Cogiendo a la prima de mi esposa esposo infiel.
Cogiendo a la prima de mi esposa esposo infiel
Cogiendo a la prima de mi esposa esposo infiel
Miguel tras terminar su carrera de Licenciado en Biología había conocido a una muchacha, hija de unos descendientes emigrantes a Venezuela, a la que conoció durante una estancia de esta en Cádiz, donde el mismo residía y había nacido. Tras unos dos años conociéndose por cartas y algunas llamadas telefónicas, al final decidieron contraer matrimonio.
La joven llamaba Maribel se vino a vivir con Miguel a Cádiz en una vivienda que éste había alquilado muy cerca de la costa. Los padres de aquella, quedaron residiendo en Miami junto con otra hermana de la misma, ya que allí tenían su empresa.
Los primeros años de matrimonio fueron bastante normales, habiendo nacido el primer hijo, y logrando Miguel asentarse económicamente al comenzar a trabajar en una empresa internacional, con lo que lograron adquirir en propiedad la casa que tenían alquilada, así como un terreno colindante a la misma, que les servía de despojo.
Por ese tiempo, su mujer le comentó, algo enojada, que sus padres habían invitado a pasar en la casa de los mismos a una prima suya, hija de un hermano de su padre. Por lo que Miguel sabía, la madre de su esposa mantenía ciertas diferencias con la familia de su esposo, y apenas se hablaban.
-No pasa nada Maribel. Total, serán unos días. ¡A fin de cuentas es tu prima! – le contestó Miguel ante el enfado de su mujer.
-Pero mi padre sabe que no mantengo buenas migas con la misma, y ¡encima se atreve a invitarla a mi propia casa! Ya le he dicho que no quería que viniera, pero por lo que parece, la misma tiene el pasaje sacado y vendrá la próxima semana. – le contesto ella bastante enojada.
-Venga no te preocupes. Tampoco vas a hacerle ese feo a tu padre.
Maribel también lo pensó, y al final a regañadientes se vio obligada a acoger en casa a su prima. No obstante, había prometido a su esposo que el contacto con la misma iba a ser el mínimo posible. No obstante, Miguel le indicó que no se preocupara que, si ella no quería, sería el mismo el que la iría a buscar al aeropuerto.
Llegado el día Miguel se dirigió al aeropuerto ya que su esposa se negó acompañarlo, y tras llevar un pequeño cartel con el nombre de la prima de su mujer, se la quedó esperando a la salida del aeropuerto. Le había indicado su esposa que se llamaba Yazmina. Tras un rato esperando, pronto alguien la dice a su lado:- Hola soy Yazmina. ¿Tú eres Miguel?
-Si. Hola no te había visto llegar- le contestó el mismo.
No obstante, Miguel se quedó sorprendido, ya que la prima de su mujer tenía una figura de escándalo y una cara que al mismo le pareció angelical. Su mujer no le había hablado nada de cómo era, pero estaba contemplando ante sí a una joven con un cuerpo delgado, un poco más alta que su esposa, con unos ojos azules preciosos, y algo pelirroja. La misma no debía tener más de veinte años. Miguel, algo estupefacto, se percató que aquella tenía unos senos voluminosos que saltaban a la vista, los cuales perfectamente podía distinguir ya que, la joven portaba una blusa algo descotada, donde se apreciaban perfectamente casi la mitad de sus pechos.
La prima de su mujer se dio cuenta de la sorpresa de Miguel, y se sonrojó un poco por la forma en la que la miraba. No obstante, el hombre se recompuso de su sorpresa y le pregunto: -¿qué tal el viaje?- Al tiempo que recogía sus maletas para dirigirse al vehículo que había dejado estacionado en el parking.
-Pues se me hizo bastante largo. Son muchas horas de vuelo. Vengo bastante cansada. ¿No vino Maribel?
-No, se quedó con el niño. Ya sabes, a veces los críos se ponen impertinentes. – le contesto para no decirle la verdad, aunque sabía que ella lo percibía.
Mientras la joven caminaba delante de él, se quedó observando el trasero de aquella preciosidad, y alabó los buenos glúteos de la muchacha. Se dijo: ¡realmente la prima de mi esposa es toda una buena hembra! Ya en el coche, le pareció algo coqueta, y estuvieron hablando de la familia, etc y tras media hora de viaje llegaron a la casa.
La esposa de Miguel recibió bastante fría a su prima, aunque intentó ser algo amable. Tras señalarle una de las habitaciones libres de la casa, la misma se duchó y se pasó gran parte de la tarde durmiendo, hasta la hora de la cena, en que, tras la misma, y ver un poco la tv, se fueron todos a dormir.
Miguel en la noche quedó pensando en la joven prima de su esposa. Su mujer era poco ardiente sexualmente, casi lo justo. Sin embargo, él, desde su época juvenil era un depredador sexual, y aunque se contenía, no dejaba de masturbarse, hasta dos veces en el mismo día. Incluso ahora casado, el seguía necesitando más, por lo que con frecuencia recurría a las revistas porno e internet en pequeño despacho que tenía en casa, a escondidas, para relajarse. Se dio cuenta, que la presencia de aquella joven en su propia casa, pese a la oposición de su esposa, le iba a resultar sumamente gratificante.
La primera semana, Yazmina salió algunas veces con su mujer a comprar, y algunos días fueron los tres y su hijo a almorzar. Pero, en ciertas ocasiones era la propia joven la que tenía que salir sola a la calle, haciendo el trayecto en autobús, ya que Maribel intentaba evitarla a toda costa.
Miguel tuvo que acudir a una conferencia a Sevilla, y el mismo le indicó si quería visitar la ciudad, y por la tarde cuando el regresara, la recogería de vuelta. Yazmina aceptó encantada, pese a que su esposa, en cuanto lo supo le echo una regañina: – Pero Maribel no seas así. No puedes dejar encerrada aquí a tu prima. Lo menos que podemos hacer es tratar de que vea algo. ¡se lo debes a tu padre!
-Pues conmigo que no cuente. – le contesto ella casi encolerizada. – ¡serás tú el que la saque! No tenía que haber venido.
Tras acordarlo, al día siguiente marcharon hasta Sevilla. La joven iba vestida con una falda bastante corta, hasta el punto de que en el coche Miguel pudo contemplar claramente sus muslos morenos, y hasta se quedó preocupado, ya que si aquella se descuidaba iba a poder mostrarle hasta sus braguitas. Aunque inicialmente había entrado al coche con una prenda de abrigo, ya en el coche, al retirársela indicando calor, Miguel quedó maravillado al contemplar que llevaba una blusa bastante provocativa, que dejaba entrever hasta la ranura de sus pechos. La realidad es que tuvo que hacer grandes esfuerzos para ocultar su erección, ante la visión del cuerpo de la prima de su esposa.
Ya en Sevilla, la dejó en el centro indicándole algunos lugares de interés. El logró terminar pronto la conferencia, es más, no espero al final de aquella, ni a las despedidas, y sobre las tres de la tarde quedó libre. La llamó y en su compañía dieron un par de vueltas por la ciudad. La chica se mostraba bastante agradecida y alegre.
Yazmina, no era tonta, y se fue dando cuenta de las miradas que le propinaba el marido de su prima. Miguel pese a su edad de casi 35 años, era todavía un hombre joven, más bien delgado, pero que se cuidaba bastante y acudía al gimnasio con regularidad. También era un joven bastante apuesto, ese extremo tampoco pasó desapercibido para la joven, quien además se percató en varias ocasiones del abultamiento de la entrepierna de este.
Yazmina, pese a su edad, ya había tenido relaciones sexuales con algunos jóvenes de su tierra.
En la tarde, regresaron, entrando a la casa bastante contenta, lo que motivó que la esposa de Miguel le pusiera una cara de enfado, que le duro algunos días. Tal es así que, aquella se negó hacer el débito conyugal con su esposo durante bastante días. Pero, Miguel, no obstante, hizo caso omiso a la misma y continuó atendiendo a la joven en cuanto podía.
Cuando estaban a mitad de las vacaciones, una noche, Miguel logró por fin convencer a su esposa para hacerle el amor. Se encontraban en su dormitorio sobre las doce de la noche, y Maribel montaba a su marido completamente desnuda. Miguel estaba de espaldas en la cama, mientras su mujer le cabalgaba. En un momento dado, el hombre se percata de que eran observados.
Con cierto nerviosismo, observó que la puerta de su habitación estaba algo entreabierta, ya que parecía haberse abierto, como ocurría en algunas ocasiones por una corriente de aire. Prestó un poco de atención, pero disimuladamente, y localizó figura inconfundible de la prima de su esposa, que los espiaba.
Miguel, en modo alguno quiso decir nada a su esposa, y además se hizo que no se había dado cuenta. Pero, al sentirse observado por la joven, su instinto depredador entró en juego, y excitado comenzó a follar a su esposa con énfasis. En algunas ocasiones, aprovechó para sacar el pene de la vagina de su esposa, con la finalidad de que la joven pudiera contemplar el mismo. La madre naturaleza le había provisto de un pene de unas dimensiones algo superior a la media, bastante largo, grueso, con una potentes venas que destacaban en todo su recorrido, y con unos testículos igualmente proporcionados.
-pero ¿qué te pasa esta noche?… joder como estas… me vas a destrozar ooo- exclamaba Maribel, al contemplar la forma en que le estaba follando esa noche su esposo.
La joven Yazmina, que llevaba casi un mes sin sexo, quedó impresionada al contemplar los genitales del esposo de su prima. Ella, había visto unos cuantos penes, de los jóvenes de su tierra, pero nada parecido a lo que tenía ante sus ojos. Aquello la excito sobremanera, hasta el punto de que en su cama se masturbó con gran pasión.
Miguel por su parte quedó pensando en lo ocurrido. Al día siguiente, observó que Yazmina, instintivamente había dirigido una mirada hacia la bragueta de su pantalón. Se dio cuenta que la chica se había excitado al contemplar la escena en la noche. Miguel nunca había sido infiel a su esposa, pero la presencia de aquella joven tan apuesta en su casa, era una golosina bastante difícil de rechazar.
Para colmo, otro día en que invitó a la joven a visitar la ciudad de Córdoba, llevaba puesta nuevamente una falda bastante corta, y aunque, inicialmente no se percató, debajo de la chaqueta que llevaba, solo portaba una blusa sumamente escotada, que al retirarse la chaqueta, Miguel pudo contemplar que en cuanto ella se agachaba un poco mirando hacia él, dejaba a la vista los hermosos y voluminosos pechos de la joven, los cuales parecía que se le iban a salir del sostén. Seguro que, si su mujer la llega a ver con esa prenda, le hubiera reprendido, y le hubiera insultado.
-¿hace bastante calor en esta ciudad verdad? le dijo ella como justificando su vestimenta al darse cuenta de las miradas del hombre a sus pechos.
-es una de las ciudades más calientes de España- le contesto el.
Mientras el realizaba unas gestiones, ella visitó un poco la ciudad, quedando en que a mediodía irían a almorzar. Cuando por fin quedó libre a mediodía, observó que la misma se encontraba algo sofocada por el intenso calor, almorzaron, y ella no dejaba de agacharse cuando podía para que el marido de su prima pudiera contemplar bien su anatomía. Miguel, no fue ajeno aquella provocación, y pronto contempló cómo se iba formando un tremendo bulto en su pantalón, que ella pudo apreciar claramente.
Ya de regreso, el calor seguía siendo sofocante. Y al entrar al coche, ella le dijo:- Te importa si me quito la blusa. ¡Estoy sofocada!.. Esto es una caldera.
Y, sin esperar a que él le respondiera, la joven se desabrochó los botones de su blusa y se la quitó ante los ojos incrédulos de Miguel, quedando solo con un pequeño sostén que no solo era bastante transparente, sino que escasamente podía albergar la mitad de los pechos de la joven. Miguel pudo apreciar al instante los negros pezones de los pechos de esta, que parecía estar empitonados.
El se quedó sin palabras. Viendo que el mismo enrojeció, ella le dice: – ¿te molesta que este así?
-¡claro que no!. Pero de esto no le digas nada a tu prima. Oh la misma me cuelga. – le dijo.
-¿No me digas que mi prima es celosa?- le pregunto ella, con picardía.
-No sabes cuánto. Y ¡si te ve así, montará un cirio! – le dijo el mismo sonriendo.
Yazmina, en el fondo quería fastidiar a su prima, y nada mejor que follarse a su esposo. Por otro lado, tenía una calentura de mil demonios, y el intenso calor de Córdoba aumento aquella. Además, había visto aquella noche los genitales de aquel hombre y la tenían atormentada.
– Por lo que veo, eres de esos hombres castos. ¿No me digas que nunca le has sido infiel a Maribel? ¡No me lo creo!- le preguntó ella.
– Aunque no te lo creas. Es cierto, yo la quiero.
-Ya. Aunque la quieras ¿no me digas que nunca has sentido la curiosidad de echar una canita al aire?- le contesta la joven morbosamente.
El, la mira, estaba claro que aquella nena le estaba tirando los tejos. Sin poder evitarlo hecho una mirada hacia sus pechos, y le contesta: – ¿no estará pretendiendo que le sea infiel ….?
Ella, por toda respuesta, se sube un poco la falda que llevaba dejando a la vista sus hermosos muslos desnudos, y permitiendo que Miguel pudiera observar las braguitas rosadas que la misma llevaba. Y mirándolo a la cara le dice: – ¿no me digas que no te gusto?
-Uy Yazmina. No sigas por ahí. ¡Que soy el marido de tu prima! No quiero problemas de esos.
Ya. Pero el bulto que se ha formado en tus pantalones dice todo lo contrario. Le contesta ella sonriendo.
-Joder nena. ¡Es que verte de esa forma! Tampoco soy de piedra. Será mejor que te tapes un poco. O…
-Ja ja… ¿no me digas que te estás poniendo nervioso? Le contesto la joven, casi dejando que sus pechos se salieran del sostén.
-Anda… dejémoslo así. ¡Que vamos a tener un accidente!
Ella luego se volvió a cubrir e incluso se puso la chaqueta al entrar en la casa. Esa noche él quiso echar un polvo con la calentura que tenía, pero su esposa se dejó dormir.
A la mañana siguiente era sábado y el no iba a trabajar. Su mujer le indicó que tenía hora en la peluquería a las 10 y que iba a estar fuera unas cuatro horas, ya que se iba a dar el tinte. Al rato se levantó, y tras ducharse, se quedó afeitándose en el baño. Como estaba solo dentro del baño de su habitación, se quedó completamente desnudo, como solía hacer. Al rato, se da cuenta a través el espejo, que alguien lo contemplaba desde la puerta del baño. Era la prima de su mujer, la cual estaba absorta contemplando su cuerpo desnudo. Sin poder evitarlo, su pene reaccionó y comenzó a crecer de forma inevitable.
Entonces, el haciéndose el que no la había visto, se gira para tomar una toalla, mostrando a Yazmina todo su cuerpo desnudo y pudiendo ella contemplar más de cerca sus grandes atributos. Luego se hace que la ve desde el espejo y haciéndose el sorprendido, le dice: – Yazmina. ¿Qué haces aquí?
-Venía a traerte un café. Pero, pensé que aún estabas durmiendo. Ya veo que no.
La joven con el pretexto de ver al marido de su prima había preparado un café y ahora se lo ofrecía trayéndolo hasta el baño en un taza. Sabía que su prima había salido, por lo que se atrevió a entrar en el dormitorio de aquellos. Al ser descubierta, ni corta ni perezosa, entra en el baño. La joven llevaba una bata de levantar. Se acerca a Miguel y le ofrece el café.
-pero Yazmina. ¡que puede venir mi esposa! ¡Estás loca! – le contesta el, nervioso y agitado.
-Venga Miguel. Sabes que mi prima ha salido y llegará tarde. Luego, baja la mirada hacia los atributos del hombre y mientras el hombre se tomaba la taza de cafe, aquella alarga la mano y alcanza el pene de este. Miguel sintió el calor de la mano de la joven, y casi vierte el café. Ella le dice casi al oído: ¡Joder Miguel! Si que estas bien dotado. ¡qué enormidad!
Y, sin pensárselo, mientras el hombre intenta dejar la taza de café, ella comienza a masajear la tranca, pasando su mano a lo largo y ancho de aquella, como si se cerciorara de sus medidas. Aún estaba solo con una erección incipiente, pero la joven se dio cuenta que era un pene bastante largo, y ella le dijo: – ¡Vaya polla te gastas!. ¡Tendrás reventada a mi prima!
-Oh Yazmina… ¿pero que haces?… sabes que esto no está bien. Le contesta el hombre, sorprendido, pero sin tratar de evitarlo.
-Ya. Pero,….¿Por qué te está creciendo? ¡No me digas que tienes ganas de metérsela a la prima de tu mujer!
-¡Por favor Yazmina!… ¡que no respondo!
Ella continuó tomaba la polla del hombre, manoseándola, contemplando como aquel enorme pedazo de carne crecía en su propia mano. Al momento, se dio cuenta que se había puesto bastante dura y enfilada como un mástil. Excitada exclama: -¡Joder Miguel … como se te ha puesto! ¡Qué me quieres hacer con eso! ¿no me digas que piensas clavarme todo eso? ¡joder tío… me vas a reventar!
La joven lo estaba poniendo como una moto. Miguel se daba cuenta que tenía una calentura de mil demonios, llevaba días sin follar, y encima tenía delante a una joven preciosa y tremendamente buena. Nunca le había sido infiel a su esposa, pero la prima de su mujer lo estaba poniendo a tope.
-Joder Yazmina. ¿Sabes lo que estás haciendo? mira que luego no respondo. – le contesto.
– Que pasa Miguel. ¿No me digas que le quieres poner los cuernos a tu mujer con su propia prima? ¡Eres un cabronazo!… ¡Se que estas deseando clavarte a su prima!.. ¿Acaso lo vas a negar?
-Te juro que si empiezo luego no hay marcha atrás posible. – le contesta el enormemente excitado.
Ella, por toda respuesta, sin soltar la tranca del hombre, con su otra mando, se desprende de la bata de levantar, dejándola caer al piso del baño, dejando a Miguel totalmente anonadado. Miguel quedo extasiado al contemplar aquel hermoso cuerpo. ¡Era imposible resistirse! Contempló los voluminosos pechos de la joven, con unos pezones negros y en punta, y al mirar la entrepierna de la joven, observa que tenía su vagina bien recortada, con poco vello, y se percató de los gruesos labios vaginales de aquella hembra.
-ya veo que te gusto- le comenta ella viendo como la daga del hombre creció más en su mano.
-¡Oh Yazmina. Que haces… oh dios… ¡que hermosa eres nena!
Miguel, ya no pudo más y decidió actuar. Sin poder contenerse tomó los pechos de la joven en sus manos, y con cierto ardor comienza a sobarlos, para luego terminar por llevarlos a su boca. Al colocar los labios en los pezones negros de la joven, aquella exclama: –Um… oh si Miguel … sigue así…. veo que te gustan mis pechos… oh si mámamelos…ooo.
Tras varios momentos lamiendo y sobrando los pechos de la joven, pronto su mano bajó hacia la entrepierna de la joven y alcanzó por ver primera su vagina. Sus dedos, lograron acariciar suavemente los labios carnosos de la misma, frotando sus dedos a lo largo de toda la raja, mientras escuchaba que aquella le decía: – oh cabron. oh que me vas a hacer ooo
Miguel, ya lanzado, continuó dándole dedo a la vagina de la joven, y luego mete un dedo dentro, dándose cuenta que la joven no es virgen, pero su abertura era bastante pequeña.:- Joder nena que coñito tienes. ¿Veo que ya no era virgen?
Claro. ¿Qué pasa?, le contesta aquella ¿acaso querías desvirgarme? Pero, Si te sirve de consuelo: “jamás me he metido una polla como la tuya”. ¡No sé si me entrará! Le dijo sin dejar de menar el manubrio del hombre ¿Quieres clavarle toda esa polla a la prima de su esposa verdad?… he visto tu cara. Eres un cabronazo. Te da morbo la prima de tu mujer.
-Joder Yazmina. Me estas tentando. Voy a tener que terminar clavándote mi cipote por todos lados. ¡Hasta ese hermoso culito que tienes, será mío! – le contesta el mismo excitado y bastante lanzado.
La joven se da cuenta de que por fin el marido de su prima estaba a punto de caer. E intenta excitarlo más, diciéndole: oh .. ¿por el culo?. ¡Jamás de la han metido por ahí!. Y con el pedazo de polla que tienes… ¿acaso quieres reventarme?
Miguel, tremendamente excitado, hace bajar a la joven para que se agachara y se situara a la altura de su pene. Ella le mire y le pregunta: – ¿No pretenderás que meta eso en mi boquita?.
-Vamos putita, ¡sé que lo estas deseando! Quiero ver cómo te entra mi polla en tu boca. Vamos … ¡a que esperas!
Mirándole, con una cara de auténtica loba en celo, procede a darle una lamidas a toda la tranca de arriba abajo, incluso pasando la lengua por los testículos del hombre, haciéndolo gemir de gusto. Y, luego, sin más preámbulo abrió su boquita y se engulló una buena parte de pene de Miguel. Este no se lo podía creer. La boca de la joven no era muy grande, y su nabo parecía un tremendo pepino que la chica intentaba meter lo más que podía dentro de ella. Pronto comenzó a mamarla, haciéndola salir y entrar en su boca, jugando con su lengua, produciéndole tanto placer al hombre que pensó que se iba a correr dentro de su boca.
-oh si … ¡oh, Yazmina, que bien lo haces! oo coño oo siiii
La joven se dio cuenta de que estaba a punto, pero no quería que se corriera en su boca. Ella necesitaba sentir aquella tranca en su coñito. Entonces, la saca de su boca, observando aquel pedazo de nabo reluciente y lleno de su saliva, babeando. Le mira a la cara y le dice: -¿Mi prima te hace esto?
-¿Estas de coña?. Esa es muy conservadora… jamás lo haría- exclama él.
-Ya. Pero, te ha gustado tanto que estabas a punto de correrte ¿verdad?… Pero… “yo te quiero en mi coño”.
Miguel no se lo podía creer. Se iba a follar aquella preciosa nena. Era algo que jamás hubiera imaginado. Ahora no pensaba en su mujer, ¡solo deseaba clavarle su enorme daga en el coñito de la joven! ¡Necesitaba atravesar aquella nena con su tremendo pene!
Miguel, tremendamente excitado, hace incorporarse a la joven Yazmina, la posiciona mirando hacia el espejo del baño, la apoya sobre el lavabo, y colocándose detrás de la misma, observa en el espejo las hermosos pechos de la jovencita. Observa sus nalgas, y contempla aquel trasero de escándalo. Sus nalgas redondas, morenas, eran una tentación. La hace abrir un poco de piernas, y decide contemplar el anito de esta, y viendo que desde esa posición podía divisar la raja de la vagina de la joven. Con su mano derecha pasa sus dedos por toda la raja, excitando a la joven, que se agita mientras contempla la acción en el espejo.
Luego acerca su pene, y lo introduce entre las piernas de la muchacha, hasta alcanzar la ranura de su raja. Le da un par de brochazos por todos sus labios, y luego decide penetrar a la misma. La joven, en ese momento se da cuenta del tremendo cipote que la va a atravesar, y nerviosa le dice:
-Oh… despacio. La tienes enorme….
-calla putita. ¡Querías polla y la vas a tener! ¿Ahora tienes miedo de mi tranca? ¡Pues la vas a sentir toda dentro! Y mientras la misma hablaba Miguel, poco a poco, fue ingresando su barrena en la vagina juvenil. Pese a sus palabras, no quiso violentarla, ni dañarla. Así que, decidió hacerlo con cuidado, logrando ver como pese a la estrechez de la vagina de la joven, su pene se iba haciendo sito, dilatando al máximo las paredes vaginales, mientras escuchaba a la joven: oh cabron… es enorme… para … ¡no la metas toda…. me reventaras!
¡A callar putita! ¡Te la comerás toda!…
Oh..¡cómo me abres!… oh ooo ¡para para! oooo
Miguel se daba cuenta de que le estaba costando entrar en aquel estrecho chochito. Pero, esa dificultad le producía al mismo tiempo, unos calambrazos en su polla que pensaba que se iba a correr de un momento a otro. Intentó pensar en otra cosa para retrasar su venida, y tras conseguirlo, continuó. Aun le quedaba una parte de su nabo fuera. ¡tenía que calvarla totalmente! Estaba tan arrecho y tenía tantas ganas de enterrar su polla en la joven, que no pensaba, ni en el daño ni en sus prejuicios.
Tomo impulso y de un golpe de riñones, tiró de la cintura de la joven hacia sí, comprobando como su pene abrió con fuerza la vagina de la joven, dejando alojada completamente dentro de la misma, su enrome tranca. Oh. cabron ooo que daño… me rompes oooo sácala….
-Ya la tienes dentro putita. Ahora relájate… vamos… ¡Joder nena que buen coño tienes!…
Por fin se la había clavado íntegramente. No pensaba que la joven fuera tan estrecha, pero lo había conseguido. Espero un poco, y cuando vio que la joven se iba relajando, empezó a sacarla y meterla con suavidad. Aun le costaba, ya que, pese a la dilatación de la vagina de la chica, era manifiesto que su verga era bastante grande para la misma.
-oh ¡me has roto por dentro cabron!… Le mira hacia atrás, y le dice: ¡eres un hijo puta! ¿Es así, como me querías tener eh cabronazo?
Miguel observando los voluminosos pechos de la joven reflejados en el espejo, levantó las manos y atrapó entre ellas aquellos pedazo de tetas, las cuales comenzó a manosear mientras bombeaba el coño de la joven con su pene, una y otra vez. La visión de sus cuerpos en el espejo, excito a ambos, incrementado el placer sexual.
Oh nena… ¡pero que hembra estas hecha!. Joder, ¡que pechos tienes!¿no pensé que estuvieras tan buena?.
La joven, pese a la dureza de la penetración, pronto observó que su coño se fue adaptando a la dimensiones del intruso, y comenzó a disfrutar de cogida. Era evidente que los jóvenes con los que había mantenido relaciones eran unos niñatos al lado del tremendo semental que ahora se la estaba follando. Notó como, su coño, pronto comenzó a lubricar de tal forma, que la polla del hombre entraba y salía con mejor facilidad.
-¡Dale cabron… métela toda!… oohh así… oh joder, ¡reviéntame el coño! oooo siiiii … ya me viene ohhh
No pudo más, notando que alcanzaba el clímax, viendo la joven como le llegada su primer orgasmo, reculando su trasero hacia el hombre, mientras aquel no paraba de perforarla una y otra vez.
-eso putita… córrete…. ¡vamos quiero ver cómo te corres con mi polla dentro!
La joven pegó su espalda al pecho del hombre, mientras se retorcía, apretando con las paredes de su vagina el pene de aquel, alcanzando su buscado orgasmo. Miguel no ceso de bombearla, metiendo y sacando su nabo pese a los movimientos pélvicos de la muchacha, al tiempo que le manoseaba sus pechos. Se dio cuenta, que aquel polvo era de los mejores de su vida. Aquella joven, le estaba proporcionando un placer inaudito.
Oooo me vengo oo siiiii ooo
Cuando por fin la joven acabó, Miguel salió de su coño, la tomo en brazos como bastante facilidad, y la llevó hasta la cama de su dormitorio. Una vez allí la depositó sobre la cama boca arriba y le abrió las piernas, observó por primera vez la belleza de aquel coño juvenil. Apareció ante sus ojos un tremendo boquete en la vagina de esta, y constató la inflamación rojiza de los labios vaginales. Sin pensarlo dos veces, dirigió de nuevo su verga a la entrada y, presionando, volvió a ingresar dentro de la joven.
-Oh joder… ¡me vas a dejar bien abierta cabronazo! ¿Me tenía bastantes ganas eh?… ¡Se ve que mi prima no te atiende bien!. ¿Por eso te querías follar a su prima verdad? le comenzó a decir la joven para incitarlo más.
-Nada que ver contigo. En eso tienes razón. Tienes un coño y unos pechos de envergadura. ¿Has visto como me has puesto la polla otra vez?, oh nena .. ¡te voy dar polla hasta que me canse!.ooo
La joven observó como el marido de su prima, tomaba sus piernas, las colocaba sobre sus hombros, con lo que su coño quedó en perpendicular y a tiro de la tranca de aquel semental. Sentía cada embate de este, haciendo temblar todo su cuerpo, hasta el punto de que sus pechos se bamboleaban. -¡ohh sii ooo cabron!…. Sigue ooo
-Oh nena. Um que pechos tienes… exclamó Miguel, al tiempo que colocaba su boca sobre uno de ellos, los chupaba, metía la cara entre ambos, y luego pasaba a chupar los pezones del otro, realizando esta acción repetidas veces.
-Oh si comételos. ooo …¡oh vas hacer que me venga de nuevo!… oo siii
La joven no pudo aguantar más, y ver como el hombre lamia y chupaba sus pechos, aumento de una manera fulminante su excitación, contemplando como se vino nuevamente en un tremendo orgasmo. ooosiiiiiiiiii
Ruoco se dio cuenta, que igualmente estaba por venirse. Ya había notado como se iba hinchando su polla dentro del coñito de la joven, lo que anunciaba la erupción de su semen, de un momento a otro. En ese preciso momento, su mente le puso en contacto con la realidad y se preguntó: ¡se corría dentro o fuera!… la verdad es que tenía una ganas enormes de llenar aquella joven. Pero, ¿y si estaba en épocas fértiles y la dejaba embarazada?
La joven leyó su mente, y ante las dudas del mismo, le pregunto: oh …¿¡no me digas que estás pensando en correrte dentro?… ¡serás cabron! ¿no pretenderás dejarme preñada?
La forma de hablar de la joven excitaba a Miguel, el cual, pese a todo, estaba pensando en derramarse dentro. Por ello, con tanto tiempo en abstinencia, le dijo: – me has estado buscando putita… ¡quizás regreses a tu tierra con una panza! .. ¿No me creo que estes ovulando? Termino preguntándole.
La joven, tremendamente excitada, también quería sentir la leche de aquel macho en su coñito. Jamás había permitido a ningún joven correrse dentro de ella. Siempre lo había hecho con condón. Por ello, era consciente, de que era el primer polvo sin protección. También dudaba si dejar que el marido de su prima se corriera dentro o no, pero en su interior, sentía la necesidad de sentir fluir dentro de su vagina la leche de aquel tremendo macho. ¡Era el mejor polvo de toda su vida, y lo necesitaba!
Pero también, le gustaba mortificar y encelar al hombre, por ello terminó por decirle: – ya no me acuerdo cuando me vino la regla… pero ¡veo en tus ojos que estas decidido a venirte dentro! ..Pero… ¡tampoco nunca me habían follado a pelo!
-¿Soy el primero?-le pregunto Miguel.
-Si. siempre lo he hecho con condón. ¡Tu … me has tomado a pelo, sin tener en cuenta las consecuencias! Le mira a los ojos y le dice: ¡pero, no lo dudes tanto….. también te quiero dentro! ¡que esperas cabrón… vamos hazlo!… ¡lléname el coño con tu leche…. ¡
-oh Yazmina. ¡Que putita eres!. Claro que te voy a llenar… llevó días sin correrme… vas a ver cómo te dejo ese chochito..ooo sii ya me viene ……ooooo
Mientras terminaba de hablar, Miguel sintió como brotaba de su verga las primeras lechadas de su caliente semen y. comenzaba a regar el interior del coñito de la prima de su mujer. Tenía su polla reventando, y sabía que sus testículos almacenaban una buena carga de espeso semen. Por ello, se empleó a fondo, y comenzó a lanzar lechada tras lechada, dentro de la joven, con gran intensidad y con sumo placer. La joven contemplaba el rostro del marido de su prima totalmente enardecido, fuera de sí, sin control, mientras le lanzaba una y otra vez su semen dentro de ella, y eso la producía un inmenso ego. ¡Se había follado al marido de energúmena de su prima! Para ella, aquello suponía un triunfo.
Era la primera vez que su vagina recibía el semen caliente de un hombre, y a la joven le pareció la gloria. La venida de aquel hombre, la sentía completamente, y percibía cada lanzada de semen chocar contras las paredes de su vagina, mientras el líquido se adentraba muy dentro de su coñito.
Oh si..,. te siento… oh cabronazo … siento tu leche… oh me vas a llenar… oh sigue oooo
Cuando por fin Miguel acabó, se quedó mirándola, con toda su tranca aún dentro del coñito de la joven, y al encontrarse sus m miradas, y ella le sonrió. ¿lo has disfrutado?
-Joder… ¡me has reventado el coño! Pero… follas bien. Nada que ver con los pajuatos que me han follado antes. Pero…… ¡me has llenado por dentro!, aún siento tu leche calentita.
-Joder Yazmina. ¡Es que me tenías arrecho! Llevo días sin follar a tu prima, ya que esta enfadada por atenderte como lo hago. Pero … nena era una delicia. ¡creo que lo que resta de vacaciones en esta cas,a te voy tener que coger más a menudo!
-¿estás loco? ¿acaso quieres que regrese preñada a mi país? Le sonrió aquella.
-¿no pretenderás que te folle con condón?.. Yo jamás los he usado. Me gusta sentirte a pelo… sentir el calor de tu chochito. Y ver como recibes mi leche dentro.
-ya… ¿y preñarme?… ¡joder… me vas a terminar haciendo una panza!
Luego, el hombre salió de ella, viendo como brotaba una hilera de semen de la vagina, bastante abierta de la joven, y bajaba hasta su culito y calaba en las propias sabanas de la cama. Ella se dio cuenta y exclamo: ¡joder, le hemos manchado la sabana a mi prima! ¡Esa cabrona es capaz que se dé cuenta!
La limpiaron con sumo cuidado para evitar que fuera notada por Maribel. Luego ella se fue a su cuarto. Yazmina, mientras caminaba hasta su dormitorio, se dio cuenta de que le costaba un poco caminar por las inflamación de sus partes. Se dijo: ¡este tío me metió tanta polla que me dejó el coñito inflamado! Ya en la habitación, se ducho y luego regresó hasta la habitación de su prima y encontró una pomada hidratante y se le untó en sus partes. Miguel se estaba aún duchando, pero decidió no entrar.
Ya en la noche, la joven pensó en lo ocurrido, y se preguntaba ¿y si quedo embarazada? El condenado me gusta, pero este no va a querer hacerlo con condón, y puedo terminar con una panza. Por ello, intento evitar marido de su prima, y así ocurrió durante casi dos semanas. Maribel, estaba algo extrañada, pero le agravaba que su marido al fin decidiera darle de lado a su prima.
Pero, Miguel, pese a que su mujer le había permitido yacer juntos de nuevo, ansiaba volver a tomar aquella nena. Pronto, comentaron el día de la marcha de aquella, que se iba a producir en menos de una semana. Ambos notaban que, pese a todo, ansiaban volver a estar juntos, y saber, que pronto la joven se marcharía, agitó más a Miguel.
Ocurrió que una familia de emigrantes en Venezuela, que conocían al padre de Yazmina, invitó a la misma a comida donde se celebraran años de casados aquellos. Ella deseaba ir, pero no tenía con quien ir, ya que el lugar estaba bastante alegado de la casa de Maribel. Se lo comentó a su prima, pero aquella le dijo que lo sentía, pero que estaba muy ocupada, y que tampoco iba a coger el coche en la noche.
Cuando Miguel se enteró, le dijo: ¿Por qué no me lo has dicho? Yo puedo llevarte.
-Pero, … mi prima te regañará. Ya has visto como se ha puesto conmigo.
-Si yo digo que te llevó, es suficiente. A tu prima ya se ira el enfado. ¡No entiendo a qué viene tanto odio entre ambas!
-entonces ¿me vas a llevar? ¿puedo decirle a la familia que iremos? Le preguntó ella, de nuevo, sin dar crédito de que Miguel la fuera a llevar pese a la oposición encontrada Maribel.
-¡Por supuesto!
Cunado Maribel se enteró, montó en colera contra su esposo, e incluso esa noche, durmió en cama separada.
Esa noche Yazmina, quedo algo impresionada por el tremendo odio de su prima, pero también se sorprendió de la personalidad de su marido, que decidió acompañarla pese a sus protestas. No obstante, intuía que durante aquel viaje podía volver a ocurrir algo entre ella y el marido de su prima. También ella lo deseaba, y su cuerpo ardía en deseos de volver a ser penetrada por aquel semental. Esos deseos incrementaron su intenso calor corporal, que le costó dormir toda la noche. Ya en la mañana, se notaba bastante caliente y pese a que no llevaba mucho control de su regla, sabía que estaba cerca de sus días fértiles, pero tampoco tenía seguridad.
Al llegar a la cocina se vio a Miguel preparando el desayuno de ella y del mismo. Era tal el enfado de su prima, que hasta se negó a prepararles el desayuno.
¡No quiero que tengas más encontronazos con mi prima por mi causa!. ¿Si quieres lo dejamos?
-Si he dicho que voy, ¡iré!. ¡Y no se hable más!.- le contestó aquel.
Ya en camino, se dirigieron a la fiesta de aquellos amigos. Durante el recorrido hablaron, pero nada importante. En la fiesta, comieron y bebieron, y pronto la bebida hizo efecto tanto en Miguel como en la joven. Tal era así, que hasta Miguel se vio un poco nervioso para conducir el vehículo.
Comenzaron a conducir, y pronto Miguel se dio cuenta de que le costaba hacerlo. Había bebido bastante, y para colmo comenzó a llover con una neblina intensa. Paró a un lado de la carretera, y le dijo a la joven: – No podemos seguir con este tiempo. Creo que además he bebido más de la cuenta.
-Yo creo que también. No me aguanto- le contestó ella. ¿pero no vamos a quedarnos dentro de coche toda la noche?
-Claro que no. Mejor encontramos un motel o un hostal en el camino, y pasamos la noche.
La joven, le miró, pese al grado de alcohol que llevaba, también se notaba bastante caliente. Había estado bailando con Miguel en la fiesta, y estaba encelada. Sabía que no se mantenía mucho de pie, pero su mente podía calibrar, y le pregunto: ¿Qué le dirás a tu mujer cuando sepa que no llegamos esta noche?
-La verdad. Si se la quiere creer bien, y si no también- le contestó aquel.
A escasos metros localizaron un motel en la carretera, y Miguel, intentando aparentar firmeza, solicitó una habitación de matrimonio para los dos. Yazmina, le miró a la cara, y se sonrojó. Sabía lo que iba a ocurrir. Iban a dormir en la misma cama.
Ya dentro, la joven dijo que tenía que entrar primero al baño. Allí se aseó un poco, ya que le costaba mantener el equilibrio. Luego volvió se quitó la ropa y entró en la cama de matrimonio solo con el sostén y su braguita. Tras ducharse, Miguel hizo lo mismo, entrando en la cama solo con su slip.
Ya bajo las sábanas, el hombre abrazó a la joven que se mantenía es espaldas a él, y al poco tiempo, tras entrar en calor, ella se giró y le dijo: -¿Por qué no pediste habitaciones separadas?
Miguel, la miró a la cara, y le contesto: Por qué tu tampoco lo deseabas. Yazmina, ¡sabes que necesito tenerte una vez más! Te marchas pronto, y quizás no tengamos más oportunidades.
-Oh Ruoco. ¿Sabes que …es una locura? ¡No debemos volver hacerlo! La otra vez te corriste dentro de mí. Por suerte no me dejaste embarazada.
Pues… quiero volver a cogerte. Y ¿sabes que también me deseas? Le contestó el hombre, quien dada su situación de afectación por el alcohol ingerido, se mantenía sumamente excitado, y sin importarle tanto las consecuencias posteriores.
Antes de que ella dijera nada más, Miguel abrazó a la joven, y comenzó a besar su cuello, sus orejas, hasta terminar besándola en la boca. Oh Miguel … .. pero, la misma pronto aceptó aquellas caricias. Su intenso calor corporal se incrementó al contacto con el hombre. Noto como su braguitas se mojaron al instante.
El hombre pronto le retiró al sostén dejando aquellas voluminosos pechos nuevamente a su disposición, los cuales comenzó a lamer, y devorar con pasión enardecida. La joven, entre el alcohol ingerido, y aquellas caricias, se entregó y permitió que el hombre la manoseara todo su cuerpo, incluso facilitó la tarea de la retirada de sus braguitas. Pronto ambos quedaron desnudos dentro de la cama. Y, casi al instante, Miguel se colocó entre las piernas de la joven, con su tremenda lanza en plena acción, y antes de que ella dijera nada, vio como más de la mitad del instrumento varonil se clavaba en el cochito de la joven: oh me la estas metiendo … ooh Rocuo… no debemos. Me lo estás haciendo a pelo…
Pero ¡ Miguel ahora no estaba para florituras!, por lo que continuó penetrando a la joven hasta logar ensartarle la totalidad de su cipote. Y, tras ello, como un depredador sexual, comenzó a penetrar a la joven, dentro fuera, dentro fuera… cual locomotora desbocada.
-Oh Miguel .me revientas ooo para oooo
Pero el hombre comenzó a perforar aquel joven coñito sin parar, durante bastante tiempo, lo que llevó a la joven a alcanzar su primer orgasmo. Fue tal la intensidad del polvo, que hasta el alcohol ingerido fue desapareciendo de su cuerpo con el sudor y el intenso esfuerzo físico.
Tras acabar la joven, Miguel, espero un poco a recuperarse, tomó un poco de agua, y volvió sobre la joven. Aquella le dijo: ¿oh vas a continuar?
-claro preciosa. Yo aún no me he corrido. ¡esto acaba de empezar!
Yazmina, ya estaba un poco más recuperada, y ver de nuevo la tranca del marido de su prima en plena erección, que se dirigía de nuevo hacia ella, pensó en las consecuencias e intentó disuadirlo. Pero aquel le dijo: -¿No pretenderás dejarme ahora a dos velas?
-pero, …. Lo estamos haciendo sin protección. Es peligroso… puedes dejarme embarazada. Debemos dejarlo…
Miguel, ahora estaba bastante excitado, y su único pensamiento era clavar de nuevo aquella joven y volver a dejarle su caliente semen dentro. Sabía que era una locura, pero sus ansias por llenar con su leche aquella nena eran superiores a sus fuerzas.
Sin más, hizo colocar a la joven en cuatro sobre la cama, y tras posicionarse detrás de aquella, sin mucho miramiento, le ensartó la totalidad de su tranca, casi de una sentada: oh despacio oo me haces daño oooo
-calla putita. ¿Me querías dejar a medias?.. ¿eh?… Pues la vas a recibir en su totalidad. Así… ohh joder que buen coño tienes…
Oh para ooo-exclamaba la joven viendo como aquel hombre, ahora estaba fuera de control, y la penetraba como un verdadero sádico. La fuerza de la penetración era tal, que la joven se sintió como si fuera violada. Pero, el hombre, lejos de amilanarse, continuó clavándola una y otra vez, pese a las protestas de aquella: . oh para…. nooo ¡me revientas! ooooo
Pronto, el hombre vio como el semen subía por el conducto interno de su pene buscando una pronta salida. La joven lo notó, y se dio cuenta que aquel se iba a correr. Era posible que estuviera ovulando. Intentó impedirlo, haciendo movimientos para retirarse. Pero el hombre la sujetó con fuerza, hasta el punto de que aquella se vio obligada a recostar todo su cuerpo sobre la cama, pero aún en esa posición, el hombre la siguió penetrando, diciéndole: – estate quieta putita…. no te vas a escapar…vas a recibir mi leche como Miguel que me llamo.
-oh no lo hagas…¡creo que estoy en mis días fértiles!-exclamó la joven ahora, casi llorando.
-No lo creo. Eres una putita. Quieres evitar mi corrida dentro. El otro día bien que la querías.
No lo hagas…. Te juro que es cierto.
Miguel, solo pensaba ya en venirse dentro de la joven, por lo que empotrando a la joven sobre la cama, continuó bombeando su tranca hasta la misma base, una y otra vez dentro de la cuquita de aquella joven, mientras le decía: – Pues.. no voy a retirarme. Me has tenido bien caliente todos estos días evitándome… ¡hoy recibirás mi leche en tu coñito! … vamos puitita ….ábrete ese coño … asiii..
-Oh me vas a….al momento, la joven sintió la primera lechada del caliente semen masculino dentro de su vagina, y tras esta las siguientes. ¡El marido de su prima se estaba corriendo dentro, y encima ella podía estar ovulando!, por lo que le respondió: Oh me vas a preñar ooo oooo
¡Oh si nena, que buen coño tienes!. ¿siente mi leche? … veo que la sientes. ¡Pues te voy de dejar bien regado ese coñito! ¡Vas a llevarte una panza para tu tierra! Termino por decirle alocadamente en su excitación.
Yazmina, completamente sometida, se quedó quieta mientras el marido de su prima descargaba una y otra vez varias lechadas dentro de su coñito. Notaba el fluir del liquido por toda su panocha, regándola hasta lo más profundo. Se dio cuenta, que de estar ovulando, con tanta cantidad se semen vertido, seguro que quedaba encita. Iba a regresar a su tierra con una panza, penso.
Tras acabar, el hombre salió del coño de la joven, dejándose caer sobre la cama exhausto. Aquel polvo había acabado con él. Casi al instante se dejó dormir en la propia cama.
Yazmina, observó como restos del sumen salían de su vagina, mientras contemplaba al hombre tendido sobre la cama, inmóvil y durmiendo. Estuvo a punto de golpearlo. De marcharse. Pero, tras recapacitar lo pensó mejor: también ella estaba exhausta, y necesitaba descansar y dormir la borrachera. Aquella fiesta se la había ido de las manos, a ella y al propio Miguel. Se daba cuenta, que el marido de su prima estaba bajo los efectos del alcohol, y que la tomó casi sodomizándola. No obstante, pronto su propio cansancio la terminó por hacerla caer en un sueño profundo, quedando recostad al lado de aquel semental, ambos totalmente desnudos.
Cuando Yazmina se despertó ya era de día. Le dolía la cabeza de forma brutal, que achacó a la resaca del alcohol. Se dio cuenta de que se encontraba totalmente en pelotas junto al marido de su prima, el cual igualmente dormía plácidamente desnudo a su lado. Observó su vagina, y contempló nuevamente sus labios inflamados, y luego, con curiosidad y morbosidad al propio tiempo, miró la tranca de Miguel. Aquel dormía boca arriba, por lo que su barrena estaba a la vista. Ahora, a la luz del día, comprobó de nuevo las dimensiones de aquella enorme verga. Era un pene, que aún en reposo se manifestaba bastante grande y grueso. Observó igualmente sus grandes testículos, y recordó como se vino dentro de ella aquel semental en la noche.
Decidió irse a duchar, por lo que se metió en el baño. Estaba enjabonándose, cuando de repente observa que alguien entra en el baño, y se pone a orinar. Era manifiesto que se trataba de marido de su prima que se había levantado. Pero, se sorprendió al ver como aquel corría la corredera de cristal de la ducha, y se introducía completamente desnudo junto a ella.
-Oh ¿pero qué haces? ¿Cómo te atreves a entrar?
-vamos nena. Hazme lugar. Aquí cabemos los dos perfectamente. Además, te ayudaré a enjabonarte. Y quitándole la esponja con jabón se puso a enjabonarle el cuello y la espalda de la joven. Aquella, al sentir la grandes manos de aquel hombre masajeando su cuello y espalda, se quedó callada y aceptó.
Miguel mientras enjabonaba la espalda de la prima de su esposa, observaba el tremendo cuerpo de aquella nena, con su pelo empapado, su pequeño cuello, aquellas espalda casi perfecta. Alcanzó con su mano los pechos de la joven desde atrás, y comenzó a acariciarlos mientras los enjabonaba. Los apretaba y se entretenía con los pezones en punta. Observaba como la joven lejos de protestar, le estaba satisfaciendo como la tocaba. Fue bajando las manos desde sus pechos hasta la cintura, pasando luego por su cadera, y finalizando en su precioso trasero donde me detuve un rato. Era redondo, no muy grande, y hasta logró alcanzar con sus dedos el anito de la joven. Pensó como sería colocar su tranca en el mismo.
Luego, llevó su mano a la vagina de la joven, y mientras metía sus dedos en ella, le besaba su cuello, sus hombros, su espalda, volvía a tomar sus pechos. La joven aumentó su respiración, e instintivamente se apoyó contra la pared, he hizo algo que excito tremendamente al hombre. Subió una pierna pisando sobre el borde de la bañera, como instándola a que pudiera tocarla mejor. Pero Miguel pronto se arrodilló tras ella metió su cara entre sus piernas, alcanzando la panocha de la joven, la cual comenzó a darle lengua. Acompañaba los movimientos de su lengua con sus dedos y ella se retorcía, empapada de agua y de sus fluidos, mientras el hombre la saboreaba. El agua seguía corriendo sobre ello.
Entonces Miguel procedió a lamerle el agujero posterior. Ella no se lo esperaba, pero pronto gemía. Metió un dedo y luego dos lentamente, y ella casi al instante le dijo: oh .. por el culo no. ¿estás loco?… no pretenderás reventarme.
Y ella bajo su mano y alcanzó la polla del marido de su prima, otra vez a pleno rendimiento, y se reclinó un poco hacia delante, colocándola en la ranura de su coño. Miguel comenzó a penetrarla con su verga como una piedra de dura. Casi sin esfuerzo, esta vez la tranca se inscrustó en la vagina de la joven, y al momento comenzó a bombearla, sin dejar de tomar su pechos, acariciarlos, pellizcar sus pezones.
La joven gemía profundamente mientras recibía los pollazos en su vagina que le proporcionaba aquel semental
– Me vas a matar. Oh joder me tienes toda abierta… ohh siii sigue
-¿La sientes dentro preciosa?. ¿sientes mi polla?
-oh si cabron, siento como entra… me llenas… ooo
El hombre comenzó a embestirla en aquella posición, aumentando la velocidad progresivamente, guiándome por los gritos de placer de la joven, la cual pronto alcanzó el orgamo, con gran estrepito: ooo me corro oo siiii
Tras acabar, Miguel la continuó embistiendo, con fuerza algunas veces más, y pronto notó que necesitaba eyacular. Por ello le dijo: -Oh nena. me viene. ¿la quieres dentro?
Que pregunta, pensó la joven. anoche la lleno por completo y ahora le preguntaba. Por ello le dijo tremendamente excitada, -anoche me llenaste …. ¡córrete de nuevo dentro!joder me vas hacer una panza…
Con un grito fuerte y ahogado, el hombre se vino dentro de la joven nuevamente. Varias lechadas volviendo a inundar el coñito de la joven. -oh cabron me llenas nuevamente oooo
Cuando el hombre retiró el pene vio salir resto de sus semen rebalsando, y el agua de la ducha lo limpiaba.
Ella se dio vuelta de frente a y le dijo: oh Miguel. Me has llenado nuevamente. Seguro que me has dejado preñada. Te dije que estaba ovulando. Aun siento mi cuerpo caliente. Oh, Dios mío, ¡mis padres me van a matar!
– ¿de verdad estas ovulando?, le preguntó aquel, ahora nervioso y preocupado pensando que podía ser verdad lo que le contaba la joven.
-Ya te lo dije. Pero ¡anoche no atendías a razones! ¡estabas como loco!
-Creo que me pase bebiendo. Le contesto Miguel con cara de cierta preocupación.
-Oye. ¿Qué dirá tu mujer cuando lleguemos? Le pregunto la joven, sabiendo que habían pasado la noche fuera de la casa.
Miguel, no había ni siquiera llamado a su esposa para decirle que no iban a llegar esa noche y que se quedaban en un motel. El alcohol ingerido en la fiesta le hizo olvidarse de ello, y ahora se saba cuenta que su mujer montaría en colera cuando llegara a su casa. Tras pensarlo, le contesto a la joven: – la diremos la verdad. Que estaba tan borracho y con la lluvia que caía, decidimos quedarnos a dormir en un motel. Pero, le diremos que en habitaciones separadas.
-Ja ja. Ya me supongo como se pondrá. ¿No sé cómo la aguantas?
– Tiene mucho carácter, pero .. a fin de cuentas, es la madre de mi hijo.
Tras desayunar en el propio motel, Yazmina y Miguel regresaron a la casa. Como era de esperar, Maribel entró en colera contra su marido y poco falto para insultarle. A su prima, apenas la miro, pero, en su rostro era evidente el enfado contra aquella.
Durante los días siguientes Miguel tuvo bastante trabajo, por lo que apenas pudo estar algunos momentos con la joven. Y, así llegó el día en que la joven debía partir de regreso a casa de sus padres. Maribel, como era de esperar, se negó a acompañarla al aeropuerto, por lo que Miguel decidió que el la llevaría.
Durante el trayecto hacia el aeropuerto, hablaron bastante, y en un momento dado, la joven le manifestó que, pese a los enfrentamientos con su prima, lo había pasado bien, y especialmente por su atenciones. Después, mirándolo a la cara le pregunta: ¿me echaras de menos?
Miguel la miró, y le contesto: Sabes que si te echare de menos. ¿volverás?
-¿Volver?. Mi prima me mata… ja ja… ¡quién sabe, a lo mejor de vacaciones.
Llegaron con tiempo al aeropuerto, por lo que tras facturar el equipaje y tener la tarjeta de embarque, fueron a tomar un café. Mientras tomaban el café, la joven le dijo al oído: ¿tengo ganas de un último polvo?, te follaría aquí mismo si me dejaran.
Miguel se sonrió, miró el reloj viendo que le quedaba tiempo, la tomó de la mano y la llevó hasta los aseos, concretamente unos algo retirados, donde no había tanta gente.
Entraron en el mismo, y cerraron la puerta de unos de los baños. Allí comenzaron a besarse, y tras desabrocharle la blusa a la joven, el hombre comenzó a devorar de nuevo aquellos pechos que tanto iba a echar de menos. Luego la propia joven le retiró el cinturón del pantalón que la instante descendió hasta el piso, dejando a aquel con todo su pene al aire, con una erección bastante pronunciada.
-Veo que también lo estabas desenado- le dijo ella.
La joven, no se lo pensó dos veces y, sentándose en la taza del baño, comenzó a mamar aquella tranca como si fuera la última vez. Su lengua y su boca le dieron un buen repaso, lamiendo hasta los testículos del hombre, quien vió que iba a resistir poco más sin correrse.
-Oh nena … vas a hacer que me corra…
Pero, la joven viendo que estaba a punto, se bajó las bragas, y colocándose en cuatro con las manos sobre la taza del baño, instó al hombre a penetrarla. -vamos Miguel. Clávame esa enorme polla por última vez. Quiero recordarla.
Ruco, al instante, enfiló su enorme tranca hacia el coño de la joven, y comenzó a penetrarla, con gran énfasis, logrando que la joven alcanzara el orgasmo tras los potentes bombeos del mismo. Y tras ello, el hombre volvió a correrse nuevamente dentro de aquel juvenil coñito.
-Oh cabronazo me has llenado de nuevo. exclamo la joven. Voy a llevarme tu lechita en mi coñito durante todo el trayecto del avión- le dijo luego, tras limpiarse un poco y colocarse de nuevo la braga.
Cuando se despedía del mismo en la puerta de embarque, aquella le dijo: – ¿Iras a visitarme alguna vez?
-¿quién sabe?- le contesto el hombre con incertidumbre.
Pero la joven, le dice al oído, ¡tengo la corazonada de que me has dejado panzona! Así que ¿a lo mejor tienes que ir a visitar a nuestro hijo?
Miguel se quedó ciertamente preocupado, y apenado por no volver a tener aquella joven. Pero también se dio cuenta, que las posibilidades de que aquella nena estuviera encinta tampoco eran desdeñables.
Tras salir el avión, Miguel regresó a casa.
Durante las semanas siguientes, Miguel soportó los alejamientos intencionados de su esposa, pero tampoco dijo nada. Tampoco sabía si la misma sospechaba algo de lo que había ocurrido, entre su prima y el mismo. Pero, la noticia, llegó casi al mes y medio de la marcha de la joven, cuando una tarde, al regresar del trabajo su esposa le dice: Me ha llamado mi madre. Según parece, ¡Yazmina está embarazada!
¿Yazmina? Le pregunta éste, intentando superar su tremendo desconcierto. Lo que había estado temiendo, se había hecho realidad.
Maribel continúo diciendo: ¡Ya sabía yo que esa era una putita! ¿Con quién se habrá acostado? Luego, se detiene y mira a su esposo a la cara y le pregunta: ¿tú no tendrás nada que ver? ¿No te la habrás tirado, ¿verdad?
-¿Pero qué dices?. ¿Cómo se te ocurre? Le contesto Miguel a su esposa, bastante nervioso ante aquella pregunta, que en el fondo se esperaba.
-No se. Le propiciaste muchas atenciones. ¿estás seguro de que la noche que te quedaste en el motel, no tuviste ningún encuentro con mi prima?
-Pero. ¡estas loca! ¿Como puedes pensar eso?
Miguel, se mostró enfadado, con la intención de aparentar que no tenía nada que ver en el embarazo de la joven. Pero, no pudo sacarse de su mente aquella joven. Y encima, ahora estaba encita. “Tenía la completa seguridad que él era el padre”.
Su mujer, durante los días siguientes, se negó a mantener relaciones sexuales con el mismo. Él fue consciente de que su esposa sospechaba de él, y que quizás pensaba que el padre de la criatura que Yazmina llevaba en su panza, fuera él.
No obstante, fueron pasando los meses, y al final supo que Yazmina dio a luz un hijo. Ningún comentario más le realizó la esposa a éste. No obstante, pasados cuatro años, un buen día, el padre de Maribel, invitó a la misma y a su esposo, a pasar unos días junto a ellos en Miami, con motivo del 50 aniversario del padre de Maribel.
Miguel y su esposa realizaron todos los preparativos con sus respectivas empresas y al final consiguieron un permiso por cuarenta y cinco días. Obtuvieron los pasajes y se presentaron en el aeropuerto de Mia, Aeropuerto Internacional de Miami, Miguel, su esposa y el hijo de estos. Fueron recibidos por los padres de Maribel, quien los hospedó en su casa, la cual tenía espacio más que suficiente para ello albergarlos.
Durante los primeros días, visitaron varios lugares de interés, y algunos conocidos de Maribel. Pero, el padre de Maribel insistía ante su hija que fueran a visitar a su hermano Leonardo, el cual vivía algo alejado de donde ellos residían. Como quiera que Maribel y la madre de esta, no se llevaban con dicho tío, se negaron rotundamente. Miguel, no obstante, quiso agradar a su suegro, manifestando que él no tendría problema en visitarlos.
Con el consiguiente enfado de Maribel, Miguel se dispuso a acompañar a su suegro en su visita al hermano de éste. Una vez en la casa de aquellos, Miguel fue presentado a Leonardo, comprobando que era mucho mayor que Javier su suegro. Leonardo, aparentaba más edad, bastante avejentado, y con una barriga que evidenciaba una vida sedentaria. Según le informó su suegro, estaba aquejado de una enfermedad coronaria, lo que le imposibilitaba grandes ejercicios. Aunque Miguel evidenció que, con la gordura que poseía, tampoco aquello ayudaba para un problema de corazón.
Estuvieron hablado largo y tendido durante toda la mañana, y, casi a medio día, hizo su apareció una mujer, que Leonardo presentó como su esposa, llamada Leonila. Miguel se quedó impactado, al constatar la extrema belleza de aquella mujer, que enseguida puso en relación con su hija Yazmina, dado su parecido físico.
-Hola …. (saludo al suegro) y luego dirigiéndose hacia Rocuo, le pregunto: ¿tu debes de ser Rocuo?.
-Hola, pues si…-le contestó éste, quien no había salido de su asombro, ante el aspecto despampanante de aquella mujer. Leonila, era una mujer que no pasaría de los cuarenta y cinco años, con un cuerpo bastante estilizando, casi delgada, aunque de una estatura mediana, que no alcanzaba el 1.70, pelo castaño, ojos negros, y una piel algo morena, curtida seguramente por el sol de aquella tierra. Era evidente, que aquella mujer se cuidada bastante, y, además, iba bien vestida con ropa de marca y, también la pareció bastante coqueta. Mantuvieron una pequeña conversación, y luego ella, les dijo: ¿se quedarán almorzar verdad?
-No queremos molestar-le contesto Miguel.
-¡Se quedan a comer y basta!. Me cambio y preparo algo rápidamente.
Mientras la mujer subía a sus habitaciones y se cambiaba, Miguel estuvo pensando en el gran contraste entre Leonardo y aquella mujer. Aquel, parecía como el padre de dicha mujer. Supo que solo tenía una única hija, Yazmina. Al preguntar por ella, Leonardo le contestó que ella vivía cerca de allí, en un apartamento independiente, con su hijo y un joven.
Durante el almuerzo, ya en la cocina, Miguel comprobó el pedazo de hembra que era la madre de Yazmina. Se había cambiado, y se había colocada una falda, no muy baja, y una blusa algo ceñida, que marcaba claramente sus pechos y la fisionomía de su cuerpo. Desde la propia mesa donde se encontraba, Miguel no pudo dejar de observar a la mujer, cuando aquella se levantaba para buscar algo, en la nevera, o en la lacena de la cocina. Comprobó que la misma mantenía unas piernas perfectas, con unos muslos limpios y sin ninguna vena aparente, como si hubieran sido diseñadas por un artista. Y, constató, que tenía un trasero que, que se revelaba debía ser redondo, como el de su hija.
Leonila, se había percatado de la miradas del joven, y aunque inicialmente se molestó, luego, como toda mujer algo coqueta, le gusto que un hombre joven con aquel se fijara en ella. Por ello, se fue moviendo, casi pausadamente, para que el joven pudiera recrearse con su cuerpo. Incluso, en una ocasión, ella captó esa mirada, se sonrojó, pero tampoco dijo nada.
Tras el café, los dos hermanos marcharon a un patio a descansar, mientras que Miguel se quedó en la sala. La mujer se puso a recoger la cocina, y luego vino a sentarse a su lado.
– ¿Qué tal se encuentra mi sobrina Maribel? -.le pregunto ella para romper el silencio.
– Ya sabes. No quiso venir. No conozco, ni tampoco me ha querido comentar nunca que les ha ocurrido con vdes para no llevarse bien.
– -No te preocupes son problemas de familias. Pero celebro que tú, superes la situación, y hayas venido. Yazmina me ha hablado muy bien de ti y la forma en que la atendiste en su viaje a España. -le comentó la mujer.
– Bueno. Intenté suavizar la situación. Su hija es una buena muchacha- le comentó Miguel.
La mujer se sonrió con su respuesta, pero no dijo nada. En ese momento, Miguel se dio cuenta de que podía conocer algo de lo ocurrido en el viaje de su hija a España. Al rato, ella le dice: creo que esos dos se han puesto a jugar al dominó. ¿Qué te parece si te llevo donde Yazmina? ¿me supongo que querrás saludarla?
Por mí no hay problema. Le comentó el, algo nervioso ante la posibilidad de un encuentro con la joven.
La mujer volvió a cambiarse, observando que ahora llevaba un traje de una sola costura, bastante ceñido, y que, el estimo algo más corto de lo normal. Ya en el coche, no pudo evitar que se le fueran los ojos para las piernas de la mujer.
Pronto llegaron al domicilio de aquella, resultando que solo estaba ella y el niño. En cuanto Yazmina lo vio, enrojeció, pero, tras superado ese primer momento, salió contenta a saludarlo. Miguel se dio cuenta que la joven había cambiado muy poco, pese a su embarazo y lactancia, y, realmente permanecía casi igual. Ella, pese a la presencia de su madre, termino abrazándolo efusivamente, incluso retrasando un poco el abrazo. Rocuo se percató de que, al contacto con Yazmina, su pene respondió al instante.
-Hola Yazmina. Te encuentro fenomenal. No has cambiado nada- le dijo.
-Gracias. Tú, tampoco veo que hayas cambiado. Y luego dirigiéndose al niño le dijo: éste es Jordán.
-Hola Jordán. ¡Que grande está!. Y el mismo le acercó un detalle que había llevado expresamente para el niño y otro para ella.
-Gracias. ¡No te dije mama! Es muy detallista! – expresó ella con alegría, ante el hecho de que se acordara a de la misma.
Estuvieron hablando durante un buen rato, y luego Leonila, le indicó que iba un momento con el menor a buscar algo a la tienda, con lo que se quedaron solos. En cuanto la madre salió de la casa, ella le dijo: ¡sabía que vendrías! ¿Has venido a verme a mi, o a Jordán?
-He venido a verte a ti. Luego la mira, y le pregunta: No me dirás que Jordán…-
-Claro que lo sabes bien. ¡Sabes que es hijo tuyo!. Acaso no recuerdas que te corriste varias veces dentro de mi, pese a mi estado. ¿acaso no has visto el parecido del niño? Le comentó ella.
– ¿Lo sabe alguien más?
-No te preocupes. Convivo con un joven, con el que mantuve relaciones al poco de llegar. El piensa que es hijo suyo, pero, yo sé bien quien es el padre.
– Si es así, te ayudaré en lo que haga falta.
-No te preocupes.
Ella fue a buscar un refresco a la cocina, y Miguel la observó mientras caminaba, y recordó aquellas nalgas redondas y su precioso coño. Ella, intiéndose observada, miró rápidamente hacia la entrepierna del hombre, exclamando: ¿No me estarías mirando el culo? ¡que hijo puta .!. ¿te has empalmado?…
-Joder. Yazmina. Verte de nuevo así… ya sabes…¡te dije que te echaría de menos!.
La joven, se le acerca, y ni corta ni perezosa, echa mano a la entrepierna del hombre y atrapa la tranca del mismo, la cual ya se encontraba endurecida. ¡Veo que sigues conservado tu vitalidad! ¿Qué pasa mi prima no te trata bien?
-ya sabes como es.
Ella le mira, y le pregunta: ¿no estarás pensando en volver a meterme esa polla de nuevo? ….¡conociéndote seguro que lo has pensado!
-¡Si no fuera porque puede llegar tu madre y el niño, te clavaría ahora mismo!
-Y ¿cómo sabes que yo te lo voy a permitir? Acaso quieres volver a preñarme… ¿es eso lo que pretendes? Le dijo ella sin parar de masajear la tranca del hombre sobre el pantalón.
En ese momento aparecieron en la puerta la madre de Yazmina, y ambos se detuvieron e intentaron relajarse. Sin embargo, Leonila se había percatado de que su hija le estaba tocando el bulto del pantalón a Miguel. Aunque no dijo nada. No obstante, observó el bulto en el pantalón del hombre, le miro, se sonrojó, y se fue directa a la cocina a dejar la compra realizada.
Al rato, Leonila decidió que era hora de volver, aunque quedó con Yazmina en volver otro día. Ya en el coche, la mujer estaba enfadada, ante lo que había visto en la casa de su hija. En ese momento se dio cuenta de que su hija le mentía, y que posiblemente el hijo fuera de este hombre. En un momento dado, tal era su enfado, que detiene el coche en un descampado de la carretera, y le dice: -¿te cogiste a mi hija en España, verdad?
-¿Cómo dice…? Le contesta el sorprendido.
-Me has escuchado bien. He visto lo que te hacia mi hija. Sospecho que Jordán es hijo tuyo ¿me equivoco?
Miguel, no pudo negarlo, y terminó diciéndole: Lo siento. Su hija es muy hermosa. No sé qué paso, pero al final … las cosas se dieron…. Hicimos el amor… Pero no sé si es mi hijo. Yazmina lo afirma … ¡sé que soy un sinvergüenza, y me arrepiento de no haberme sabido resistir…!
Ella le mira y con cara bastante autoritaria le dice: ¡Todos sois iguales. Los hombres sois unos cabrones machistas. Solo pensáis en vosotros. ¿no pudiste resistirte?
Miguel se dio cuenta de que aquella mujer, estaba alterada, y en ocasiones hasta casi le insultaba. Y en un momento dado, ella le dice: ¡He visto como me mirabas en la cocina de casa esta mañana! ¿Qué pasa, piernas que todas las mujeres de esta familia van a estar a tu alcance? ¡A mi me respetas…! ¡te has enterado!, le dijo casi de forma insultante mirándole a la cara. Al girarse para hablarle, Miguel comprobó que se le subió un poco el traje y dejó a la vista gran parte de sus muslos, y hasta pudo detectar la braga blanca que llevaba puesta. La mujer al ver la mirada, le dice: ¿pero…? ¿serás cabron?… ¿estabas mirando mis piernas?
Miguel entendió, que una mujer como aquella mujer solo podía tratársele de una forma, así que le contesto: ¿acaso no te has puesto de esa manera para que viera tus piernas? ..¡Señora… vd me reprochará lo que quiera!,…¡pero ha sido vd la que me ha mostrado sus muslos! ¿acaso cree que soy de piedra?
-Pero… ¿quién te has creído que soy?… acaso crees que puedes tratarme como hiciste con mi hija- le contesta ella alterada intentando bajarse el traje.
Miguel, pese a las palabras, se había excitado con aquella mujer. Luego, la mira y le contesta: En modo alguno quiero molestarla. Pero, ¿no puede recriminarme que me excite ante la visión de una tremenda mujer como Vd?. ¿Mucho más tras haberle visto sus bragas?
Quee… ¡eres un mentiroso! ¿No has visto mis bragas?
– ¿Quiere que le diga el color de estas?
– Eres un sinvergüenza. ¿Como te atreves?
– Como quiera. Aunque seguro, que ya no estarán tan blancas. Lo más probable es que estén humedecidas.
– Queee e intentó darle un tortazo.
Pero, en esto Miguel fue más avispado, y sujetándole la mano, tiró de la mujer hacia él, y acercando su boca a la suya, pego sus labios a los de la mujer, ante la sorpresa de aquella, que intento reaccionar y soltarse, pero el hombre la sujetó con fuerza y hasta logró meter su lengua dentro de la boca de aquella. El beso duró casi un minuto, y al soltarse, la mujer abrió la puerta del coche y sale del mismo. Se queda fuera agitada, nerviosa, pensando. Seguramente no esperaba una reacción como aquella de aquel joven.
Aquel, se quedó dentro del coche esperando que aquella regresara, lo cual hizo a los pocos minutos. La mujer arrancó el coche y no le dirigió la palabras en todo el recorrido hasta llegar a la casa.
Ya en la casa, ella le dijo a su esposo que se sentía un poco indispuesta y que se iba a su habitación. Tras esto, Miguel regresó a casa de sus suegros.
Paso casi una semana, y Miguel seguía visitando lugares. Su suegro, le prestó un vehículo y comenzó a moverse solo por la ciudad y alrededores. Su esposa se lo pasaba todo el tiempo con su madre, evitando salir con él, enfadada por haber ido a visitar al hermano de su padre. Y, más furiosa se puso, al conocer que había visitado a su prima. Tal era su enfado que se negó hacer el amor. Evidentemente, Miguel no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo sin hacer el amor o masturbarse, y en casa de sus suegros, esto era complicado.
Una mañana, tenía el vehículo a su disposición. Él sabía que Yazmina iba por las mañanas a llevar el niño a la guardería y luego regresaba a su casa. Su pareja trabaja en un hotel y solo regresaba casi de noche. Aquello lo animo, y dirigió su vehículo hasta la casa de aquella. La compró un detalle, y toco en su casa. La joven estaba con una simple camiseta y una falda bastante ajustada. No esperaba a nadie, y pensaba que era el cartero.
Al encontrarse con Miguel en la puerta, aquella se sonrojó, y mirándose como iba vestida, la dijo: ¿eres tu?.. ¿Por qué no me avisaste? Mira cómo voy vestida.
-Me encanta. Estas igual de preciosa. Y, Miguel concentró su mirada en la camiseta que llevaba, denotando que no llevaba sostén debajo.
Ya dentro de la casa, en la toma desde atrás, la besa en las orejas y en el cuello, al tiempo que sus manos de depositaba sobre los pechos de la joven. oh Miguel … ¿que haces?
Pero el hombre no dejó de toquetearla, manoseándola, hasta que ella se giró de frente y le comenzó a besar ardientemente en la boca. -oh cabronazo… ¡cuánto te he echado de menos!
No tardaron mucho, y pronto el hombre la desnudó al completo, pero ella le dijo: -Oh Miguel … ¿tendrás que hacerlo con condón?… no quiero volver a quedar embarazada.
Sin contestarle se dirigieron a la cama, y ella tomo en su mano el pene del hombre, y lo masajeo recordando los momentos vividos en España. Luego alcanzó a tocar los testículos del mismo, y le comentó: ¿oye… cuanto llevas sin correrte?… los tienes repletos.
-pues bastantes días. Tu prima me ha vedado, por haberte venido a ver.
-¿Y quieres que yo te saque esa lechita?. ¡Joder como estas!
El también se concentró en el coñito de ella, logrando sacarle el primer orgasmo, y luego cuando el enfiló su polla hacia su cochito, aquella lo detuvo y le dijo: ya te dije que tendremos que hacerlo con condón.
La joven sin esperar su respuesta tomo una caja de condones que guardaba en la mesa de noche, y extrayendo uno intentó colocárselo. Pero, ya Miguel había detectado que eran condones de marca norma, y el necesitaba uno de la marca xxl. Pese a varios intentos no logró que entrar ni el prepucio.
-Joder. ¡Esa polla que la tienes enorme! No sirven. Pero… ¡a pelo no podemos!
Miguel estaba divisando en el espejo de la habitación el precioso trasero de la joven que se reflejaba en el espejo. Ella le miró y le dijo: ¿no pensarás en metérmela por detrás?… jamás lo he hecho. Y con la pieza que tienes me romperías.
Venga preciosa. Al menos podemos intentarlo, y así no tienes problemas de quedar embarazada.
Yazmina estaba indecisa, pero pronto vio como el hombre la colocaba en cuatro sobre la cama, tomaba un gel y se embadurnaba los dedos, para acto seguido comenzar a pasar los mismos por el anito.
Miguel estaba como una moto. Ver aquel trasero tan redondo, con aquellas nalguitas perfectas, y el pequeño orificio de la misma, era un verdadera tentación. Al poco tiempo comenzó a meter el dedo índice, viendo que, pese a las quejas de la joven, se iba dilatando el esfínter y pronto, ante su sorpresa, observó que aquel culito se pudo tragar dos dedos.
-oh Miguel mejor lo dejamos ooo me vas a reventar.. lo presiento.
Cuando vio que sus dos dedos entraban con facilidad, acercó su verga al culito de la joven, y con cuidado, muy despacio presionó, observó como entraba el glande. La joven, al momento intento evitar que siguiera. Le dolía demasiado, sentía que tenía ganas de ir al baño. Pero Miguel la retuvo, y continuo con la penetración. Oh sácala noooo
El hombre estaba decidido a clavarle todo su cipote a la joven. era algo inenarrable. Jamás había hecho sexo anal, pero el placer que le propiciaba el culito de aquella joven, le instó a continuar. El lubricante había hecho sus efectos y pronto observó cómo, pese a las protestas de la joven, tenías mas de la mitad de su pene dentro de aquel precioso ano.
Oh no … sacala … no sigas..
Miguel, decidió sacar un poco su falo, para luego comenzar a entrar y salir de aquel anito, haciendo que pronto la joven se sintiera mejor. En un momento dado, observa como entraba su enorme verga en aquel estrecho culito, y tomando a la joven por la cintura, le terminó de ensartar en su totalidad su nabo.
La joven dio una alarido: oh cabron me rompes ooooo
Había sentido como le había entrado en su totalidad el pene de Miguel. No obstante, aguanto valientemente, mientras sentía con aquel falo comenzaba a entrar y salir de su recto. Sentía como los testículos de aquel semental golpeaban sus nalgas cada vez que topa fondo.
El hombre, cambio de táctica y comenzó acariciar la espalda de la joven, para continuar tomando sus pechos con sus manos, lo que motivo, que la joven se fuera relajando y ahora empezaba a disfrutar de aquel “enculamiento en toda regla”.
Ruoco observaba como entraba su falo y le parecía imposible que semejante grosor de carne, entrara en aquel anito que había parecido tan pequeño. Con la verga totalmente dentro del trasero de la joven empezó suavemente a bombearla, echando su cuerpo hacia atrás para luego, moverse hacia delante, entrando y saliendo cada vez más rápido del culito de la joven.
El hombre se volvió loco y comenzó a coger bestialmente joven. La cama se movía de manera exagerada. Las nalgas de la joven comenzaron a temblar y rebotaban con las cogidas de aquel tremendo semental. Ella le decía palabras obscenas, viendo que aquello excitaba a ambos.
Miguel se encontraba en esa posición, cuando de pronto divisó una sombra en la puerta del dormitorio. Ni siquiera se habían percatado de cerrar la puerta de la habitación. Sin dejar de clavar a la joven, prestó atención y descubrió atónito que se trataba de la madre de Yazmina. Intento detenerse, pero viendo que la joven no se había dado cuenta, comenzó a perforarla una y otra vez, mientras observaba la cara de la mujer. Leonila había llegado de improviso al apartamento, y como tenía llave del apartamento, entró como otras veces. Al escuchar voces en el dormitorio de la hija, pensó que se trataba de su hija y su pareja. Pero, pronto descubrió que la voz del hombre no era la del joven que ella conocía. Con suma curiosidad se acercó, y quedó perpleja al observar como su hija era sometida analmente por el marido de su sobrina.
Pensó inicialmente en entrar y decirles de todos, insultarlos. Pero luego, recapacitó y pensó que su hija era mayor para decidir con quien se acostaba o no. Por otro lado, la escena le pareció tan morbosa que no paro detalle en visionarla. Pronto su mano, comenzó a tocarse sus pechos, y hasta se metió la mano entre su entrepierna. Jamás a ella la habían sometido de esa manera.
Su esposo, era tan pasivo sexualmente, que apenas disfrutaba del sexo con el mismo. Su enfermedad y su gordura hacían que aquellos encuentros fueran muy esporádicos.
Miguel, tremendamente excitado con aquella imprevista espía, comenzó a perforar con gran estruendo a la joven, manoseando sus pechos con ardor, mientras la enculaba una y otra vez. – ¡Uf Miguel me vas a reventar oooo si cabron…!
-Yazmina. Que buena hembra estas hecha. Tenía ganas de clavarte así.
-Ya lo veo cabrón. Siempre te he visto mirando mi culo. Oh joder como me entra… oo vas a hacer que me corra…
-oh si putita. Córrete con mi polla en tu culo.
La joven pronto entró en éxtasis, y alcanzo el segundo orgasmo de la tarde, esta vez clavada por su culo.
Ella se giró, aún en esa posición, con las manos de Miguel en sus pechos, que los apretaba, y acercó su boca buscando la del hombre. El tomo la nuca de la joven, y comenzó a besarle con lujuria mientras la continuaba atravesando con su polla. Se besaron desesperadamente, mientras sus tetas saltaban a cada arremetida del semental.
Leonila sentía que tenía todas sus bragas mojadas. Aquella escena la tenía totalmente excitada. Jamás había presenciado una escena similar.
Rocuo en un momento dado, salió del culito de la joven, observó el enorme boquete del mismo, pero el, aún no había terminado. El quería que la madre de Yazmina contemplara su nabo en vivo. Por ello hizo lo necesario para que la mujer pudiera contemplar perfectamente sus genitales. Luego tomó a la joven, la colocó boca arriba, y levantando las piernas de la joven, tomo su pene en su mano, y luego la dirigió al culito de la joven, quien en esa posición de misionero, ella misma pudo ver claramente como entraba y salía la verga del hombre de su pequeño ano.
Mientras la penetraba, miraba de reojo a la mujer de la puerta, constatando que ella se dio cuenta que había sido descubierta. En lugar de marcharse, aquella mujer le echo una mirada de odio y de reproche, pero no dijo nada. El continuo clavando con énfasis el culito de la joven, mientras la madre le observaba.
La cogía con tal fuerza que parecía que la quisiera reventar. Los sonidos que salían del trasero de la joven eran chop chop chop…
Miguel comenzó a gemir entrecortadamente, mientras las gotas de sudor bajaban por todo su rostro y su cuerpo.
La joven tras volver a correrse en esa posición, le dijo: – vamos cabronazo. ¿no querias correrte?… pue lléname mi culo… vamos córrete.. oh siiii
Apenas escuchó aqeullas palabras, Miguel comenzó a deslecharse dentro del culito de la joven, para luego terminar por sacarla, y correrse bestialmente sobre el vientre y pechos de la joven. Escena que fue contemplada ampliamente por Leonila, quien terminó teniendo un orgasmo allí mismo que reprimió, para no ser descubierta por su hija, pero que no pasó desapercibido al joven.
Leonila, nerviosa y agitada, decidió marchase por donde había llegado, abandonando la casa de su hija. Mientras regresaba a su casa, pensaba en lo que había visto, y se sentía tremendamente excitada. Sentimientos encontrados pasaban por su mente. Maldecía al Miguel por haber preñado a su hija y la forma en que la trataba, pero también, ansiaba se tomada por aquel joven. Había visto sus atributos y había quedado sorprendida.
Los amantes cayeron derrotados sobre la cama, con respiración agitada, quedándose así durante más de una hora. Luego, ella le dijo que tenía que marcharse, ya que iba a buscar al hijo a la guardería y debía ducharse.
Mientras, Miguel regresaba a la casa de sus suegros, recordó la escena de la madre de Yazmina masturbándose en la puerta de la habitación. Era evidente, que aquella mujer, pese a su apariencia de casta y coqueta, tenía ganas de un buen polvo. Aún le restaban dos semanas de estancia en Miami.




