se encontraba jubilado, ya que había llegado a un acuerdo con su empresa y le habían concedido una jubilación anticipada a los sesenta y dos años, pero garantizándole el sueldo hasta cumplir la edad de jubilación.
-¿Pero Joel?. No era necesario. Puedo coger el bus. ¿Por qué comprometiste a tu padre? le contestó la joven algo molesta. La realidad es que no le apetecía nada que el padre de su pareja la fuera a buscar.
-Es que no me gusta que vayas tan temprano sola, es peligroso. Ya he quedado con él, y me ha dicho que no habrá problema.
Ella no quiso contradecir a su pareja, pero intuyó que iba a resultar un suplico para ella. Así, a mañana siguiente de la marcha de Joel, su suegro la vino a recoger al apartamento. Durante el trayecto se dio cuenta de las continuas miradas que le propinaba aquel a sus muslos, especialmente cuando al sentarse, se le subía un poco la falda. No obstante el progenitor de su pareja, no intentó nada con ella. La joven se confió, pese a saber que aquel hombre no dejaba de mirarla y desearla. Pasaron los tres primeros días y nada ocurrió. Al cuarto día, la chica se levantó bastante lujuriosa. Llevaba varios días sin estar con su novio, y al no tener sexo se encontraba sumamente caliente. Estaba tan excitada y nerviosa, que en una de ella se miró en el espejo y se dijo: “joder Joel,… tenías que estar aquí, necesito un polvo”.
Para colmo, cuando intentó ducharse se dio cuenta de que la llave del grifo de la ducha estaba estropeada. Ella no entendía nada de reparación de fontanería. Maldijo el que su novio no estuviera allí en ese momento, el sí sabría arreglarlo. Solo se pudo lavar un poco en el lavabo ya que estaba a punto de llegar el padre de su novio para llevarla de nuevo al instituto.
Al llegar al instituto, en el momento de destrabar el cinturón de seguridad, la falda que la joven llevaba puesta se trabó dejando al descubierto algunas partes del cuerpo de la joven. El suegro, estuvo atento y no le pasó desapercibido los hermosos muslos que quedaron a la vista, y hasta las propias braguitas rosa que llevaba. Anayeli se puso bastante nerviosa e intentó taparse para evitar la mirada penetrante de Patricio a sus intimidades. Cuando logró destrabar la falda, en un instante su mirada captó el bulto que se había formado en el pantalón del hombre. Sintió un estremecimiento en todo su cuerpo al darse cuenta de que aquel energúmeno se había excitado al contemplar su cuerpo.
Pese a todo, mientras entraba en el Instituto, una vez que se alejó el suegro en el vehículo, notó que la situación la había dejado algo cachonda. Aunque no simpatizaba con el padre de su novio, el que éste hubiera visto sus propias braguitas, consiguió levantar en la joven un morbo especial hasta el punto de que, sin quererlo noto que sus braguitas se habían mojado. Tras acudir al baño y secarse observó la rajita de su coñito, dándose cuenta de que aquella inflamación evidenciaba que estaba caliente. No estuvo muy concentrada durante las clases, e incluso le llamaron la atención en dos ocasiones.
Durante el recreo llamo a su novio y comentó la avería en la ducha. No pudieron hablar mucho ya que estaba entrando en clase y el empezaba de nuevo su trabajo. A mediodía, mientras regresaba en el coche con su suegro, escucho como aquel le preguntaba: – Anayeli, ¿me ha dicho mi hijo que tienes la ducha estropeada? ¿Por qué no me dijiste nada? -.
-Ay Roberto. No sé, …eso es cosa de mi esposo. ¡Cuando él llegue la arreglará!
-¿Cómo? ¿Vas a estar sin ducharte hasta que regrese mi hijo? Aún quedan unos días.
-ya lo sé. Le contesto ella como resignada.
Al pasar cerca de una ferretería, la joven observo como el suegro se detuvo y entró en una ferretería, regresando con un juego de regadera de la bañera. Ella no le dijo nada. Pero, se quedó preocupada. No deseaba por nada del mundo que aquel hombre entrara en su apartamento estando ella sola. Sabía que no iba a ocurrir nada, y que aquel hombre no se atrevería hacerla nada, pero presentía una sensación extraña.
Al llegar, él se bajó también y le dijo: – venga, vamos a arreglar ese grifo.
Ella no dijo nada. Tampoco quería ofender al padre de su novio. Conocía su carácter autoritario y como se ponía cuando le contradecían. Ya dentro, ella dejó su maleta y los libros, y le enseñó el baño. Patricio rápidamente comenzó a sustituir el grifo, y, cuando lo tuvo arreglado, comprobó que salía agua perfectamente.
-bueno ya está arreglado. Ahora puedes ducharte. Te espero fuera por ver si tienes algún problema para solucionarlo.
Como ¿va a esperar fuera? – le contesto ella nerviosa.
-si, yo soy de los que necesito comprobar que las cosas funcionan. No me gusta que digan que soy un chapucero. – le contesto con voz grave, y dando a entender que no se marcharía hasta que ella saliera del baño.
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La chica, bastante nerviosa, se metió en el baño y pasó el pasador y comenzó a ducharse. Tenía a su suegro fuera, esperando a que ella terminara. Se había puesto tan nerviosa, que se había olvidado de buscar la ropa que tenía que cambiarse. De hecho, siempre se duchaba y salía con la toalla puesta. Pero ahora, su suegro estaba fuera, y ella solo poseía la toalla.
Ni siquiera había buscado unas bragas nuevas. Pensó en volver a colocarse la ropa sucia que traía, pero seguro que aquel se enfadaría y le llamaría de todo. Por ello, tras secarse con la toalla, se dijo: -joder se me olvidó traer la ropa. ¿Cómo voy a salir ahora?… no tengo ni bragas.
Estaba nerviosa, y en el fondo toda esa situación la excitó. Llevaba días sin follar, se sentía acalorada, no sabía ni siquiera si estaba ovulando, pero lo cierto es que se notaba caliente. Saber que su suegro la iba a contemplar únicamente con la tolla anudada por encima de sus pechos, fue suficiente morbo para notar que su coño se humedecía. Sumamente nerviosa, abrió la puerta y salió, y como sospechaba, allí estaba su suegro esperándola.
Patricio, al ver salir a su nuera portando una simple toalla por toda indumentaria, instintivamente su mandarria se increpó, emergiendo claramente formando un tremendo bulto en su pantalón. Patricio observó a la joven de arriba abajo. La joven noto el brillo de sus ojos. Era como si pretendiera comerse solo con la mirada. Al momento escucho como le preguntaba: ¿Qué tal? ¿Ha habido algún problema?
-No. claro. Funciona bien… gracias.
Pero el hombre seguía delante de ella. La joven se agitó al verificar como el hombre había bajado su mirada hacia sus piernas, ya que sus muslos dejaban ver más de la cuenta, dado que la toalla era algo corta. Entonces escucho sorprendida que le decía: – Anayeli. Eres una muchacha muy bonita. Mi hijo ha sabido escoger bien.
-gracias, Patricio. Le contesto, con cierto nerviosismo. Joder, el padre de su novio la estaba cortejando.
Pero, su sorpresa fue mayúscula cuando aquel le indica: -“He pensado muchas veces en como serías completamente desnuda”. ¿Seguro que tienes que ser un verdadero bombón? –
¿Como? Pero.. Patricio. ¿Por qué me dice eso? ¡Soy la novia de su hijo!.
-Ya. Pero, yo soy un hombre también. Y, claro está. También tengo mis deseos. Y ahora me apetecería “verte desnudita como Dios te trajo al mundo”. –le espetó el hombre.
-¡¡Pero que dice…!!. Le contesto ella aterrada. ¡Esta loco!…Creo que debe marcharse. ¿Cuándo venga su hijo le comentaré lo que me está diciendo? – le contesto ella entre nerviosa y temerosa.
Patricio, no hizo caso a tal amenaza, y por el contrario se fue acercando hasta ella. Anayeli intentó regresar al baño, pero antes de conseguirlo, el hombre tiró de la toalla que llevaba puesta, logrando arrancársela totalmente, con lo cual la joven quedo completamente desnuda ante el: – oh que hace… no pude…. O voy a gritar, debe salir.
Ella, al encontrarse totalmente en pelotas ante el padre de su novio, intentó huir hacia su dormitorio, pero el hombre rápidamente la siguió y logro interceptar el cierre de la puerta, y, forzando un poco, logró entrar también en el dormitorio. Nada más traspasar la puerta la cerró con pasador.
-pero ¿que pretende hacerme? Le juro que voy a gritar- le dijo ella ahora, completamente asustada.
-¡grita si quieres!. Diré que fuiste tú la que me sedujiste. – le contesto el mismo, acercándose más hasta donde estaba.
Anayeli, pese a estar asustada, en el fondo se encontraba excitada, ya que permanecía como su madre la trajo al mundo, totalmente en pelotas, ante el padre de su novio. Fue retrocediendo hasta tropezar con la cama cayendo sobre la misma de espaldas. El hombre llego hasta ella, se quedó quieto a la altura de la cama, y sin decir palabra, comenzó a soltarse la correa el cinturón dejando que su pantalón cayera al suelo. Anayeli quedo impresionada al contemplar el bulto que formaba el slip, lo que hacía suponer que la tranca de aquel hombre debía ser considerable.
-pero ¿qué hace? ¿Por qué se ha bajado el pantalón? – dijo ella, queriendo aparentar ingenuidad, aunque intuía claramente lo que pretendía el padre se su novio
-¿acaso no quieres ver el regalito que tengo entre mis piernas? le manifiesta aquel sonriendo.
-Por favor no siga. Está loco. No cometa una locura…soy la novia de su hijo. Debe salir de casa.
Vamos preciosa. ¿Sabes que mi mujer apenas hace el amor? Llevo más de dos semanas sin echar un buen polvo. ¡Y tengo las pelotas llenas de leche acumulada! Añadiendo…¿Y sé, tú llevas varios días sin sexo?. ¿seguro que estas bien deseosa? Le dijo el tocándose el slip, mostrándole el bulto.
-Por favor. No siga… además…. No me cuido. Y creo que estoy en mis días fértiles. – le dijo ella asustada, haciendo una confesión, que tenía por objeto recapacitar a Patricio a fin de que desistiera. Pero, no contó con que aquella confesión, lejos de amilanar aquel hombre fue como un acicate más para desear poseer a la joven.
La joven intentó levantarse, pero el hombre la sujetó diciéndole: Tranquila preciosa. Al tocar su cuerpo, el hombre constató cierto calor en el cuerpo de la misma, diciéndole: ¡Ya veo que estas caliente! Eh putita. Y encima llevas varios días sin follar. ¿Seguro que necesitas un buen polvo?
-pero que dice? ¡ni lo intente!
El hombre como si tomara el cuerpo de una muñeca, la tomó en paseo y la volvió a depositar boca arriba sobre la cama. Acto seguido se desprendió del slip que llevaba, dejando al aire sus genitales. La joven abrió los ojos como platos ante la visión que se le mostraba: “un enorme cipote como jamás había visto”.
No daba crédito a lo que veía. El padre de su novio portaba un pene bien largo y bastante grueso, algo rugoso, marcado claramente unas potentes venas, que concedía aquella verga una impresión de un pene descomunal. La joven observó que ya aparecía el glande casi descapullado. ¡Jamás había visto algo semejante! En las pelis porno había visionado algunos penes grandes, pero siempre pensó que las mismas estaba trucadas. Pero, el pene que ahora tenía delante era algo monstruoso. Igualmente, fijo su vista en los grandes testículos que portaba el mismo, a la par de proporcionados que su verga. Valoró que aquelle verga era casi el doble de la de su propio novio.
-oh Dios. ¿Qué me quiere hacer con eso?… Por favor tapase… No se atreva…me hará daño…. ¡Oh dios la tiene enorme!…dijo ella sin poder contenerse. En el fondo, a pesar del miedo que aquella tranca le concedía, su vagina comenzó a dilatarse y mojarse ante la visión de esta.
-Ya veo que te ha gustado putita. “Esta es la polla de un buen macho”. ¡Hoy vas a disfrutar.!- le dijo él terminado de desnudarse completamente, quedando en pelotas ante la joven.
Anayeli se dio cuenta del tremendo cuerpo de su suegro, muy superior al de su hijo. Y, en comparación con el de ella, se dijo para si, que parecía el de un gigante y ella una enana. Pero lo más que sorprendía a la joven era aquellos tremendos atributos masculinos.
Ella intentó bajarse de nuevo de la cama, con la intención de huir, pero el hombre la sujetó por los pies, y tirando de ellos la atrajo hasta él, hasta colocarla muy cerca del borde de la cama. Había tirado de ella como si fuera una muñeca, lo que le demostró el poderío de aquel hombre.
-No déjeme. suélteme… por favor …contesto forcejeando, mientras el hombre, tomando las piernas por los tobillos de la joven, la abrió en forma de tijera. Ahora la joven, sin poder evitarlo, le estaba mostrando al padre de su novio, completamente su desprotegido coño.
Patricio se excito aún más, cuando contempló aquella vagina bien arreglada, con unos vellos bien recortados. La vagina era algo rosada, y noto como al abrirla bien, pudo detectar un poco el pequeño agujero de su raja. El hombre se quedó preocupado, aunque más excitado, al pensar que la raja de aquella joven debía ser bastante estrecha. Dudo que pudiera soportar su potente nabo. Pero ahora, no había llegado hasta allí para volverse atrás. Iba a atravesar el coñito de la novia de su hijo como fuera. Aunque la rompiera.
-Vaya putita. Que buen coño tienes. ¡te voy a clavar como dios manda!
Le abrió bien de piernas, agarrándola luego por sus muslos, abriéndoselos aún más, extendiendo al máximo la tijera, para luego acercar su cara aquel delicioso manjar de coñito joven. Patricio, ni corto ni perezoso, acercó sus labios a la vagina de la chica y comenzó a olerla, aspirando por la nariz el olor a vagina joven y excitada. Se dijo para si “que era olor a coño de mujer en celo”
La acción del hombre, al acercar su nariz y olerle coño a su nuera, excito sobremanera a Anayeli. Antes de que ella pudiera reaccionar, una lengua larga y lujuriosa comenzó a lamer los labios carnosos de su coño, de arriba abajo, para luego pasarla por medio de la raja, y llegar hasta el clítoris. – oh no,…que me hace nooo ooo por favor ooooo no haga eso ooooh
La chica pronto se dio cuenta de que el padre de su novio tenía bastante experiencia en aquello de comer coños, ya que las lamidas que le estaba propiciando, la estaban dejado sin fuerzas para oponerse. Instintivamente la joven comenzó a moverse en la cama, agitándose, mientras el hombre le pegaba un buen repaso a su joven vagina, utilizando su lengua como si fuera una autentica brocha. Oh nooo ooooh
Tras más de diez minutos degustando aquel jugoso coño, Patricio vio recompensado su trabajo, al contemplar como su futura nuera se agitaba sobre la cama, convulsionándose sin parar, mientras el hombre no cesaba de lamer su clítoris. – oh cabron… me vengo oo noo- gritaba la joven. Inconscientemente tomo la cabeza del hombre para tirar de la misma hacia ella, restregando completamente toda su raja en la boca del hombre, en un intento de prolongar su orgasmo. Y al momento, comenzó a correrse con unas ganas jamás conocidas por ella. Nunca se había corrido de esa manera. Su novio tampoco le hacía sexo oral. Se encontraba como en una nube, en otro mundo.
Llena de total lujuria y placer se dejó llevar mientras no paraba de verter sus jugos en la boca de su futuro suegro. Abrió su coño completamente, como queriendo que aquel hombre la restregara su lengua por todo el mismo, de arriba abajo.
Cuando por fin su orgasmo finalizó, se quedó como relajada. La joven miro la cara de Patricio, especialmente la boca de éste, donde aún quedaban restos de su fenomenal corrida. Observar los labios de aquel lleno de sus jugos, la dejó aún más caliente. En el fondo sabía lo que le esperaba. Ahora, deseaba la polla del hombre que le había hecho correrse como una loca; aunque estuviera aterrada de las consecuencias.
Como si él hubiera leído sus pensamientos, Patricio se incorporó y metiéndose entre las piernas de la joven, acercó su enorme falo hasta colocar el prepucio entre los labios abiertos de la cuquita de la nuera.
-Oh es muy grande. ¡Me hará daño”.- le dijo. Aunque quería, sabía que aquel falo la iba a romper por dentro.
-ya has visto como has disfrutado con mi boca. Con mi tranca te haré subir al cielo. Y, sin espera mucho, con un pequeño golpe de riñones le encajó más de la mitad de aquella tranca en el estrecho coñito de la chica. El golpe de riñones fue certero y casi traicionero: – oh no pare…. Me duele … es muy grande.,.ooooo saquelaaa
Patricio se dio cuenta de que había violentado el pequeño agujero de la raja de su nuera. Si su hijo se la había follado antes, pero intuyó que el pene del mismo debía ser bastante menor que el suyo. Las paredes de la vagina de la joven se apretaron al máximo para evitar su avance. Pero, éste no había llegado hasta allí para quedarse a las puertas de aquel joven coño, por lo que sin contemplaciones, levantó más las piernas de la joven doblándolas sobre su propio cuerpo, con lo que el coño de la joven quedó completamente abierto y a su plena disposición. Antes de que protestara, dejó caer parte de su cuerpo sobre ella, con lo que, con su propio peso facilitó que su tranca perforará sin piedad totalmente aquella cueva. Pronto comprobó que sus testículos hicieron con el culo de la chica. ¡la había ensartado completamente!
– oh que dolor nooo sáquela ooooo me rompe ooo
-vamos putita, ya la tienes toda dentro. Ahora vas a disfrutar. ¡Joder, que estrechita eres! Pero tienes ese coño como una caldera…se ve que estas bien caliente, preciosa.
-oog me ha reventado por dentro. Oh no siga..oh que dolor.
El hombre espero un poco, y luego comenzó a bombear aquel coñito, una y otra vez, viendo como la joven pronto cesaba en su presión vaginal, y aquel coñito se tragaba una y otra vez su mandarria hasta la misma base.
-oh me está abriendo mucho… ohhh …como me abre demasiado para ooooh….,.
-¡venga putita es hora de que disfrutes!. “Ahora tienes la polla de un buen macho dentro de ti”. ¡Joder, cabrona “como me estas poniendo”!.
No tardó mucho, y a los pocos instantes, la chica alcanzó otro orgasmo, y al que siguieron otros dos casi unísonos. Patricio se percató de que aquella nena era multiorgásmica. Cuando terminó su tercer orgasmo, se dio cuenta de que la chica estaba entregada.
Miró hacia abajo hacia el encuentro de ambos sexos, y veía como su poderoso pene abría sin para aquella vaginita rosada. Pero, igualmente percibió que estaba por venirse. Sabía que le había dicho que podía estar ovulando, pero ahora mismo, Patricio solo pensaba en disfrutar. Llevaba días sin descargar y necesitaba correrse.
La chica estaba tan agotada, que poco esfuerzo hizo para evitar los tremendos bombeos de la polla de aquel macho. No obstante, se dio perfecta cuenta de cómo el falo del hombre se comenzó a hinchar dentro ella, denotando que estaba a punto de venirse. En ese momento recapacitó e intento evitarlo.
-Oh no lo haga dentro … por favor … me ….
Pero el suegro la sujetó de ambas manos y con decisión la siguió clavando una y otra vez. La joven miro hacia la pared de la habitación y contempló por primera vez en el espejo de la habitación, como se reflejaban sus cuerpos. Era inaudito contemplar aquel potente macho, con un cuerpo casi el doble del de ella, como la tenía dominada y la perforaba con su enorme tranca.
Le miro a la cara y le dijo: -.¿no … pretenderá correrse dentro…? …Me puede dejar embarazara.
-Ya lo se. Pero en el fondo necesitas mi leche. Sé que lo deseas. Me tienes bien arrecho Anayeli.
Casi terminando de hablar notó como la polla de aquel semental comenzaba a escupir abundante semen dentro de su cuquita. Aquel hombre era un auténtico semental, ya que no paraba de lanzar lechada tras lechada dentro de su maltrecho coñito. La sentía tan adentro, que era consciente que los espermatozoides de aquel macho la estaban regando completamente su útero. Jamás su hijo se había corrido de esa manera.
Al sentir el semen caliente invadiendo su vagina, fue suficiente para que la joven volviera a convulsionarse obteniendo un nuevo orgasmo. Aun, así se percató, que la tranca de aquel macho seguía dura y gruesa dentro de ella, y no paraba de lanzar su preciada carga. ¡Joder me va a llenar! – se dijo para sí. No sabría decir cuánto tiempo estuvo deslechandose su suegro dentro de ella, pero sí que, fue tan copiosa su venida, que le inundó el coño. Nunca se había sentido tan llena.
Cuando acabó, el hombre se quedó unos momentos sobre ella, con su dura verga aun dentro de aquel caliente coñito. La joven, quedo como agotada, y apenas podía articular palabra. Su cuerpo estaba como flácido, entregado, desganado. Notaba el falo del hombre dentro de ella totalmente incrustada hasta el fondo. ¡la tenía totalmente atravesada!
Al rato, el hombre decidió salirse de ella. Al instante observó la vagina de la joven, contemplando como los labios de aquella estaba totalmente enrojecidos, y parecía detectarse algunos restos de sangra con los jugos de esta. Su penetración había sido bastante violenta. Por otro lado, un boquete enorme quedó en medio de los labios de la joven, ee fue cerrando poco a poco, mientras brotaba restos de su semen, e incluso algunas gotas de sangre.
Se hecho a un lado en a la cama, junto a la joven, mientras ésta quedaba tendida en la cama, como subconsciente. Roberto se quedó preocupado ya que la chica estaba inconsciente.
-¿ Anayeli?. ¿Qué te ocurre?… contéstame…. ¿ Anayeli.?.
Roberto, pensó que algo grave había ocurrida a la joven y de verdad, esta vez, quedo seriamente preocupada. Pensó en vestirse y llamar al 012. No obstante, al poco tiempo, observó como la joven recuperaba el aliento, abría los ojos y le miraba. Él la sonrió con cara de haber pasado mal trago. ¿estas mejor Anayeli?
La joven volvió de nuevo a la realidad, y tomo consciencia clara de lo que había ocurrido. Observó su coño, mirándose el mismo, observando como sus labios se hallaban como inflamados y enrojecidos. El boquete de su coño aún permanencia. Los restos de semen aún en forma de hilera continuaban descendiendo. Ella le miro y le dijo:
-¿sabe lo que ha hecho?. Ha desgraciado a la mujer de su propio hijo. ¿Cómo se le ha ocurrido venirse dentro? ¡le dije que estaba ovulando! ¿y si me ha embarazado? ¿Cómo de los digo a mi esposo?
-Me tenías bien arrecho preciosa. Verte así desnuda ha sido una tentación muy fuerte. Superior a mis fuerzas. Pero ¡tampoco me arrepiento de haberte follado.
Ella, se quedó como adormilada sobre la cama un buen rato recuperándose. Roberto, se colocó detrás de la joven, la abrazó un poco e igualmente se quedó adherido a su cuerpo, ambos totalmente desnudos.
Algo más tarde la joven se levantó, viendo que se encontraba algo mejor, le miro y le dijo: todavía sigue aquí. Ya es hora de que se vista y salga de mi casa.
Roberto, se incorporó y se fue primero al baño a asearse un poco. Luego regresó a la cama, completamente desnudo. La joven sin poder evitarlo miro el tremendo cuerpo de su suegro y admiró al mismo. Se fijó de nuevo en sus genitales, y se dio cuenta de que, aun estando flácidos, aquel falo era de unas dimensiones colosales. Resultaba imposible que aquella enorme tranca hubiera entrado en su estrecho conejito.
Lo continuó observando mientras se terminaba de vestir, al tiempo que ella continuaba desnuda sobre la cama. Antes de marcharse, el la observa y le dice: ¡bueno preciosa! has estado fenomenal. ¡Mi hijo ha sabido elegir bien!
-ande márchese ya. Le contestó ella, mientras intentaba abrigarse.
Tras abandonar el padre de su novio la casa, Anayeli marchó hacia el baño con la intención de ducharse. Al intentar caminar, notó que le costaba hacerlo. Aún le dolí bastante su chochito. Los labios de su coño seguían bastante inflamados debidos a las penetraciones de aquel macho. Con cierta dificultad pudo llegar a la bañera. Una vez dentro de relajó con el agua caliente. Tenía sentimientos encontrados, por un lado, se sentía ultrajada por su suegro, pero por otra, era consciente de que jamás disfrutaría con su novio como lo había hecho con el padre de este.
Al día siguiente, cuando se levantó de la cama se percató de que aún continuaba con dificultades para caminar bien. Aún le dolía su conejito, y tuvo que echarse un poco de crema hidratante para bajar la inflamación de su labios vaginales. Al rato, tras desayunar suena el portero de la casa. Era su suegro que venía de nuevo a buscarla. Pensó en no salir. Sin embargo, después de pensarlo mejor se dijo que no quería que su marido pudiera enterarse que no fue al instituto, por lo que decidió acudir a clase.
Al ver salir a la mujer de su hijo, al momento Patricio se percató de que a Anayeli le constaba caminar un poco. Tras entrar en el coche, aquella no le habló en todo el camino, pese a que aquel no dejo de intentarlo. Transcurrida toda la mañana, en el recreo recibió la llamada de su novio. Muy alegre pensó que aquel le llamaba para decirle que estaba regresando del viaje.
Tras la conversar con el mismo se quedó paralizada. Su novio le había referido que el viaje de regreso se iba a dilatar unos días más. Ella protesto claramente, enfrentándose por teléfono con el mismo, y cortando, casi enfadadamente.
Ya de nuevo en clase, se notaba seriamente enfadada con su novio. La había dejado acá y encima, tenía que soportar al padre de este. Por supuesto no le comentó nada respecto a lo ocurrido con su suegro, pero estuvo tentada de decírselo en plan de reproche.
A la hora del almuerzo, como de costumbre el suegro la estaba esperando a la salida del Instituto para llevarla de nuevo de regreso. Entro en el coche y no le dijo nada. Pero él volvió a insistir, añadiendo: ¿te apetece comer por ahí?…..¿había pensado en invitarte a comer en un restaurante?
Ella le miró por primera vez a la cara. No le contesto inicialmente. Estaba enfadada con aquel hombre que la había forzado, pero también estaba enojada con su novio. Se sentía sola, y en ese momento sin muchas ganas de nada. Por ello, cuando estaban cerca de la casa, en un arrebato lo pensó mejor y le pregunto: ¿Dónde pensabas llevarme a comer?
-Conozco un restaurante bastante bueno. Ya verás que te gustará.
Ella quedó impresionada con el restaurante al que entraron, ya que era de auténtico lujo. Anayeli no estaba acostumbrada a comer en lugares tan refinados y la realidad se sentía como una reina. Se sentó, y observando tanto camarero a su lado para atenderla, decidió aprovechar la ocasión, puesto que pagaba el suegro. No tuvo reparo en solicitar toda clase de manjares que le vino a la mente. Era como si quisiera fastidiar el suegro en su bolsillo por la que la había hecho.
Durante la comida, a instancias de ella, Roberto solicito un vino de gran calidad, terminando con una botella de “Gran Pernignon”, que pronto se subió bastante a la cabeza de la joven, no acostumbrada a vino de tanta calidad y graduación, y menos al champan. Anayeli comenzó a mostrarse más alegre, y no dejaba de tomar una copa tras otra. Tal fue su exceso, que al levantarse se dio cuenta que le costaba hacerlo, por lo que precisó la ayuda de Roberto para salir del Restaurante.
En el coche, Roberto constato que su nuera estaba bastante alegre y que la bebida había hecho bastante efecto. Tal es así, que la joven apenas mostro interés por tapar sus intimidades una vez en el vehículo, dejando a la vista parte de sus intimidades cuando la falda llevaba puesta se le subía más de la cuenta en el asiento. Se sentaba en el asiento de forma casi despatarrada dejando que su suegro viera las bragas que llevaba puestas.
¿Te has gustado Anayeli?, le preguntó él, sin quitar ojo tampoco de la exhibición que le mostraba la novia de su hijo.
En uno de los momentos, pese a su estado, ella captó la mirada de su futuro suegro y le dijo: joder suegro ha sido una pasada. “Seguro que te ha costado una pasta”. Pero….¿creo que he tomado más de la cuenta?… “tengo la cabeza como un tambor”.
El vino estaba bastante bueno. Por el precio no de preocupes. Lo importante es que lo hayas pasado bien.
Ella, pese a estar en ese estado de ebriedad, le miro y le pregunto: ¿no me habrás emborrachado para aprovecharte de mí de nuevo?
Patricio, le sonríe y le dice: -claro que no. Pero ¿no me des ideas? ¡Sabes que no me importaría clavarte nuevamente!
La joven le mira, y le contesta: ¡eres un cabrón! Ayer me dejaste el coño bien abierto. …Casi me cuesta caminar…… ¡aún lo tengo inflamado. …..¡¡Te aprovechaste de mi ¡!. Cuando tu hijo vuelva se las verá contigo.
-Mi hijo no tiene por qué enterarse de esto. ¡Sabes que en el fondo te gusto! “Eres una buen hembra”. Lo siento por mi hijo, pero tu necesitas tener un macho como yo, alguien que te culee bien. Le dijo con total descaro.
En el fondo, aquella forma de hablar del hombre la excitaba. Pese a su estado, la joven dirigió su mano hacia donde sabía que se encontraban los genitales del hombre, palpando el pantalón hasta que detectó claramente el pene de este, constatando que se encontraba nuevamente empalmado. Sorprendida exclama: – oh ¡que cabrón eres suegro!. ¡estas empalmado! ¿no pretenderás metérmela otra vez? ¡que hijo puta eres! ¡No volverás hacerlo!
Él no le respondió, sino que al llegar al edificio donde se ubicaba el apartamento, estacionó el auto, y verificando que no hubiera moros en la costa, ayudó a subir a la misma hasta la zona donde se hallaban los ascensores. Una vez allí, la tuvo que sujetar para que no se cayera. Tras abrir la puerta del apartamento, la tomo en brazos levantándola en alto como una muñeca, y la llevó hasta la cama depositándola sobre la misma. Ella sorprendida de la tremenda fuerza y corpulencia del hombre, lo tomo al mismo pasando los brazos por el cuello.
La joven, con ciertos grados de alcohol, se mostró satisfecha de que aquel tremendo hombre la tomara en brazos como una chiquilla. Sentir la corpulencia de los bíceps de Roberto la termino por volver a humedecer su braga. Pese a su estado, sabía que aquel hombre está decidido a penetrarla de nuevo. Debía impedirlo a toda costa. Recordó que, aún seguía caliente y que posiblemente estuviera en su mejor época fértil.
Pese a esos pensamiento, al depositarla sobre la cama, recordó lo ocurrido el día anterior, por lo que su mirada se dirigió al bulto del pantalón de aquel tremendo semental.
-Oh …no pretenderás? Exclamo al ver como el padre de su novio, sin comentarle nada, se volvía a desprenderse de los pantalones, saltando a la vista el tremendo bulto de su slip.
Él no le contesto, se limitó a desprenderse de su camisa, y luego se bajó completamente el slip, quedando nuevamente en pelotas ante aquella joven. Inmediatamente los ojos de la joven se fijaron en el vástago que tenía aquel macho entre sus piernas, que se mostraba nuevamente “erecto” y enfilado hacia arriba como un auténtico mástil.
-Oh Roberto. ¿Nuevamente no? Aun me duele mi coñito. Me harás daño. Oh noo- respondió al sentir como el hombre la tomada por sus muslos, y pronto alcanzaba la braguita que llevaba puestas, para con decisión, tirar de las mismas y volver a sacárselas por sus piernas pese a su oposición. Al momento la joven quedó desnuda de medio abajo.
-Oh cabron no me desnudes de nuevo. Te voy a matar. déjame…sal de mi casa…
-No te resistas tu putita. ¿Has visto como la tengo? Pues la vas a recibir en tu cochino nuevamente. Eres una buena putita y me has puesto bien caliente, le dijo, mostrándole su cipote, y añadiendo: ¿seguro que mi hijo no tiene una como esta? ¿me equivoco? – le pregunto.
Anayeli sumamente excitada, y aunque con voz entrecortada por la bebida, le contesto: oh Joder ¡creo que la tienes mayor que ayer! Luego añade: el hijo puta de tu hijo debía estar aquí ahora para fuera él el que me follara y no tu.
-ya. “Pero tu necesitas una tranca como ésta”. ¿haber dime como la tiene mi hijo? – le pregunta el pendenciero como para instugarla.
La chica excitada con la conversación, con la cara enrojecida, le hizo con las dos manos la de la medida del pene de su novio, lo que suponía la mitad de la que estaba viendo ahora. Y añadió, casi inocentemente: “la tuya es mucha más gorda”. …joder no me metas eso otra vez. ¿has visto como me dejaste el coñito? ¡¡lo tengo todo inflamado!
Y la joven, inocente o morbosamente, le mostró al semental su vagina, abriéndose de piernas ante él y dejando que el macho constara el enrojecimiento de los labios del coño.
La visión de nuevo de aquel joven conejito, que ahora se abría como una autentica en flor ante su vista, terminó de excitar a Roberto, que, tomando el cipote entre sus manos, se colocó entre las piernas de la joven y lo acercó hasta rozar los labios del coño de la misma: oh no… otra vez no…
Pero antes de que dijera nada, el hombre logró clavarle casi más de la mitad de su poderoso nabo: oh que dolor oooo sáquela ooo
Tras unos momentos, Roberto tomó a la joven por su nalgas y la levantó en peso alzándola en el aire, con gran facilidad y casi sin esfuerzo alguno, haciéndolo aún con su nabo dentro de la cuquita de la joven. Esta se quedó enardecida al contemplar como la elevaba en alto, como si fuera una autentica muñeca. El hombre la tomaba las pequeñas nalgas de la novia de su hijo con sus grandes manos atrayéndola hacia su cuerpo, para clavarle una y otra vez su nabo. La joven en esa posición quedo completamente a merced de aquel semental, quien a la vez que la izaba en alto, la hacía abrir bien sus piernas, para poder alojarle mejor su tranca dentro de su cuchita.. Oh cabron oh me la has metido toda. ooo me vas…. oooo
Roberto, en esas posición, con la joven en sus brazos, teniendo siempre clavado su cipote en el cochito de aquella, la llevó caminando por la habitación hasta colocarla al lado del espejo que se encontraba en el dormitorio. Al contemplarse la joven, reflejados sus cuerpos en el espejo, quedo agitada al comprobar como su pequeño cuerpo era izado en alto en los brazos de aquel gigante, mientras la bombearla una y otra vez. Sentía las tremendas manazas del semental tomando sus nalguitas para impulsarla hacia delante y hacia atrás. La visión de la escena la terminó de excitar, y ante sin poder contenerse, mientras sufría las penetraciones profundas del padre de su novio que alcanzaban en varias ocasiones su cerviz, motivo que se viniera en el primer orgasmo de la tarde.
Oh cabron ooo me vengo oooo
Pero Roberto, no se detuvo, la continúo follando con el mismo ímpetu. Su cipote entraba y salía del joven coño de la novia de su hijo con gran maestría y con tremenda facilidad, abriendo sin parar aquella vagina cada vez que su pene se introducía en ella.
La joven por su parte se vio obligada a echarle los brazos al cuello para agarrarse al mismo, y así mantener el equilibrio mientras era penetrada casi salvajemente por el padre de su novio. Se notaba totalmente abierta y a plena disposición del enorme pene de aquel hombre, que ahora la follaba con gran facilidad y constancia. A esas alturas no sabía si le dolía el coño o no, solo que la constancia de aquellas penetraciones era tal, que parecía que le entraba entrando un pistón ardiendo dentro de su vagina.
-Oh para. ooo, me vas a reventar … ohhh no puedo más….le dijo casi agotada mientas observaba como pese a todo alcanzaba su segundo orgasmo en aquella posición. ¡era inaudito!
-Te tengo bien clavada putita. Te estas corriendo como una autentica puta. Ya sabía yo que estabas nuevamente necesitada.
-Oh me vengo ooo otra vez noooo. Lo decía al tiempo que miraba al espejo, ya que le encantaba contemplarse y ver como era follada por aquel semental, observando como la tenía tomada en peso como si fuera una autentica pigmea. Contemplaba como el tremendo vástago de Roberto entraba y salía de su vagina una y otra vez. Observar la enormidad de aquel pene, y que pudiera caber dentro de su pequeña vagina, era algo casi impensable, y eso más estremecía a la joven.
En ese momento recordó el pene de su novio, y comprendió que jamás el hijo podría igualar a su padre. Tras los dos primeros orgasmos, parecía que los efectos del alcohol habían desaparecido. Ella miro a la cara al padre de su novio, y le dijo: -oh cabron vas a terminar reventándome. Pero excitada, volvió a decirle, dame más cabron, haz que me vuelva a correr .. vamos …dame mas ooooo siiii
Aquello igualmente enceló al hombre, que arremetió con todas su fuerzas, manteniendo siempre izada en alto a la joven, y clavando una y otra vez el chochito de la chica. Las gotas de sudor comenzaron a manar por todo el cuerpo y rostro del hombre. La visión de los sudores del hombre hizo que Anayeli, alcanzara por tercer vez en esa tarde, un nuevo orgasmo. El falo del hombre abría de tal modo su coñito que las inflamaciones de los labios vaginales estaban tan enrojecidas que parecía que iba a brotar sangre de un momento a otro. La chica no pudo más y casi se desvaneció apoyándose como pudo en el cuerpo del hombre. Ese tercer orgasmo la termino por agotar totalmente.
Roberto entonces, la llevó hasta la cama, la depositó sobre ella, extrayendo del coño de la joven su potente nabo. Observó excitado como había quedado la vagina de la joven: aquella estaba totalmente abierta y un hueco enorme mostraba el lugar por donde su poderosa herramienta había horadado una y otra vez aquella hermosa cueva. No obstante, contemplar los labios vaginales casi ensangrentados, le dejó algo preocupado.
Viendo que la joven no podía más, la dejó que se recuperara, echándose a su lado en la cama. Y así estuvieron por tiempo de casi veinte minutos. Roberto fue a la cocina y extrajo de la nevera una bebida reconstituyente, y se la dio a beber.
La joven se recuperó un poco y le dijo: – Oh Roberto. Me has abierto como nunca. ¡Mira como has dejado mi coño!.
Luego dirigió su mirada hacia el pene del hombre y al observa como aquel cipote volvía a estar en plena forma, exclamó casi alarmada: -oh.. otra vez estas así. ¿Joder, NO se cansa?
El hombre la tomo por la cara y sin que ella se opusiera la beso ardientemente en la boca por primera vez. Tras lo cual le dijo: -¿verdad que te gusta mi polla?… ¡sé que te gusta verla así de grande! ¿te gustan grandes verdad?
-Oh Roberto. Pero…exclamo mirando de nuevo aquel cipote ¿no pretenderás metérmela otra vez?
El la volvió a besar y llevando una de las manitas de la joven a su tranca, y luego a sus testículos, le dijo; ¿has visto como los tengo?¡Están bien llenos! Tengo que descargarlos.
La joven se sobresaltó, respondiéndole: – ¿quieres volver a correrte dentro? ¡sabes que eso no puede ser!. Te dije que estoy ovulando casi con toda seguridad. Añadiendo: si lo hace nuevamente, seguro que me vas a dejar embarazada.
-¿De verdad estas ovulando Anayeli?. Por eso te noto tan caliente. Le preguntó Roberto.
La joven toma la cara del hombre con su mano y mirándole fijamente le pregunta: ¿es eso lo que quieres? ¿quieres preñar a la mujer de tu hijo?
El hombre ante semejante pregunta, morbosamente le contesta: -Joder Anayeli. ¡No me importará dejarte preñada! De todas formas, todo quedaría en casa.
-¡¡que cabron eres! No solo me has obligado a serle infiel a tu hijo, “sino que encima quieres preñar a su novia”.
Roberto sin contestarle, tomó a la joven con gran facilidad y la puso esta vez en cuatro al borde de la cama, en posición de perrito. Luego, procedió a colocarse detrás de ella, al tiempo que su mirada se concentra en el coño aún abierto de la joven, con los labios vaginales completamente inflamados. Aunque le preocupaba la inflamación de aquellos labios, necesitaba clavarla y correrse dentro como fuera. Por ello, tras menearse un poco con su mano derecha, al tiempo que la otra mano era depositada en el trasero de la joven para obligarla abrir un poco su ano y su coñito, acerca su verga hasta la enrojecida raja y sin contemplaciones de la deja ir toda hasta que sus testículos chocaron con las nalgas de la joven.
-ohhh por favor … despacio oooo
-calla putita. Jode que buen coño tienes Anayeli. Te lo voy a dejar como un colador. Uh, nena tienes un culito que me dan ganas de clavarte por ahí también. Pero eso será otro día.
Y sin más, el hombre comenzó a penetrar nuevamente a la joven, observando como en la posición en la que tenía su poderoso nabo llegaba hasta el mismo fondo de la vagina. Una y otra vez, sus grandes testículos golpeaban con las nalgas de aquella, evidenciando que el pene del mismo se alojaba en lo más profundo del coño de Anayeli.
-Oh Roberto … no más… oo me va a destrozar oooo
La joven notaba como aquel semental la estaba atravesando al máximo, ya que percibía como el glande del enorme falo llegaba en alguna de aquellas penetraciones hasta cerca de su útero, y chocaba una y otra vez con el mismo.
El espejo, continuaba reflejando aquella singular escena, resaltando las grandes dimensiones del cuerpo del hombre, que, al lado del cuerpo de la joven, aparentaba ser una simple pigmea a su lado. Es más cuando el hombre, en algunas ocasiones extraía la totalidad de su falo, para luego volver a enterrarlo profundamente en la joven, ponía de manifiesto las dimensiones colosales de éste.
Aquella escena, excito sobremanera a Roberto, que pronto vio como su venida era inminente. El caliente y espeso semen de este, emergía imparable buscando una salida. Ello ocasionó que, su nabo se ensanchara más, constatando ese engrosamiento la joven dentro de su propia vagina, por lo que intuyó igualmente que la eyaculación masculina era inminente.
Anayeli se estremeció al saber que iba a recibir de nuevo toda la leche del padre de su novio, sabiendo que nada podía hacer para evitar ser llenada por aquel. La envergadura del cuerpo de Roberto impedía cualquier movimiento evasivo, ya que la tenía bien sujeta por su cintura y nalgas, mientras la penetraba una y otra vez.
No tardó mucho, e instantes después, la joven sentía como las primeras lechadas invadían su coño. -oh cabron lo estás haciendo oh joder ….
Roberto, totalmente excitado al saber que se estaba viniendo dentro de su joven y futura nuera, con posibilidades de dejarla embarazada, apretó al máximo, enterrando su tranca totalmente dentro la vagina de la joven, y continuó vertiendo su semen dentro de la misma. Evidentemente esa venida se estaba realizando muy cerca del útero de la joven, por lo que las posibilidades de que sus ovarios resultaron fecundados eran más que probables. Por otro lado, los espermatozoides de aquel macho debían continuar siendo bastante vigorosos por la gran cantidad que poseía.
Cuando acabó de venir, el hombre sacó su cipote del coñito de la joven, babeando aún y con restos de semen en la punta. Se notaba satisfecho. Su corrida había sido bien copiosa.
La joven inmediatamente se echó sobre la cama, y dirigió su mirada hacia su vagina, exclamando: ¡desgraciado! Lo has hecho. ¡Me has llenado completamente! … Te dije que no lo hicieras.
El la miró a la cara y acercándose casi cerca de su boca le susurro: Joder nena. Estas tan buena, que resulta imposible no correrse dentro de ti. Si por mi fuera te estaría follando noche y día.
Anayeli se levantó, tomo sus bragas y marcho al aseo para lavarse sus partes. Mientras se aseaba, constataba la gran inflamación de su vagina, y los restos de semen que aún brotaban de su chochito. Se notaba dolorida, y hasta le costaba sentarse sobre el Bidet para lavarse. Aquel semental la había abierto demasiado, especialmente su entrepierna. Cuando se terminó de secar, se dio cuenta que de nuevo volvió a brotar unas gotas de semen, lo que la llevó a tener que volver a lavarse de nuevo. En ese momento comprendió que la corrida de aquel hombre había sido tan generosa que su coñito había quedado completamente saciado.
Cuando termino, regreso a la cama, comprobando que Roberto se había vestido, y se disponía a marcharse. Antes de retirarse, aquel se le acerca y la toma en brazos de nuevo, izándola en alto mientras le decia: -Bueno preciosa, hasta mañana. Si me necesitas antes Llámame y acudiré solicito.
Ella le miro a la cara, y le contesta: ¿Y para qué quieres que te necesite?
Roberto le sonríe y le dice: ¿quién sabe? ¿A lo mejor te quedaste con ganas?
Ella no puede aguantar la risa y le dice: – joder suegro no piensa sino en follar. ¿es que se cansa nunca?
-ja ja. contigo creo que nunca.
Luego la depositó en el piso y marcho.
Mientras el hombre se retiraba, la joven se quedó pensando en todo lo ocurrido. El tonto de su novio encima se iba a retrasar unos días más. Era consciente de que el padre de su novio tenía el firme propósito de volver a cogerla al día siguiente. Pese a que tenía su cochito dolorido, en el fondo de su corazón, comenzaba a agradarle sentirse deseada y satisfecha por aquel autentico semental.
Se miro en el espejo, y se palpó su barriga diciendo: “ese macho me ha echado tanta leche dentro que seguro que no me escapo de un embarazo. Y “el pobre de su hijo intentando evitarlo”.
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