Pasión nocturna con mi hermana historia de un incesto

Pasión nocturna con mi hermana historia de un incesto

Pasión nocturna con mi hermana historia de un incesto

Pasión nocturna con mi hermana historia de un incesto

Ahora en los últimos años de mi vida, ya muy maduro y con una larga y experimentada vida, vienen a mi memoria los recuerdos de infancia y especialmente los de mi adolescencia, tan claros como si hubieran sucedido mismo ayer, y hay unos que recuerdo con especial cariño.

Mi hermana Claudia es un par de años más mayor que yo, ella era una chica bajita pero muy bien proporcionada, yo hasta ese momento nunca me había fijado (la verdad, me había fijado en pocas chicas) pero la verdad es que era muy guapa y estaba muy buena, delgada y con pechos pequeños pero muy bien formados, un culo pequeño pero unas caderas redonditas, dejando unas curvas bastante apetecibles, aunque la verdad es que nadie se daría cuenta, siempre iba vestida con ropa muy floja, por lo que entre su ropa, sus gafitas de pasta y su pelo siempre poco arreglado pocos chicos se fijaban en ella, y encima era la mejor estudiante de su clase, siempre con muy buenas notas, la típica chica responsable. Yo conocía a sus amigas y eran todas lo mismo, alguna era muy guapa, pero todas iban siempre muy poco atractivas, siempre saliendo lo justo o nada, nunca nada de fiesta ni de baile ni nada parecido, la mayor parte del tiempo en la biblioteca, o en casa de alguna de ellas, siempre estudiando.

Pero era lo normal, ese año tenían el examen de acceso a la universidad y estaban muy presionadas, aunque yo no me di cuenta hasta años después, cuando me tocó a mí. Yo ya le decía por aquella época que tenía que salir más y divertirse, que si se arreglaba un poco más estaría muy guapa, pero ella siempre se burlaba, diciendo que no perdía el tiempo con esas tonterías. La verdad es que a mí por entonces ya me gustaba ir de fiesta, no era buen estudiante y hasta mi acceso a la universidad, mis notas eran un desastre, siempre aprobando por lo justo.

Aunque ambos teníamos nuestra forma de ser tan diferente, nuestra relación era buena, teníamos nuestra peleas pero las llevábamos muy bien, siempre con bromas y mucho sentido del humor, lo típico entre hermanos, y además pasamos mucho tipo juntos porque ella siempre me ayudaba con mis estudios, pasaba muchas horas en mi habitación controlando mis tareas, porque nuestros padres trabajaban y no podían estar con nosotros, incluso alguna vez me había ayudado a saltarme algún castigo, y también ayudarme con nuestros padres como coartada a taparme en alguna situación comprometida, como por ejemplo si llegaba con alguna cerveza de más o más tarde de mi hora, a ella no le ponían hora de llegada, por lo seria y formal que era, así que más de una vez llegó conmigo para tapar mi hora de llegada y decir a nuestros padres que estábamos juntos, lo cual los dejaba mucho más tranquilos, sabiendo que ella cuidaba de mí, y que conmigo no le dejaría que le pasara nada a ella. Lo cual es cierto, la verdad es que yo en aquella época ya tenía bastante cuerpo, era ya alto y estaba bastante fuerte, y ya tuve que ahuyentar a algún capullo que la molestaba a ella o a alguna de sus amigas. Sus amigas también lo agradecían, me veían como su hermano pequeño, todas ellas me veían como un niño pero no les importaba que las ayudara en ese tipo de líos con chicos de su edad.

Un día por aquella época pasé mucha, pero que mucha vergüenza con ella, yo tenía una revista porno que me había prestado un amigo, muy bien escondida en mi montón de apuntes del instituto, porque sabía que mis padres ni se acercarían a mirar allí, pero no contaba con Claudia y su revisión de mis apuntes para los exámenes, esa tarde cuando empezamos a revisar los problemas del día, ella fue al montón y sacó la revista, la puso encima de la mesa, y me dijo,

(Claudia)-Qué es esto?

Yo me puse colorado como un tomate, y no sabía qué decir, empecé a balbucear una disculpa, me había pillado totalmente desarmado,

(Demian)-Yo, yo.. , es que… no es mía, es que yo, verás, no es eso, es que, yo, verás, Manolo me la prestó y no pude devolvérsela aun…

(Claudia)-Y qué haces con ella?

(Demian)-Yo, nada, de verdad, nada de nada!!

(Claudia)-Me tomas por tonta? Ya sé lo que hacéis los chicos con estas revistas!! ¿Te haces pajas con ella? Pues que te aprovechen, mira que eres guarro, ¡¡pero eres un irresponsable!! ¿Y si la ve Mamá?

Yo notaba en su voz un gran cabreo, pero al mismo tiempo, por su cara pude darme cuenta de que estaba tratando de aguantar la risa, y traté de decir algo más,

(Demian)-Si, veras, ya tengo cuidado, de que no la vean, siempre está escondida…

Por la cara de Claudia, no la estaba convenciendo, y ella añadió,

(Claudia)-Mira, no importa que te hagas pajas, es lo normal de los chicos a tu edad, pero tienes que tener cuidado con la revista, si Mamá o Papá la ven se van a cabrear mucho contigo, ya sabes como son de serios con estas cosas, y no voy a poder protegerte, así que escóndela bien, que no pueda encontrarla ni yo!!

La verdad es que tenía razón, Papá y Mamá eran muy estrictos, si encontraban la revista porno el castigo iba a ser enorme, así que le di las gracias por no decir nada, y la volví a esconder, esta vez un poco mejor, en medio de los comics, ahí si que estaba seguro que no irían a mirar. Aunque no me di cuenta en aquel momento, lo pensé más tarde, ella también había mirado la revista cuando yo no estaba, y su cara sonriente cuando dejó que la escondiera de nuevo indicaba que aquello había sido muy divertido para ella, como buena herm Claudia mayor, hacerme pasar esa vergüenza era mucho mejor que la bronca que me había echado.

Aunque nuestra relación siempre había sido buena, desde aquel momento mejoró bastante más, parecía como si al conocer mi secreto ella me había empezado a ver más mayor, como si para ella había dejado de ser el niño pequeño que ella siempre cuidaba, y empezamos a hablar entre nosotros de temas más íntimos, más de adultos, de novios y de algunos aspectos sexuales, de los chicos y chicas que nos gustaban, y le fui contando algunas aventuras con mis compañeras de clase, le dije que era virgen, que efectivamente me hacía pajas (aunque no le dije que me hacía MUCHAS pajas), y que sólo había llegado a algún beso furtivo y algunas caricias por encima de la ropa con alguna compañera de clase. Ella también se sinceró conmigo, me llegó a decir que aún era virgen y que quería serlo hasta su noche de bodas, que le parecía lo más bonito que podía hacer, y que buscaba al hombre adecuado para casarse. Yo me reía de ella y le decía que era demasiado romántica, que tenía que ver más el mundo real y divertirse más, pero ella sólo pensaba en sus estudios y en hacer la carrera de Medicina, era su objetivo y nada lo iba a cambiar.

Dentro de esa confianza que habíamos empezado a tener, hubo una casualidad que la aumentó, yo acababa de salir de la ducha, como siempre en aquella época me gustaba mucho hacerme una paja mientras me duchaba, ponía la música alta y así era el mejor sitio para no dejar rastro, soltar lo gemidos que quisiera y quedar bien relajado, estaba de pie en medio del baño, aún con el pene medio en erección, y me estaba secando el pelo con la toalla por lo que no veía nada, y en ese momento mi herm Claudia entró en el baño, ya que nunca cerrábamos la puerta pero teníamos cuidado de llamar antes y no entrar cuando había alguien dentro, imagino que ella se despistó o con la música no oí la puerta, encima con la cabeza tapada por la toalla tampoco la vi entrar, porque me hubiera tapado, así que me quedé de piedra cuando la oigo,

(Claudia)- Serás cerdo!!! ¡¡Ahora entiendo por qué tardas siempre tanto en la ducha!! y encima seguro que la dejas toda pringada!!

Yo casi me caigo del susto de oírla, aparto la toalla de mi cabeza y la veo allí de pie, mirando fijamente a mi pene, que efectivamente ya no estaba todo en erección mirando al cielo, pero se mantenía grueso y tieso hacia adelante, iba a taparme y pedirle disculpas, pero pensé que ya daba igual, así que ni me moví, e hice como si no pasara nada,

(Demian)-Qué pasa? ¿No sabes llamar a la puerta? A qué te refieres?

(Claudia)-No te hagas el tonto conmigo!! ¡¡Que bien veo que estás todo empalmado, te haces pajas en la ducha!!

En ese momento, puede ver que no apartaba su vista de mi polla, así seguí como si nada, con una sonrisa de oreja a oreja, e incluso moví mis caderas para que el pene se balanceara de un lado a otro,

(Demian)-Pero ¡¡qué dices, si no estoy empalmado, sólo está algo morcillona por el calor del agua en la ducha, nada más!!

Pero ella se dio cuenta por mi sonrisa, y también se rió, y me dijo,

(Claudia)-Vale, lo que tú digas, pero ten cuidado, ¿de acuerdo? Mamá no está, pero si entra ella y te ve así, vas a tener lío!!!

(Demian)-Vale, hermanita, tendré cuidado!!

Luego me quedé pensando, muy divertido, vaya con mi hermanita, no le quitaba ojo a mi polla, ¡¡seguro que era la primera polla que veía en su vida!! La verdad es que tenía razón, si me veía así Mamá en la ducha o entraba mientras me hacía una paja seguro que iba a tener un buen castigo, con lo estrictos que son, así que tuve más cuidado en adelante, sobre todo si estaban en casa. Pero lo mejor vino unos días después, la verdad es que también fue por casualidad. Estaba en mi habitación escuchando música con unos auriculares, un walkman de la época, cuando me entraron ganas de ir al baño, la verdad es que iba pensando en mis cosas y entré sin llamar, y me quedé de piedra, allí estaba de pie mi hermana, ¡toda desnuda!!, se notaba que acababa de salir de la ducha, pero no la había oído con la música tan alta por los auriculares, la situación era divertida porque ella también estaba secándose el pelo, por lo que por unos segundos no se dio cuenta y pude verla desnuda con detalle, la verdad es que estaba mucho mejor de lo que yo pensaba, estaba delgada pero unas buenas curvas de caderas, un culo perfecto, muy firme y en forma de corazón, no muy grande pero tampoco pequeño, las tetas no eran tan pequeñas como me parecía, las tenía como las revistas porno, redondas, bien erguidas y con pezones pequeñitos apuntando arriba, y un pubis totalmente cubierto de pelo, la verdad es que estaba mucho mejor de lo que yo creía, hasta que a los pocos segundos al quitar la toalla del pelo se dio cuenta, y muy seria, pero sin taparse, me dice,

(Claudia)-Qué pasa? ¿No sabes llamar a la puerta?

Yo la verdad es que en ese momento me empecé a sentir fatal, era mi hermana y me había quedado mirándola desnuda en vez de salir, iba a empezar a balbucear una disculpa cuando ella sonrió, y me dijo,

(Claudia)-Vale, vale, me lo tengo merecido, yo hice lo mismo, así que es justo que lo hayas hecho también, ya me has visto desnuda, ¿contento? Pero no se lo digas a nadie, y tengamos cuidado, ¿vale? Si esto pasa cuando Papá o Mamá están en casa, tendremos un buen castigo los dos!!

(Demian)-Lo siento, no te había​ oído, de verdad, ¡¡no volverá a pasar!!

Le dije muy sinceramente, y ella no me dijo nada más y se dio la vuelta para empezar a peinarse en el espejo, la verdad es que aún me quedé unos segundos mirando su culo, la verdad es que tenía un culito muy bonito, y ella se dio cuenta porque quedó sonriendo mientras se peinaba, y salí del baño. La verdad es que tenía razón, si nuestros padres se enteraban de que nos veíamos desnudos en el baño el castigo iba a ser muy duro para los dos, pero lo cierto es que la situación hizo nuestra relación se hiciera aún más estrecha, nos contamos más cosas de lo que hacíamos saliendo y lo que nos contaban nuestros amigos y amigas, y aunque siempre lo hacíamos con cuidado de que no estuvieran nuestros padres, entrábamos con libertad en el baño o en la habitación uno del otro, así que no fue la última vez que nos vimos desnudos.

Unos meses después, hubo algo que no olvidaré nunca, ahí empezó el secreto que he guardado todos estos años. Durante unos días Claudia y yo tuvimos que compartir la habitación, desde siempre cada uno teníamos nuestra habitación, pero tuvimos que hacer obras en casa, por lo que nos mudamos temporalmente de alquiler durante esas sem Claudia s a otro piso, en el mismo edificio, pero era un piso bastante más pequeño, por lo que nuestros padres estaban en una habitación y nosotros dos tuvimos que compartir la otra habitación, con dos camas gemelas pegadas ocupando todo el espacio, que era para una sola cama, y aunque poníamos las sáb Claudia s por separado, estaban tan juntas que era como si fuera la misma cama, y realmente, chocábamos toda la noche y no podíamos dormir, así que decidimos acostarnos a la inversa uno del otro, la cabeza a los pies del otro, así al menos no chocábamos y podíamos dormir.

La verdad es que a nosotros no nos importaba, pero nos quejamos mucho a nuestros padres por eso, que queríamos nuestra intimidad y todo eso, pero realmente estábamos encantados de estar en la misma habitación, de esa forma nos contábamos intimidades con mucha más libertad, y podíamos hablar en voz baja hasta muy tarde sin que ellos se enteraran. Ya estábamos a finales de primavera y estaban llegando los primeros días de calor, ese apartamento era más soleado que nuestro piso y aunque estaba muy bien ventilado, con el paso de los días empezó a hacer mucha calor, en cama sólo poníamos una sáb Claudia y tanto Claudia como yo poníamos pijamas muy flojos de manga corta y pantalón corto.

Ya habían pasado varias noches compartiendo la habitación, y con la ropa de cama por separado no había habido problemas, pero esa noche hacía más calor que las anteriores, incluso con la ventana abierta desperté de noche, tuve que quitar la sábana, y quedé tumbado sobre la cama, incluso así tenía calor y me quité la parte de arriba del pijama, intentando volver a dormir. Con la luz tenue que entraba de la calle por la ventana pude ver que Claudia también se había destapado, estaba tumbada sobre la cama boca arriba, y había desabrochado un par de botones de su pijama de chaqueta, quedando el hueco justo para dejar uno de sus pechos al aire sin ropa interior. La verdad es que estaba tan cerca, allí a apenas unos centímetros, que me quedé mirando su teta y su pezón, la chaqueta aún tenía hueco, así que con mucho cuidado alargué la mano y tiré poco a poco de su chaqueta de pijama, hasta que el segundo pezón quedó a mi vista, dejando el mejor espectáculo que había visto hasta entonces en mi vida. Aunque ya la había visto desnuda, ahora podía deleitarme con la vista de sus pezones, con todo detalle y sin tener que didimular… Tenía los pezones pequeñitos pero erguidos y puntiagudos, podía ver como subían y bajaban al ritmo de su respiración, estaban tan cerca que a pesar de la poca luz que había, pude disfrutar de los detalles, y me empecé a excitar, casi sin darme cuenta en unos segundos me puse en erección y tuve que sacar la polla del pijama, y me empecé a masturbar mirando los pezones de mi hermana, hasta que me di cuenta y la vergüenza hizo que parase, ¡Era un guarro, me estaba pajeando mirando las tetas de mi hermana!! Me sentí fatal y me di la vuelta, para no mirarla más, tardé en poder dormir, pero al final lo conseguí, aunque desperté con un tremendo dolor de testículos y aún algo empalmado, y Claudia se dio cuenta, ya que el pantalón corto del pijama no tapaba casi nada, al levantarme ella se dio cuenta de que la tenía toda dura, pero sólo me sonrió y no me dijo nada.

A la noche siguiente, también hubo otra charla nocturna, pero esa noche ella sacó muchos detalles picantes, comentó que una de sus amigas le había hecho sexo oral a su novio por primera vez, y explicaba con todo detalle como había sido, cómo se la puso bien dura y cómo se corrió en su boca, que lo había escupido todo pero que le gustaba el sabor del semen y que la siguiente lo iba a tragar todo…, yo estaba cada vez más excitado con aquello y con el recuerdo de sus tetas, encima estaba dejando algún botón suelto y casi podía ver sus pezones por su escote, tuve que hacer esfuerzos para no volver a empalmarme allí hablando con ella!! Esa noche, entre el calor en el apartamento y la charla con Claudia, no podía dormir, me levanté al baño a refrescarme, me apetecía hacerme una paja en el baño pero con nuestros padres en casa era muy arriesgado, era el mismo baño para todos, así que después de mojarme la cara volví a cama, me acosté y no pude evitar mirarla, también estaba destapada y tenía la chaqueta más abierta, con todos los botones sueltos, así que sus tetas estaban allí a mi vista, no podía apartar la mirada de aquellos preciosos pezones, la verdad es que estaba preciosa allí tumbada, la poca luz que entraba de la calle iluminaba su cuerpo y yo no podía dejar de mirar y admirar aquel cuerpo juvenil. Me di la vuelta varias veces, intentando relajarme para poder dormir, así durante un buen rato, y al final cerré los ojos y me quedé quieto.

Pero cuando ya casi dormía, de repente oigo un leve gemido, abro los ojos y la miro, Claudia había deslizado una mano por debajo de su pantalón corto y se estaba tocando en el pubis, iba a preguntarle si estaba bien pero no estaba seguro de lo que pasaba, no dije nada y disimulé estar dormido, para ver qué hacía, aunque no pude apreciarlo bien porque el pantalón tapaba lo que se tocaba, pero al intuir sus movimientos de repente lo entendí, ¡mi hermana también se estaba masturbando!! Dudé unos segundos más, ella seguía con los ojos cerrados, y aumentaba el ritmo del movimiento de su mano debajo de su pantalón corto, lo mismo que aumentaba el ritmo de su respiración, sus pezones estaban más puntiguados que la noche anterior, y pude escuchar como le salía otro gemido, en ese momento ella se lleva la otra mano a la cara y mete el puño en su boca, no quiere que la oigan, yo me sigo haciendo el dormido pero ya estaba empalmado de todo, ella sigue así durante unos minutos, con el movimiento de su mano cada vez más rápido hasta que de repente se para, se estira de todo su cuerpo para a continuación acurrucarse sobre su barriga y trata de evitar un gemido, uno mucho más largo que puedo oír perfectamente, se queda como temblando unos segundos más y luego se queda quieta, quita la mano del pantalón y de la boca, y no se mueve aunque su respiración seguía acelerada, bajando poco a poco, entonces lo supe, así es como tienen orgasmos las chicas!! Ella me miró, pero yo me seguí haciendo el dormido, no estaba seguro si me habría visto, yo ya estaba muy empalmado, no me atrevía a moverme para no descubrirme. Esperé a que ella no se moviera, parecía ya dormida así que entonces puse mi polla entre mis piernas y la froté entre ellas, estaba tan excitado que al momento me corrí, puse la parte de arriba del pijama para recoger todo el semen que salió, y lo dejé en el suelo.

A la mañana siguiente, mojé mi pijama en el baño para disimular todas las manchas de semen, y lo eché con la ropa para lavar, mi hermana me vio y se rió, diciendo que manchaba demasiada ropa, y no le di importancia, pero ella quedó revisando la ropa sucia. Esa misma noche, hacía aún más calor, y antes de dormir volvimos a tener otra charla muy picante, y esta vez Claudia me contó algo mucho más especial,

(Claudia)-Sabes? Te hice caso, ya no soy virgen…

(Demian)-Como, que? ¡¡Le pregunté yo, alucinando con la noticia!!

(Claudia)-Me he acostado con Juan, ya sabes, mi compañero de clase, en su casa cuando quedamos para estudiar, no lo planeamos, estábamos hablando de otros temas, pero la conversación fue subiendo de tono, no sé cómo, pero nos excitamos los dos, y …

(Demian)-pero lo hicisteis? de verdad que follásteis?

(Claudia)-Si, estábamos repasando biología, sistema reproductor, hablábamos de lo poco claros que eran los profesores al hablar del sexo, poco a poco pasamos a hablar de sexo, no entre nosotros, si no de la gente que nos contaba que lo hizo, él estaba con el pantalón corto de gimnasia, y se le notaba algo empalmado por debajo del pantalón, se lo dije y le acaricié por encima del pantalón, y él me tocó las tetas por encima de la ropa, la verdad es que me gustó, con todo eso se puso todo empalmado, me puse muy excitada, empezamos a besarnos y acariciarnos, nos desnudamos allí mismo, y lo hicimos en su cama,

(Demian)-Y qué tal fue? ¿Te gustó?

(Claudia)-No, no me gustó, muy mal, fatal, Juan estaba muy nervioso, casi ni fue capaz de ponerse el preservativo, tuve que ponérselo yo, y encima se corrió muy rápido, justo después de empezar a penetrarme, la verdad es que no sentí casi nada

(Demian)-Te dolió?

(Claudia)-No, no me dolió nada, es más, casi ni me enteré, fue tan rápido que cuando la empecé a notar dentro se corrió y la sacó, pero eso no fue lo peor…

(Demian)-No? Pero qué os pasó?

(Claudia)-Tu ya lo sabes, ya te lo dije alguna vez, a mí ese chico me gustaba, por eso no me importó que lo hiciéramos, pero es que encima, cuando acabamos, le dije si quedábamos para salir o tomar algo, y me contestó que no, que no quería salir conmigo, ni quería saber nada de mí, ¡ni novios, ni nada de nada!!

Estaba claro que le había parecido fatal, yo sabía que a Claudia le gustaba ese chico, y pensó que él también sentía lo mismo, porque me lo dijo casi llorando. Yo la consolé un poco y se le fue pasando, estaba claro que no le había gustado, vaya cabrón el tío, pero lo malo es que otra vez me puse muy excitado, yo incluso pensé que Claudia tenía que darse cuenta de que me ponía muy cachondo con esas conversaciones y que lo hacía a propósito, pero no, la pobre estaba bastante hecha polvo, la pobre necesitaba sincerarse con alguien.

A pesar del sueño que tenía de haber dormido poco la noche anterior, con todo aquello me costaba mucho dormir, entre el cansancio, el calor y el recuerdo de la noche anterior, no podía quedaba dormido, así que me quedé en cama sin moverme, con los ojos cerrados intentando dormir, me llegué a quedar dormido, pero está vez me despertó escuchar otro gemido, yo creo que ya estaba pendiente otra vez, así que abrí los ojos, Claudia estaba boca abajo sobre la cama, y lo primero que pensé, ¡Mierda, ya no le puedo ver las tetas!! Me fijé mejor, estaba con la cara sobre la almohada, pensé que intentando silenciar sus gemidos, y con las piernas muy separadas, una de ellas colgando por fuera de la cama, y con una mano por debajo del pantalón corto del pijama, estaba claro que se estaba masturbando otra vez, aunque no podía ver nada, pero de repente levantó el culo, se ve que para tocarse mejor, hasta apoyar sus rodillas pero sin levantar la cabeza de la almohada, lo suficiente para que su pantalón de pijama, que era muy flojo, se cayera un poco por sus piernas, ¡dejando todo su culo al aire!!. No me lo podía creer, con aquel movimiento me había dejado un increíble primer plano de su sexo, incluso a pesar de la oscuridad y de su abundante pelo púbico, gracias a estar acostado en el sentido contrario, incluso con la poca luz que entraba por la ventana podía ver claramente todo su culo, su vagina y su ano, lo tenía tan cerca de mis ojos, a sólo unos centímetros, ahora sí que podía ver cómo se frotaba la vagina con sus dedos, con varios movimientos, la frotaba y paraba unos segundos, se introducía los dedos en la vagina, y los sacaba de nuevo para volver a frotarla con fuerza, así una y otra vez, durante un buen rato, sus gemidos estaban ahogados por la almohada pero los podía escuchar sin problema, con aquella vista y sus gemidos me puse otra vez muy excitado, estaba completamente empalmado, mientras ella siguió a lo suyo, y al igual que la noche anterior, al poco se corrió y los gemidos de su orgasmo fueron mucho más numerosos, y aunque tapados por la almohada, perfectamente audibles para mí.

A los pocos segundos ella se quedó quieta y en silencio, girada hacia el otro lado de la cama, y cuando me pareció que ya debía estar dormida, me puse boca arriba y saqué mi polla, allí estaba como un mástil y dura como una piedra, estaba tan excitado que quería hacerme una paja bien, con la mano, no como la del día anterior, volví a preparar la camiseta del pijama para mi corrida y empecé a masturbarme, muy despacio y con los ojos cerrados, para disfrutarla con cuidado, pensando en la visión del coñito de mi hermana, cuando de repente noto que algo toca mi polla, abro los ojos y allí estaba Claudia, acariciando con cuidado mi polla, yo intenté decir algo,

(Demian)- Claudia, pero qué…. Pero ella me tapó la boca con su mano, y dijo,

(Claudia)-Shhhhhhh, estás dormido y soñando, sigue dormido, cierra los ojos y sigue durmiendo, estás soñando…

Yo quedé mirando para ella, empezó a acariciarme el pene con cuidado, como no sabiendo cómo hacerlo, y me bajó los párpados con sus dedos, y volvió a repetir,

(Claudia)-Shhh, cierra los ojos … duerme, duerme, ahora estás soñando, deja los ojos cerrados!!

Yo le obedecía, alucinando con la situación, me quedé tumbado con los ojos cerrados, notando como su mano acariciaba mi pene y mis testículos, así durante un buen rato, y al poco pasó a masturbarme la polla, frotando de arriba a abajo muy lentamente, y yo pensando en lo bueno que es que te hagan una paja, cuando de repente noto algo húmedo en el capullo, abro los ojos y veo que Claudia está pasando la lengua por todo mi glande, ella estaba con los ojos cerrados, como queriendo saborearlo con cuidado, así que yo seguí con los ojos abiertos, disfrutando de la vista de mi hermana lamiendo mi capullo, no me lo podía creer pero me encantaba, tuve que hacer esfuerzos para no correrme en ese mismo momento, la dejé seguir y de repente, paró de lamer y se metió mi polla en su boca, empezando a chuparla con mucha saliva, como si estuviera comiendo un helado, no pude aguantar un gemido y esta vez fui yo quien tuve que meter mi puño en la boca para que no se oyeran, y en ese momento ella abrió los ojos y nos cruzamos las miradas, vio mi cara y su mirada fue de satisfacción, durante un par de segundos paró la mamada y mostró una sonrisa pícara, pero al momento la volvió a meter en la boca, y esta vez empezó a chupar con más fuerza, subiendo y bajando su cabeza sobre mi polla, con los ojos abiertos mirándome fijamente. Siguió haciendo fuerza con su lengua y su paladar sobre mi glande, no sé si fue por la mamada o por su mirada, la excitación fue tal que no pude aguantar ni un segundo más y me corrí, no me dio tiempo ni a decirle nada, al notar el semen en su boca ella paró de chupar y apretó sus labios contra mi polla, por sus movimientos estaba claro que se estaba tragando todo mi semen, cuando paró de salir me lamió otra vez todo el capullo y se aseguró, masturbando y apretando mi pene y lamiendo mi capullo, hasta estar segura de que ya no salía ni una gota más, y dijo,

(Claudia)-Sí, mucho mejor así, no podía dejar que mancharas dos veces el pijama o Mamá iba a sospechar.

Y antes de que yo pudiera decir nada, añadió,

(Claudia)-Shhh, ahora cierra los ojos, duerme, sigue soñando, has estado soñando, duerme…

Yo obedecí y cerré los ojos, había quedado tan relajado que me quedé dormido al momento. Cuando desperté, realmente me entró la duda, ¿había sido real o sólo un sueño? La verdad es que estaba medio dormido y no estaba seguro, miré mi pijama y afortunadamente no había ni rastro de semen, Claudia se metía conmigo al desayuno como siempre hacía, burlándose de mi cara de sueño, y me fui al instituto rompiéndome la cabeza, con la duda de si realmente había pasado algo o sólo fue un sueño. Esa noche, con Claudia todo fue como siempre, nos acostamos, esperamos a que nuestros padres no hicieran ruido y empezamos a charlar, como las otras noches el tema fue muy picante de las charlas con sus amigas, pero ella no hizo ni la más mínima referencia a la noche anterior, pero había un brillo especial en sus ojos, y alguna de sus sonrisas me hizo sospechar pero no le dije nada, si realmente fue un sueño menudo lío podía tener si le decía algo. Me acosté y me hice el dormido, incluso llegué a roncar brevemente, y abría un ojo durante un segundo, lo justo para ver lo que hacía, y en ese momento la veo otra vez, se ve que le había gustado la postura de ayer, porque estaba otra vez igual, de rodillas y con la cara en la almohada, esta vez ella ya se había quitado el pantalón y la chaqueta del pijama, estaba desnuda de todo, y estaba empezando a frotarse la vagina con los dedos, aún iba muy despacio, dejé que siguiera un poco, y cuando escuché los primeros gemidos ahogados por la almohada, con mucho cuidado me levanté, y le puse la mano en el culo, acariciando con cuidado, ella lo notó, y dijo, en voz muy baja,

(Claudia)-Demian, que haces!!??

Pero yo le dije, mientras bajaba mis dedos hasta su vagina y empezaba a tocarla,

(Demian)-Ssshhhhhhh, estás dormida y soñando, sigue durmiendo, cierra los ojos y sueña!!

En ese momento ella sonrió, y volvió a dejar su cabeza sobre la almohada, retirando sus dedos de su vagina, yo empecé a acariciarla, apartando su vello púbico para poder ver mejor su coño, estaba alucinando con el primer coño que tocaba en mi vida, estaba todo húmedo y ella temblaba cada vez que lo tocaba, primero empecé a acariciarlo como vi que hacía ella ayer, y al momento volví a oír sus gemidos, podía notar que tenía el coño muy mojado, y cuanto más frotaba más se mojaba, recordé lo que había visto en la revista porno, un hombre metiendo la lengua en el coño de una mujer y pensé que tenía que probarlo y devolver a favor a mi hermana, estaba seguro que le gustaría, así que acerqué mi cara a su vagina y empecé a pasar mi lengua por toda su vagina, ella levantó la cabeza y me miró, creo que me iba a decir algo, pero al pasar mi lengua por toda su vagina, ella cerró los ojos, se mordió el labio y volvió a poner la cara en la almohada. Yo fui lamiendo con cuidado todo su coño, así de arriba a abajo sin parar, con delicadeza pero sin pararme en especial en ningún sitio, desde el pubis hasta su culito, cada movimiento de mi lengua provocaba un gemido, pero vi que cuando más gemía era cuando pasaba la lengua por la parte más superior del coño, recordé que en clases había oído hablar del clítoris y que era el sitio más sensible del sexo de las mujeres, me imaginé que estaba ahí, así que paré de lamer de arriba a abajo y me centré en ese lugar, volví a separar un poco el vello púbico y los labios de su coño con los dedos, y pude ver aquel botoncito que salía entre la piel, estaba claro que ese era el sitio, me dediqué a lamer ahí con más intensidad, el incremento de sus gemidos me confirmaba que había acertado, y de su coño no paraba de salir un fluido viscoso que me mojaba toda la cara y que me parecía el néctar más delicioso que había probado nunca, puse mis manos en sus nalgas, las agarré y las separé con fuerza, hundiendo mi boca todo lo que podía en su coño y moviendo mi lengua todo lo rápido que podía, sus gemidos cada vez eran más continuados y a los pocos segundos pude escuchar un gemido más largo y ahogado que los demás, el gemido fue tan largo y tan intenso que hasta pensé que nos oirían pero no paré de lamer, era la primera vez que hacía correrse a una mujer y no me lo podía creer, me encantaba notar sus movimientos al ritmo de mi lengua, ella me empujó para separarme de su coño, pero yo seguía, hasta que levanta la cabeza y me suplica,

(Claudia)-Para, para, por favor, no aguanto más, voy a gritar si no paras …

Al escucharla, por un momento pensé si la estaría lastimando y paré al momento, y ella se dejó caer tumbada sobre la cama, con los ojos cerrados y la respiración muy agitada, se estiró sobre la cama y sus tetas quedaron a mi vista, le fui acariciando las piernas, el torso, hasta llegar a sus tetas, tenía los pezones muy duros, soltó otro gemido, me puse sobre ella y empecé a lamer sus pezones, ella abrió los ojos y me miró, al morder delicadamente sus pezones se tuvo que tapar la boca con su puño, pero con la otra mano buscó bajo el pantalón de mi pijama, yo ya estaba completamente en erección y ella empezó a masturbarme con cuidado, me separó de sus tetas con delicadeza, me empujó con cuidado hasta tumbarme en cama boca arriba, y sin soltar la mano de mi polla se la metió en su boca, empezando a chupar con muchas ganas, y yo me relajé, su mamada era muy buena y si no me concentraba me iba a correr muy pronto, así que fui dejando que jugara, mantuvimos nuestras miradas uno al otro todo el tiempo, Claudia se dedicó a jugar con la mano y la boca, por toda mi polla y los testículos, me chupó y acarició todo, tuve que volver a morderme el puño para que no se oyeran mis gemidos, y no tuve que decirle nada, por mi mirada cuando notó que iba a correrme volvió a meterse la polla en su boca, no paró de mirarme mientras iba recibiendo toda la corrida en la boca y tragando todo mi semen, hasta el última gota, y cuando vio que ya no salía nada, sin decir nada se relamió los labios y volvió a su cama, nos pusimos los pijamas y quedamos los dos en silencio, y al momento nos quedamos dormidos.

Durante el desayuno, Claudia y yo no paramos de mirarnos con sonrisas cómplices, ese día ya no se metía conmigo, pero no nos dijimos nada, fuimos al instituto y a la noche, nos fuimos a cama con unas enormes sonrisas, y como los otros días, esperamos a ir que nuestros padres dormían, y cuando empezamos a or ronquidos en su habitación, nos levantamos y nos sentamos en silencio sobre la cama, uno enfrente al otro, muy cerca, mucho más cerca de lo que nos solíamos poner, y ya no hubo las típicas conversaciones de cómo había ido el día,

(Claudia)-Vaya sueños que hemos tenido esta noche, verdad?

(Demian)-Sí, muy reales, me han gustado, ¿y a ti?

(Claudia)-No importa, es algo que no deberíamos hacer, no está bien, si nos descubren…. Menudo lío vamos a tener, recuerda que somos hermanos, esto está mal, no deberíamos…

Yo la estaba escuchando y asentía, pero no podía aguantar las ganas de volver a verla desnuda y lamerle todo su cuerpo, la miré a los ojos, mientras seguía hablando le empecé a soltar los botones de la chaqueta de su pijama, hasta dejar sus pechos al aire, no vi ningún signo de desaprobación en su mirada, y al empezar a acariciar sus pezones, ella para de hablar, tiene un largo suspiro, y me dice,

(Claudia)-Entonces,… ¿volvemos a soñar…?

Yo le asiento con un gesto, y entonces ella se quita la chaqueta del pijama y se tumba en cama, yo me pongo sobre ella y empiezo a lamer sus pezones, los chupo y los muerdo con cuidado y ella empieza a gemir, tiene que ponerse la almohada en la cara, noto como se van poniendo duros al lamerlos, pero yo lo que estoy deseando es lamer otra cosa… sigo besando por toda su barriga y llego al ombligo, y de ahí sigo bajando hasta su pantalón, iba a apartarlo con cuidado, pero ella levanta sus piernas y se quita el pantalón del pijama, separo con cuidado un poco sus piernas y empiezo a besar su pubis, pero ella levanta sus piernas y las abre de todo, me empuja la cabeza contra su coño y me dice, suplicando en voz baja,

(Claudia)-Por favor! házmelo con la boca, por favor, con la boca otra vez!!!

Yo no digo nada, es lo que estaba deseando hacer, pongo mi boca sobre su vagina ya sin apartar el pelo, y empiezo igual que la noche anterior, lamiendo todo de arriba a abajo, metiendo la lengua dentro de su coño, y en cada pasada parándome más en su clítoris, y de repente, noto su mano en mis testículos, la ha introducido por debajo de mi pantalón y me empieza a acariciar todo el paquete, eso me excita y me hace acelerar el ritmo de mi lengua sobre su clítoris, ella gime aún más y el flujo vaginal inunda mi cara, sale tanto que puedo volver a saborearlo sin esfuerzo, y al igual que la noche anterior, a los pocos segundos se tapa la cara con la almohada y vuelve a tener un orgasmo. Yo deseaba seguir lamiendo, pero me separa y la dejo recuperarse un poco, me quito el pantalón y me tumbo a su lado con mi polla erguida como un mástil, mientras pienso que me la va a chupar, pero en vez de eso, se levanta, va a su bolso y coge algo, no lo veo hasta que me lo saca de su bolsa, ¡es un preservativo!! Y sin decir nada, se pone a colocarlo en mi polla, mientras puedo apreciar la pasión desatada en su mirada,

(Claudia)-Muy bien, hermanito, te toca… quiero sentirte dentro de mí!!

Yo quedo asombrado, entiendo lo que me pide, no me lo podía creer pero estaba tan excitado que no digo nada y me pongo sobre ella, ella separa sus piernas, le sujeto una pierna con una mano para separarla bien, y con la otra, agarro mi polla y la llevo a la entrada de su vagina, empujo y le cuesta entrar, entonces empujo con un poco más de fuerza, puedo ver como empieza a entrar, me aprieta el glande, era una sensación estupenda sentir mi polla en su coño, pero ella me empuja atrás y se queja,

(Claudia)-Ay, ayyy!!!! Me duele, es muy grande, duele!!

Me doy cuenta que la voy a lastimar, así que me tumbo a su lado boca arriba y le digo,

(Demian)-Creo que es mejor que vayas a tu ritmo!! Prueba a hacerlo tú y lo controlas mejor

Al decirle eso, ella me mira y sonríe, se sienta sobre mí, me sujeta la polla con una mano y la vuelve a dirigir a su vagina, se deja caer muy poco, puedo notar como le entra, muy poco, pero aun así ella gime en una mezcla de dolor y placer, cierra los ojos y se muerde los labios, la saca y frota su vagina con el glande de mi polla, y sin parar de sostener mi polla con su mano, vuelve a dejar que entre otro poco, no puedo verlo pero creo que apenas ha entrado el glande, noto como mueve las caderas, primero a un lado y otro, como buscando el sitio, y luego empieza a subir y bajar su culo, muy poco a poco, ahora sí que puedo ir notando mi polla entrar y salir de su vagina cada vez más, pienso que tiene la vagina muy estrecha y cómo me aprieta la polla, pero estaba muy húmeda y se deslizaba sin problema, la miro y ella mantiene los ojos cerrados y los dientes apretados, se nota que le duele pero no para de moverse, sus gemidos aumentan con cada movimiento, no puedo identificar si son tanto de placer como de dolor, se sigue animando, pero me doy cuenta, ¡se pueden oír mucho!!, y justo ahí oigo un ruido en el pasillo y se me enciende la alarma en el cerebro, la hago parar y le digo en voz muy baja,

(Demian)-Mamá!

Ella se da cuenta, lo cierto es que estamos haciendo mucho ruido y con la excitación no nos enteramos, no tardamos ni medio segundo en meternos cada uno en nuestra cama y nos tapamos, no hay tiempo de vestirse, y nos quedamos inmóviles, haciéndonos los dormidos. Justo a tiempo, porque según cerramos los ojos escuchamos la puerta al abrirse y durante unos segundos, ¡pensamos que nos habían pillado!! Mamá nos habla en voz muy baja, desde la puerta,

(Mamá)-Demian, estás despierto?

(Demian)-Si, Mamá, ¡no puedo dormir, hace mucha calor!!

Contesto a mi madre, rezando mentalmente para que no se acerque y nos vea desnudos, mi cama está más cerca de la puerta, así que me levanto, así puedo tapar un poco a mi hermana, pienso que me va a ver sin mi camiseta de pijama, pero ya estoy así casi siempre, no me dirá nada, eso sí, tapando mi erección con la sábana, pero si ve a Claudia, que está desnuda de todo… menuda bronca nos espera, bufff!! y a ver cómo explicamos estar los dos desnudos….

(Mamá)-Ya lo sé, es insoportable esta calor, intenta quedarte quieto para quedarte dormido, ¡vas a despertar a tu hermana!

(Demian)-Sí, Mamá, me quedo quieto y no haré ruido…

Nada más decirlo cerró la puerta otra vez, nos quedamos inmóviles un buen rato, yo había quedado en una postura muy incómoda para que no me viera la erección, así que me giré un poco para ponerme de lado, y justo en ese momento Claudia me dice en voz muy baja,

(Claudia)-Shhhhh, espera, no te muevas aún!

Quizás no la oigo pero Mamá aún está fuera, así que le hago caso y me quedo muy muy quieto, así estamos otro buen rato, quizás 10 o más minutos, se me están haciendo eternos…  me duele la polla con esta erección a tope, me duelen los testículos y encima la polla me molesta con el preservativo puesto, me iba a masturbar, pero pienso, si cae semen en la cama será también peor, buff, tengo que hacer algo!! Estoy tan caliente que me estoy volviendo loco, no aguanto más… me levanto, bajo de mi cama y me pongo de rodillas en el suelo, al lado de la cama, si me masturbo aquí, aunque caiga algo luego podré limpiar el suelo y me aliviaré sin dejar rastro… pero cuando iba a empezar, vuelvo a ver a Claudia, estoy pegado a su cama, la sábana apenas la tapa, veo parte de su cuerpo desnudo y la excitación puede conmigo, aparto la sábana y ya la puedo ver toda desnuda, veo su sexo, la polla me arde con la escitación, no puedo más!! Ella sólo me mira, no me dice nada, la acerco hacia mí, sujetándola por la cintura, en ese momento ella dice,

(Claudia)-Sssshhhh, ¿qué haces? ¡Quieto, pueden oírnos!!

(Demian)-No, no nos oirán, ya se les oye roncar…

La verdad es que no oigo los ronquidos de mis padres, pero no aguanto más, no me importa, estoy tan caliente que no me importa si nos oyen, lo único que pienso es que necesito volver a penetrarla, quiero volver a sentir mi polla en su vagina, así que la pongo en el borde de la cama boca arriba y le separo las piernas, la cama era muy baja y al ponerme de rodillas en el suelo dejo la polla sobre su pubis, lista para la penetración. Ella está tumbada, me deja moverla sin oponer ninguna resistencia, cruzamos nuestras miradas, no dice nada… me quedo unos segundos mirándola a los ojos y me doy cuenta de nuestra situación, de lo que voy a hacer… me avergüenzo, bajo la mirada, veo mi polla sobre su pubis y la erección tan intensa que me duelen los testículos… la miro otra vez y pienso que no, que esto no está bien, y me acerco para disculparme … pero en ese momento, ella me agarra la cabeza con sus manos y me besa, me mete la lengua en la boca y empieza a jugar con la mía, yo hago lo mismo, no pienso ni un segundo que sea mi hermana la que me está dando un beso tan caliente, un beso largo, húmedo y apasionado, nuestras lenguas se pelean en el interior de nuestras bocas, buscando cómo llegar cada una al fondo de la boca del otro, pierdo el sentido del tiempo por la pasión del beso, hasta que poco a poco lo vamos aflojando, separamos nuestras bocas y me intento disculpar, pero ella me tapa la boca y me acaricia la cara,

(Demian)- Claudia, yo, yo, no, yo no….

(Claudia)-Ay, Demian, , mi niño, ¿qué haces, tontito? ¡Ahora no pares, fóllame!!, ¡fóllame ya!!!

En ese momento ella cruza sus piernas a mi espalda y me abraza, acariciando mi espalda, y con su abrazo un estremecimiento recorre todo mi cuerpo, mientras pienso, ¡ella lo está deseando, aún más que yo! Busqué la entrada de su vagina con la punta de mi polla, fui frotando despacio mi capullo por su vagina, mientras me concentro en ir despacio, Claudia vuelve a taparse la cara con la almohada, al frotar la polla sobre su vagina los gemidos vuelven, ahora amortiguados por la almohada, y al notar su vagina bien húmeda, empiezo a empujar un poco, me pareció que había ido despacio, pero en ese momento Claudia suelta un gemido de dolor y me pone sus manos sobre mis piernas, parando mi penetración, yo la saco y vuelvo a frotar mi capullo por toda su vagina, aunque noto que cada vez está más mojada, me digo a mí mismo, más despacio, más despacio, ve más despacio…

A los pocos segundos ella afloja sus manos sobre mis piernas, e intento volver a penetrarla, la meto muy muy poco, y muy muy despacio, no oigo sus gemidos, pero ella tampoco me vuelve a parar, miro mi polla y veo que ha entrado muy muy poco, apenas sólo tiene el glande dentro, así que me muevo despacio de un lado a otro, pero sin penetrarla más a fondo. Despacio, despacio, me sigo repitiendo. Sigo con el mismo movimiento y a los pocos segundos escucho sus gemidos, vuelvo a empujar un poco más, con pequeños movimientos y muy lentos, veo que casi ha entrado toda mi polla, pero sigo pendiente de seguir escuchando sus gemidos bajo la almohada, y pienso, muy bien, ¡esta es la clave para seguir!! Sigo con el mismo movimiento, sus gemidos suben de tono cada vez más, empujo otro poco, muy despacio hasta meter mi polla hasta el fondo, su coño estrechito aprieta mi polla y ella gime de placer con cada movimiento, empiezo a moverme más rápido, bombeo su vagina más profundamente y más rápido, en ese momento ella se quita la almohada de la cara y se muerde el puño, puedo ver su cara y sus gestos de placer, todos los gemidos que intenta ahogar y no lo consigue, ya estoy tan excitado que no puedo más y me corro, afortunadamente al correrme ella también para de gemir, de haber seguido seguro que nos hubieran oído otra vez… Me tumbo sobre ella, veo sus pezones todos erguidos y se los chupo, pero ella no me deja, me sujeta la cabeza, la cerca a la suya y me besa, unos besitos suaves, con dulzura y me dice,

(Claudia)-Demian, mi niño, te ha gustado? ya te has follado a una mujer, qué te parecido?

(Demian)-Joder, hermanita, me ha encantado, buf, es una pasada, increíble …

(Claudia)-Lo has hecho muy bien, hermanito, me ha gustado mucho…

(Demian)-A mi también, me ha encantado…

(Claudia)-Demian, mi niño, me has dejado a medias… quiero correrme yo también, házmelo con la boca!!

La verdad es que la idea me parece muy buena, me separo y en ese momento mi polla, ya toda floja, se sale de su vagina, me saco el preservativo y lo dejo caer al suelo, en ese momento pienso que no puedo olvidarme de recogerlo y limpiar antes de levantarnos, sobre todo, ¡no debo manchar la ropa de la cama! Claudia levanta sus piernas y las abre todo lo que puede, ¡jamás había visto su coño tan abierto y tan mojado!! Está muy excitada, el flujo no para de desbordar de su coño, la penetración ha dejado mojado todo su coño y todo su pelo púbico, y yo me esmero en lamer todo, pasando despacio mi lengua por toda su vagina, sin dejar ni una gota sin lamer, mientras pienso en lo delicioso que es el jugo de su coñito, y cuando acabo de recogerlo, aparto sus labios y me pongo a lamer su clítoris, me quedo pensando en que quiero que se corra enseguida, y le doy con tanta intensidad que no la dejo relajarse, ella queda mirándome, sorprendida por mi cambio de ritmo, yo sigo lamiendo mientras mantengo nuestras miradas cruzándose, la veo y pienso que jamás pensé que mi hermanita podía tener esos gestos de placer, sus gemidos suben otra vez de tono, se da cuenta de que busco hacerla correr ya y se resiste, su mirada es una mezcla de placer y súplica, me tira del pelo para apartarme de su coño, pero yo aguanto y en apenas unos segundos tiene un gran orgasmo, se muerde el puño pero ni así es capaz de tapar sus gemidos, me excita notar como la hago correrse, me pregunto que pasará si sigo lamiendo, así que sigo sin parar, ella me tira de los pelos con fuerza, pero sigo y sigo, y ella me suplica,

(Claudia)-Para, para, no, no sigas, no puedo más, por favor, para, para ya…

Esas súplicas aún me excitan más, está claro que lo estoy haciendo muy bien, no le hago caso y sigo lamiendo su coño más rápido, ella deja de tirarme de los pelos, se está dejando llevar por el placer, coge la almohada y se tapa la otra vez cara, apretando con las dos manos, mientras yo sigo, me aprieta la cabeza con sus piernas, me hace tanta fuerza que me lastima en las orejas pero sigo dando mucha caña a su clítoris durante unos segundos más, hasta que noto que sus piernas se estremecen, y tiene un gemido más largo y profundo que ninguno de los anteriores, es muy audible incluso con la almohada en la boca, está claro que se está corriendo otra vez, intento seguir lamiendo pero esta vez me hace tanta fuerza con las piernas que no puedo seguir, al parar ella afloja las piernas, y queda tumbada sobre la cama, con sus piernas temblando. Al verla así, quedo preocupado, ¿a ver si la he lastimado?, pero al momento veo su cara y no, no es en absoluto de dolor o malestar, todo lo contrario… Me tumbo a su lado, ella rodea mi espalda con sus piernas y me abraza, nos volvemos a besar, estamos un buen rato así, besándonos y acariciándonos, no decimos nada, sólo nos miramos y nos besamos durante unos minutos, luego nos vestimos y volvemos cada uno a su cama, y no me da tiempo ni a pensar, me quedo dormido al momento.

Aún hoy, recuerdo claramente aquella noche, aún puedo ver el cuerpo adolescente de mi hermana, aquellos pezones pequeñitos tan puntiagudos y duros, sus piernas retorciéndose al ritmo de mis penetraciones, su cara de placer, sus gemidos, mi polla entrando y saliendo lentamente de aquella vagina tan peluda, estrecha y húmeda, la maravillosa sensación de mi pene dentro de ella, ojalá hubiera aguantado un poco más y hubiera podido alargar aquel recuerdo. Mi hermana y yo hablamos unos días después de aquella noche como algo especial para los dos, aquella noche perdí mi virginidad, y aunque Claudia me lo negó y siempre me decía que ella no lo era, que ya se había follado a su compañero, yo creo que también fue su primera vez de verdad, su coñito era muy estrecho y la penetración fue difícil, para mí aquel coñito era virgen!!. Nuestra relación de hermanos no cambió, seguimos haciendo lo mismo, pero siempre tuvimos ese punto extra de confianza entre nosotros dos, siempre nos pudimos contar nuestros problemas con total confianza, y nunca hasta hoy, al menos por mi parte, había contado lo que pasó aquellas noches.

Al día siguiente volvimos a nuestro piso y no volvimos a dormir en la misma habitación, esas noches estuve tentado de ir de noche a su habitación, pero no me atrevía, no estaba seguro si ella querría repetir, y además teníamos mucho peligro si nos pillaban mis padres de noche en su habitación. Al cabo de pocos días, una tarde que estábamos solos en casa, los dos estábamos estudiando en nuestras habitaciones y mi madre vino a avisarnos que tenían que salir y que volverían a la noche, en ese momento pensé que tendría toda la tarde con mi hermanita, ¡los dos solos en casa!! Según se fueron, entré en su habitación, ella estaba en su mesa, como siempre estudiando entre montones de papeles, le pregunté una chorrada de mis apuntes, y mientras me contestaba, puse mi mano sobre su hombro, y lo empecé a acariciar, bajando poco a poco la mano hacia sus tetas, estaban fácilmente a mi alcance por su escote abierto, tapados solamente con una camiseta floja, típica de aquellas tardes de calor, la verdad es que no disimulé lo más mínimo mis intenciones, pero cuando me acercaba a sus pezones, con mucha delicadeza tomó mi mano y me miró,

(Claudia)- Demian, tenemos que hablar…

Aquella mirada, y sobre todo el tono de su voz, no presagiaban nada bueno…

(Claudia)- Demian, lo que pasó aquella noche… pues… fue un sueño, ¿de acuerdo? Fue un sueño, no ha pasado nunca, y no puede volver a pasar…

(Demian)-Yo…, lo siento, no, yo no… perdona, yo no quería molestarte …

(Claudia)-Sí, ya sé lo que quieres, los dos lo pasamos muy bien, y si te soy sincera, a mí también me gustaría, pero no está bien, somos hermanos… no podemos volver a hacer eso, ¿de acuerdo? Ya no somos niños, y eso no es un juego, ya ha pasado, pero lo debemos olvidar, como hablamos, sólo ha sido un sueño…

Retiré la mano de su pecho, y asentí con la cabeza, estaba excitado con la idea de quedar a solas con mi hermana, pero en mi corazón sabía que tenía razón, no estaba bien…

(Claudia)-No te preocupes, habrá otras chicas, y lo disfrutarás con ellas, igual que yo lo haré con el chico que escoja para compartir mi vida, pero no olvidaré nunca estos sueños, pero sólo eso, sueños… Y no debemos volver a hablar de esto, ni comentarlo nunca con nadie…

(Demian)-Lo entiendo, ¡tienes toda la razón! No es algo que debemos hablar a nadie… y yo, ¡te aseguro que nunca lo olvidaré!!

Ella sonrió al escuchar mis palabras, feliz de que estuviéramos de acuerdo, me tomó de la mano y me abrazó, estuvimos unos segundos abrazados… pero ya era claramente un abrazo de hermanos, los que siempre habíamos tenido, no era como los que tuvimos aquellas noches…

Pasaron los días, y las semanas, y varios meses, el curso se acabó y Claudia estaba buscando universidad para irse a estudiar, durante ese tiempo nuestra relación siguió igual, mantuvimos ese punto de confianza para contarnos las cosas, pero nunca, nunca, volvimos a hacer ni un sólo comentario sobre lo que pasó aquellas noches. Yo tenía claro que aquello había pasado, pero ya me parecía como si hubiera sido un sueño, como una fantasía que nunca fue real, ya estaba seguro que nunca volvería a tener sexo con mi hermana, pero me equivocaba, hubo una vez más, la última vez que lo hicimos, cuando menos lo esperaba volvió a pasar.

Aquella mañana Claudia había ido a mirar las notas de examen de acceso a la universidad, y a la hora de comer volvió entusiasmada, había visto su nota y podía estudiar Medicina, estaba tan feliz que no paraba de hablar, lloraba de alegría, nos besábamos y abrazábamos todos, era la ilusión de su vida y la había conseguido. Esa misma noche salió de fiesta con sus amigas, todas habían sacado buenas notas y querían celebrarlo, y Papá y Mamá me permitieron ir con ella y su grupo de amigas, a pesar de que era más joven, yo creo que en parte, me dejaron ir para que cuidara un poco de ellas. Lo mejor es que teníamos libertad para volver muy tarde, porque ellos iban a casa de mis abuelos, esa noche no estarían en casa, nos avisaron de que confiaban en nosotros para que no volviéramos muy tarde.

Aquella noche fue muy divertida, primero fuimos a cenar juntos, ya hubo muchas bromas, historias y chismes de los chicos y chicas de su clase, y después fuimos a varios locales de ocio nocturno, los típicos de la ciudad por aquella época, tanto Claudia como sus amigas no bebían, pero esa noche bebieron alcohol de más, no mucho, realmente sólo algo de vino a la cena y algunas cervezas o bebidas de baja graduación en los locales nocturnos, pero como no bebían nunca nada, había sido lo suficiente para estar más alegres, y sobre todo, bastante más desinhibidas, al principio solo eran algunas bromas y algún comentario subido de tono, de tipo sexual, primero entre ellas, hablando de otros chicos de su clase, cosas típicas de adolescentes. Recuerdo que hablaban entre ellas como si yo fuera una más del grupo, yo me reía de sus tonterías, incluso algo sorprendido de algunos comentarios muy subidos de tono, no pensaba que las chicas hablaran de esas cosas, incluso me preguntaban si había visto desnudos en los vestuarios a los chicos de su clase, claro que sí, en el instituto todos nos cambiamos juntos en los vestuarios, ¡preguntándome quien tenía la polla más grande!! En fin, nos reíamos mucho, pero según iban consumiendo el alcohol, empezaron a hacer los comentarios sobre mí, con preguntas muy pícaras, y alguna, ya directamente insinuaciones sexuales…

Llegamos a un local de baile, y como era el único chico del grupo, todas ellas me sacaron a bailar, y durante los bailes pasaron de tocarme el culo con disimulo, a directamente acariciarme la polla por encima del pantalón, ¡no tardé nada en empezar a empalmarme!! Y claro, al empalmarme, se notaba perfectamente en mi pantalón, ¡aún buscaban tocarme más!! Se lo dije a mi hermana, ella también había bebido, no me hizo caso, se rió y me dijo ¡que me apañara solito con ellas!!. Las oía hablar entre ellas, comentando como si fuera una competición, a ver cuál de ellas me ponía más cachondo, y con cual me iría primero, así que me dije, ¿ah si? Vais a ver…. así que también me aproveché, los besitos pasaron a ser morreos descarados, a tocarles el culo con disimulo, y a alguna, cuando ya me tocaba la polla, yo pasaba a sobarle las tetas, ¡y no protestó ninguna!! Cuando acabamos en aquel local de baile, era muy tarde, ya estaban cerrando, decían de ir otro sitio, pero las veía que estaban muy mal, ahora sí que todas se habían pasado con el alcohol, incluso mi hermana, ya ni se aguantaba de pie, así que les dije que era hora de irse a casa, estaban tan mal que aunque protestaron un poco todas aceptaron, así que nos levantamos, salimos y regresamos andando, las fui dejando en casa una por una, afortunadamente todas vivían muy cerca unas de otras, todos vivíamos en el mismo barrio, y no estábamos lejos de casa.

Lo mejor fueron las despedidas, antes de subir a sus casas, todas y cada una de las chicas se despidieron de mi con un gran beso en la boca, la mayoría sin meter la lengua, pero hubo un par de ellas que sí usaron la lengua y me dieron unos morreos bien intensos, y no sólo eso, sino que al besarme también me acariciaban el paquete con fuerza, como tratando de notar bien mi pene en erección, así que a esas dos también aproveché para tocarles las tetas sin disumulo. Y me fui pensando, joder, si estuviera sólo con ésta me la follaba!!

Al final, quedamos sólo mi hermana y yo, ella hacía rato que estaba tan borracha que no se enteraba de nada, habíamos ido sujetándola para poder andar, y yo tuve que seguir sujetándola igual hasta llegar a casa, iba tan mal que venía pensando que no podía dejarla en cama así, que tendría que desnudarla y ponerle el pijama, pero sobre todo, iba pensado en irme a la ducha a masturbarme, para bajar el calentón que llevaba, pero cuando entramos en el portal del edificio todo cambió, me abrazó y me miró, al principio pensé que era el alcohol, pero me fijé en su mirada … no era de estar borracha, todo lo contrario, sus ojos aparecían muy abiertos y totalmente lúcidos…

(Claudia)-Pobre Demian, mi niño, vaya panda de zorras que tengo por amigas, como se han pasado contigo? Bueno, tú tampoco lo has pasado mal, has tocado lo que has podido, cabroncete…

(Demian)-Pero, pero… ¿no estabas borracha???

(Claudia)-Ohhh, vamos, tontito, estabas tan ocupado tocando el culo a mis amigas… ¿has visto cuando he tomado la última cerveza? ¿crees que voy a emborracharme con dos cervezas? Sólo he bebido un poco…

Demian)-Pero… si veníais todas mal ….

(Claudia)- Ahhh, sí, claro, claro, las zorras de mis amigas sí que han bebido, y mírate tú, que educado y caballero, las acompañas a cada una hasta la puerta a su casita, pero no te cortaste en tocarles el culo y las tetas, ¿verdad?

(Claudia)-Mañana me voy a reír mucho de ellas, pero esta noche eres mío, quería volver contigo a casa lo más temprano posible, pero la noche se puso divertida, me hice la borracha para ver qué hacíais… con quien quería celebrarlo hoy es sólo contigo, tú y yo solos…

Yo estaba tan sorprendido que ni me moví, y nada más decir eso, me pasa su mano por el paquete, aún todo duro por la erección que llevaba toda la noche, y añadió, mientras me acaricia,

(Claudia)-Pobrecito mi niño, mira como te han puesto esas putas… Pero ahora eres mío, vamos a celebrarlo juntos…

Y sin decir nada más empezó a besarme, con mucha pasión, metiendo las lenguas todo lo que podíamos, mientras no paraba de acariciarme el paquete, yo no sabía qué hacer, me había pillado totalmente por sorpresa, pero sólo fueron unos segundos, la excitación acumulada de toda la noche pudo conmigo, y empecé a acariciarle el culo y las tetas por encima de la ropa, quería ver sus tetas, le solté los botones de la blusa y le bajé el sujetador, sus tetas quedaron a mi vista, empecé a chuparle los pezones, ella empezó a gemir, pero no perdía el tiempo, ya me estaba acariciando la polla por el hueco de la cremallera de mi pantalón, seguimos así en el ascensor, besándonos, yo un poco chupando sus tetas y ella masturbando mi polla, y así llegamos al piso, abrí la puerta rápido, Claudia con las tetas al aire y yo mi polla fuera y el pantalón por las rodillas, por si acaso, confirmamos en un segundo que nuestros padres no estaban en casa, y allí mismo en el pasillo de la entrada, según cerramos la puerta, Claudia se agachó y se puso a hacerme una mamada, muy intensa, metiendo mi polla todo lo que podía dentro de su boca mientras me acariciaba los testículos,

(Claudia)-Ummmm que buena está tu polla, esas putas te han puesto cachondo, eh, Demian, pobrecito mi niño!!

La mamada era muy buena, pero sobre todo yo estaba tan caliente de toda la noche excitado que no pude aguantar nada y me corrí, solté una enorme eyaculación con mi polla dentro de su boca, tanto que apenas pudo tragar todo el semen y se salió por fuera, su cara quedó cubierta de semen, y la fue lamiendo toda mientras se aseguraba que salían hasta las últimas gotas, y la muy cerda, cuando acabó de lamer todo, se levantó y se puso a besarme otra vez, la verdad es que luego lo pensé y qué asco notar con mi lengua el semen en su boca, pero en aquel momento estaba tan excitado que ni lo pensé, la sujeté por la cintura, la levanté en aire, y la llevé a mi habitación, la tumbé en cama boca arriba, mientras la ayudaba a sacar sus pantalones y sus bragas, nos quitamos la poca ropa que nos quedaba puesta, ella se abrió toda de piernas, dejando su coño todo abierto bajo mi vista, y me dijo,

(Claudia)-Vamos mi niño, ven y cómeme el coño, méteme la lengua bien dentro!!

Yo no lo dudé no un segundo y le separé aún más sus piernas, dejando su coño todo abierto delante de mí, y me llevé una sorpresa, ya no estaba peludo, lo había afeitado todo menos una pequeña tira sobre el pubis, ella vio mi cara de sorpresa, y dijo,

(Claudia)-Te gusta mi coñito así? Lo he arreglado para ti, te gusta???

Yo no dije nada pero sólo sonreí, ella también se rió y ya me puse a lamer su coño, como ya había hecho las otras veces, estaba muy mojada, mucho más que aquellos días atrás, y se notaba en el sabor de su coño, era diferente, no sabía si era por no tener pelo, pero se saboreaba mucho mejor, pero lo que más notaba eran sus gemidos, ahora ya no disimulaba nada, no se tapaba la boca ni se mordía el puño, gemía y gemía cada vez con más intensidad, pidiéndome más y más con cada movimiento de mi lengua, y cuando forcé más intensidad de mi lengua en el clítoris, sus gemidos pasaron a ser gritos, ahora estábamos con luz y podía ver claramente su pequeño clítoris y como se hinchaba bajo mi lengua, seguí a lo mío y ella no paraba de decirme guarradas, hasta que noté que se corría, por el grito largo que soltó, pero yo no paré, ella me tiraba del pelo para que sacara mi lengua de su coño, pero yo seguía, cada vez más intenso y más rápido sobre su clítoris, hasta que pude escuchar otro orgasmo, ella no paraba de gemir y me suplicaba parar pero no paré, es más, en vez de parar de lamer, le metí dos dedos por el coño, en ese momento ella gritó, y sus gemidos pasaron a ser enormes, me excitaba tanto oírla gemir así que seguí moviendo mis dedos en su coño y lamiendo su clítoris, hasta que tiene otro orgasmo, este mucho más intenso que los anteriores, tan fuerte que ya no puede hablar, sólo se oyen sus gemidos y sus piernas quedan temblando, en ese momento me separo, y me tumbo a su lado, acariciando sus pezones, que estaban todos duros e hinchados, y aún casi sin aire, me dice,

(Claudia)-Cerdo cabron, como me has puesto, que pasada, nunca me había corrido así, buf!!

Yo me río y empiezo a besarla, ella me corresponde con los besos, y quedamos sobre mi cama, desnudos, abrazados y acariciándonos, estuvimos así un bien rato, hablando de cómo había sido la noche, de sus amigas, de cómo se habían desmelenado siendo todas unas santas … Nos reímos, hablando de lo que dirán al día siguiente, así estuvimos un buen rato, y como nuestras caricias mutuas no habían parado, ella nota que mi polla vuelve a ponerse un poco dura, se acerca, y sin dejar de mirarme, me va lamiendo toda la polla, muy lentamente de arriba a abajo, durante unos segundos, y cuando ve que la erección es completa, mirándome a los ojos me dice,

(Claudia)-Vamos, Demian, mi niño, ¡fóllame!!

Yo no dudo ni un segundo, vuelvo a besarla, bajo mi mano a su vagina y empiezo a tocarla, ella sigue muy húmeda, la pongo boca arriba, le separo las piernas y me pongo encima, y con mi mano agarro mi polla y la voy dirigiendo hacia su vagina, puedo notar como entra poco a poco, ella gime y cierra los ojos pero no dice nada, yo muy excitado sigo pero trato de ir despacio, para no lastimarla, llego a hacer un par de penetraciones, muy lentas, cuando ella dice, mirándome con los ojos muy abiertos,

(Claudia)-Vamos, ¿qué haces? ¡más fuerte!! ¡Fóllame ya!!

En ese momento aparto mi mano, y empiezo a penetrarla un poco más fuerte y más rápido, ella cierra los ojos y empieza a gemir, sus gemidos aumentan con mis movimientos, cuando me mira y me dice,

(Claudia)-Mas, cabrón, más, ¡follame bien!! ¿Es que no sabes follarme más duro?

Yo me excito mucho más con sus palabras, así que le levanto de todo sus piernas, las pongo bajo mis hombros, y encima de ella empiezo a penetrarla con toda la fuerza que puedo, puedo notar que le está entrando muy dentro, ya no tengo nada de cuidado, empujo con todas mis fuerzas, noto como mis testículos la golpean en cada movimiento, entrando hasta el fondo, miro su cara y tiene ese gesto de placer extremo, no para de gemir y me clava las uñas en mi espalda, mientras sigue gritando,

(Claudia)-MAAAAASS, así, MAS, MAAAAAAAAASSSSS, si, siiiii, siiii, sigue, AAHHHH, AAAHHH!!!

A pesar de mi escasa experiencia, no sé muy bien cómo, pero estuve aguantando así un buen rato, Claudia no paraba de gritar y gemir, estuvimos así hasta que me corrí, en ese momento me quedé quieto, tumbado sobre ella, no sé si corrió también, pero aún estuvo gimiendo unos segundos, hasta que saqué mi polla de su coño, y el enorme chorro de semén que cayó de su vagina en ese momento, pensé que estábamos manchando la cama, pero no me importó!! Ella bajó sus piernas y volvimos a quedar abrazados sobre la cama, besándonos y acariciándonos sin parar.

Aquella noche no terminó así, se notaba que éramos jóvenes y teníamos mucho aguante, porque repetimos varias veces más, la verdad es que descansamos a ratos pero realmente no dormimos nada, pasamos follando el resto de la noche, tantas que al final ya no se me ponía dura ni con sus mamadas, y ella reconocía que le dolía el coño. Lo hicimos varias veces más en mi cama en varias posturas, luego en el baño de pie apoyados sobre el lavabo, para terminar por la mañana en la cocina follando y comiéndole el coño encima de la mesa mientras desayunábamos, ya no me importaba estar comiendo mi propio semen de su coño!! Después del desayuno, tuvimos el último polvo, a pesar de estar ya agotados, el mejor de la noche, juntos en la ducha, fue el más largo, aprovechamos para besarnos y acariciarnos sin parar bajo el agua, con más sexo oral ella consiguió otra erección, la última, que yo ya pensaba imposible esa noche, y supongo que por esa razón tardé mucho en volver a correrme, y ella supo sacarle partido a esa erección casi eterna, la follé en todas las posturas en la ducha, de pie los dos, colgada sobre mi cuello y agarrándola del culo, apoyada sobre la pared de la ducha, … hasta salimos de ducha y nos secamos el uno al otro aún con mi polla toda empalmada, ella se quejaba que ya tenía el coño dolorido, así que una última mamada con ella sentada sobre el vater y yo de pie consiguió mi última corrida con ella, la última de aquella noche, la última vez que me corrí en su boca, y la última que tuvimos nunca juntos. Ella mantuvo el semen en su boca un buen rato, saboreándolo con cuidado… como si supiera que sería la última vez que lo probaría. Fue una noche increíble, la mejor de mi vida, pero fuimos unos inconscientes, lo hicimos toda la noche sin preservativo y no nos importaba, lo hablamos luego de que pude haberla dejado embarazada y lo hubiéramos estropeado todo, incluido nuestro futuro, pero afortunadamente no pasó nada… Aquella fue la última vez que lo hicimos, ella se fue a la universidad y nunca volvió a vivir a casa, luego me fui yo a la universidad y tampoco volví a vivir allí, y aunque manteníamos el contacto, no se volvió a repetir, es más, ni siquiera nunca volvimos a hablar de ello.

Cuando nuestros padres fallecieron, y fuimos a casa a recoger las cosas que quedaban, los dos solos, ya muy maduros, ella una doctora en medicina, jefa de endocrinología de un importante hospital, casada y con tres hijos, entre ellos mi querido sobrino Demian y mi adorada ahijada Claudia, y yo ingeniero jefe de sistemas, recién divorciado por segunda vez y sin hijos, volvimos a recordar aquellas noches, nos reímos mucho recordando y hablando de dónde estarían ahora aquellas chiquillas a las que había metido mano toda la noche, me reconoció que solo había tenido sexo con dos hombres en su vida, conmigo y con su marido, es más, que mi semen era el único que había probado, nunca se atrevió a hacer sexo oral a su marido, también médico, ni cuando eran novios en la facultad de Medicina, era un chico muy a la antigua y no quiso arriesgarse. Por un segundo, pensé que ella quería repetir, por como le brillaban los ojos y me miraba cuando nos sentamos en la cama de mi habitación, la misma cama sobre la que habíamos follado sin descanso aquella noche casi 40 años antes, creo que si le digo algo lo hubiéramos hecho allí mismo otra vez, pero no quise ni plantearlo, creo que ya no era nuestro momento, y lo más probable es que hubiera estropeado aquel recuerdo, ese recuerdo que rememoro ahora mismo y me vuelve a excitar, tan vívido como si hubiera sido ayer mismo.