Sexo con una chica fácil Cogida por vagos

Sexo con una chica fácil Cogida por vagos

Sexo con una chica fácil Cogida por vagos

Mi nombre es Perla, soy de un estado del norte de México, la historia que estoy por contar es totalmente real

Me describo, tengo 23 años y recién egresada de la universidad soy una chica de 1.70 de tez blanca, cabello negro largo y unos ojos verdes muy normales, nada fuera del otro mundo, complexión atlética por todos los años que participé en el club de atletismo de mi universidad, tengo unos pechos pequeños pero se compensa con mi buen culo que trato de lucir siempre que puedo, unas piernas largas y marcadas por el deporte.

Esta historia comienza el verano del año pasado cuando aún habían restricciones por el COVID, trababa de evitar los gimnasios para evitar contagios pero salía a trotar por las tardes después del trabajo, que se volvió remoto gracias a la contingencia, el otro personaje de esta historia es un hombre de unos 40 años llamado michael, quien tiene un retraso mental en el que no entraré en detalles, a pesar de sobrevivir, vivía con su madre y no podía trabajar por su discapacidad que no le permitía razonar mucho.

Cierto día mientras hacía mi recorrido diario por el parque cercano había unos hombres que estaban realizando la limpieza del parque me miraban muy descaradamente mientras me gritaban cosas obscenas como que qué rico culo me cargaba y que me querían poner en 4 y llenarme la cara de leche creyendo que no los escuchaba por mis auriculares, pobres pensé yo, jamás podrían estar con una chica como yo, aunque para ser honesta me calento un poco saber lo que provocaba con tan solo usar ropa deportiva, de regreso a casa, vi a michael a lo lejos saludando y llamando por mi nombre, qué pena pensé yo, pero como su madre y la mía han sido amigas por años me acerqué a saludar y ver qué quería, empezó a balbucear como era característico en él y me pidió ayuda para poder instalar una app en su iPad, iba a hacer mi buena obra del día, creyendo que su madre estaba en casa accedí a pasar y ayudarlo, me sorprendió que la casa estuviera sucia y tuviera un olor un poco fuerte a orines, no puse atención y procedí a sentarme en su sofá para ayudarlo con la iPad, antes que nada quiero describirlo, es un hombre grande, 1.85, gordo pero sin llegar a lo exagerado, lentes con fondo de botella y con un aspecto descuidado y con un corte de cabello de lo más raro, con la típica barba de días.

se sentó frente a mi y procedió a verme de pies a cabeza, me sentí un poco incomoda y le pedí que me sirviera un vaso con agua, tardo bastante y procedí a instalar la app, la limpié un poco al ver que la cámara estaba manchada, tome una foto y abrí la galería y lo vi que me dejo sorprendida, eran fotos mías! De todos los días que salía a trotar, maldito loco pensé yo, le dire a su mamá, pero seguí revisando su galería en busca de más fotos, error, habia una foto suya desnudó pero lo mas impactantes era el tamaño de su verga, por lo menos 20cm y muy gruesa llena de venas, me quede embobaba viendo su miembro cuando apareció con mi agua, inmediatamente le reclame por las fotos que tenía mías, su cara era de lo más normal, como si no entendiera lo malo de eso, solo dijo:

-las necesito, por las noches no logro dormir y tengo que tocar mi miembro y tus fotos hacen que se me ponga dura como ahora.

baje la vista y parecía una carpa, su verga estaba a punto de explotar, me era imposible apartar la vista

-He visto en las películas como a las chicas les gusta comérselas (refiriéndose al porno) quiero que tú te coma las mía.

Y procedió a bajarse su sucio short, no llevaba ropa interior por lo que su verga salió como un resorte, era hermosa, tenía una gran cabeza rosa llena de semen preliminar, ancha y llena de venas, y se veía aún más grande que en las fotos, entonces reaccione, que estaba haciendo, una chicha como yo de buen cuerpo que muchos hombres deseaban, sentada en la sala del loco de la cuadra viendo su verga fijamente, me levante y trate de huir pero él me tomó por la cintura, era mucho más fuerte que yo y podía hacerme daño al no medir sus fuerzas, me pego a él y me dijo con su notorio balbuceo

-e e erees lo más bonito que veo, pa pa pareces un ángel.

Deje de forcejear el ver que era inútil, tomo mi mano y la llevo a su tronco que acaricie sin rechistar, era increíble la sensación que tenía de solo tocarla, estaba demasiado caliente y él tocó mi trasero de forma tierna y con miedo, le pregunté:

-De verdad quieres que le la coma?

Dije, con mi voz más tierna, el asentó con la mirada y procedí a poner un cojín en piso para hincarme, su olor era fuerte pero poco me importó, la acaricié un poco más y le di un beso en la punta, lamía de los huevos hasta la cabeza de ida y vuelta como si fuera el helado más delicioso, el gruñía de placer y me acariciaba el cabello y él rostro, abrí mi boca y procedí a darle la mejor mamada de su vida, apenas cabía una parte en mi boca mientras usaba mi lengua y le acariciaba sus testiculos, mire hacia arriba y estaba con los ojos de blanco y jadeando, me la saco de golpe y me levanto para darme un beso en la boca, me resistí pero al ver su cara de felicidad le devolví el beso, se sento en el sillón y me pidió que siguiera, ahí estaba yo entre sus piernas dándole la mejor mamada de su vida, la metía lo más que podía en repetidas ocasiones, la lamia y besaba con desesperación, mi boca ya estaba cansada y su verga llena de mi salivda así que empecé a masturbarlo y dijo:

-Déjame ver tus tetas.

Por alguna razón obedecí y quedaron al descubierto mis blancos pechos con su aurora rosa, movió una de sus grandes manos y las acarició solo para llevarse la mano a su nariz y olerla, me excite tanto que si me lo pedía follabamos en ese instante, continué masturbando y lamiendo, llevó sus manos a mi cabeza, supe que estaba por terminar así que me la metía a la boca, lo mire a los ojos y su cara era un poema, jamás creyó que en su vida tendría a una mujer como yo comiéndole la verga, empezó a convulsionarse y a correrse en mi boca, trague lo más que pude pero su leche era tanta que resbalo por mis carnosos labios y cayó en mis pechos, lo tragué toda, me encantaba su sabor y su espesor, tomo su verga y me la paso por toda la cara, imagino su satisfacción, use su verga para recoger el semen de mis pechos y tragarlo, para dejar limpio el miembro que tanto placer me había producido, acomode mi ropa, y pase a su baño para limpiar mi cara y mi boca, salí del baño y él seguía en el sofá recuperando el aliento, me agaché y le di un beso a su verga y uno a él en agradecimiento, le dije que si quería repetir ni una palabra de esto a nadie y que borrara mis fotos, el asintió con la cabeza como un cachorro obediente y me retiré.

Después del primer encuentro llegue muy agitada a mi casa, mi madre estaba en el comedor preparando la comida y me pregunto por qué estaba tan sudada, mentí diciendo que había decidido ampliar mi ruta para no perder condición, subí a mi cuarto y repase toda la situación, aún no creía como es que me atreví a hacer eso con Michael, una sensación de miedo recorrió mi cuerpo y decidí que lo mejor sería pensar con la cabeza fría por lo procedí a quitarme la ropa y darme una ducha, aún tenía restos de su semen seco en mis pechos, mientras enjuagaba mi cuerpo no pude evitar pensar en el tamaño de su verga y cómo sería tenerla dentro; “Tendría cuidado o me cojeria salvajemente? Habrá tenido sexo alguna vez? Podría guardar el secreto?” Estas preguntas me daban vueltas en la cabeza y no podía evitar estar caliente por lo que empecé a tocarme, frotaba mi parte íntima y con la otra mano pellizcaba uno de mis pezones mientras imaginaba cómo sería estar en 4 cojiendo en la sucia cama de Michael, saltar en su verga mientras me come los pechos, seguía frotándome y tuve un fuerte orgasmo.

salí de la ducha y me puse ropa cómoda y ligera, abrí mi laptop y revisé unos correos de mi trabajo, mi madre me subió la cena y me pregunto por mi día, le conté que después de correr ayude a Michael (no fue mentira) me dijo que era una buena hija por ayudarlo, (si supiera la ayuda que le di) después de cenar prendí la tv para ver Netflix y distraer mi mente , caí exhausta.

A la mañana siguiente me levante a las 7 am y decidí que debía ser más precavida y no correr riesgos con Michael por lo que quise cambiar mi rutina, saldría a correr por la mañana para aprovechar el aire fresco y no toparme con el, ese decía decidí usar un conjunto nuevo que consistía en un short más corto de lo habitual con un color llamativo, era morado y un brassier deportivo en color negro con una chamarra tipo rompe vientos, estaba por llegar al parque y noté que no traía mis audífonos, mala suerte pensé, me puse la capucha y procedí a calentar en una banca, mucha gente no había, una pareja de abuelos caminando, y un par de señoras realizando unos ejercicios.

estaba ajustando mi smart Watch cuando alguien me tocó el hombro y me dijo buenos días, era uno de los hombres de mantenimiento del parque que el día de ayer me había gritado obscenidades creyendo que no los escucha, era un hombre mayor de quizá 60 años, bajo como de 1.60, moreno con un cuerpo delgado y un cabello lleno de canas, ,con un bigote descuidado y barba poblada pude notar que le faltaban unos cuantos dientes:

Buenos días respondí

Me sorprende mucho verte a esta hora, es muy temprano para hacer suspirar a la gente mayor que sale a pasear

Le agradecí de manera nerviosa mientras seguía haciendo estiramientos y el viejo no perdía detalle. Le respondí que quería probar hacer ejercicio a esta hora para hacer rendir más el día, le pregunté por su compañero quien no se veía cerca

Ese viejo verde solo viene por las tardes, una excusa por qué cree que a esa hora vienen a pasear las jóvenes más hermosas, pero hoy se equivocó por qué tengo frente a mi a la chica más linda de todo el barrio, por cierto mi nombre es Bernardo; pero puedes decirme Don Bernardo, dijo mientras me daba la mano

Mucho gusto Don Bernardo, yo soy Perla

Me hizo gracia su comentario hacia su compañero por qué justo fue él quien dijo que le encantaría tenerme en 4.

Le dije que tenía que seguir con mi rutina o se me haría tarde, el respondió que seguiría con sus tareas más feliz que nunca por verme

Estuve alrededor de 45 min trotando cuando me dio sed, recordé que no traía mi botella con agua y la tienda más cercana aún no abría por lo que me camine hacia los baños que había en el parque para poder hidratarme cuando escuché al señor Bernardo dentro de su pequeño cuarto de mantenimiento llamar por teléfono.

Te lo digo cabron, esa putita está haciendo ejercicio ahora mismo, deberías verla, hoy se ve más puta, se le ven unas piernotas con ese short y un tremendo culazo, se ve que anda buscando verga y yo sé la daría con todo gusto, me encantaría probar su panocha y tener sus piernas en mis hombros.

Yo estaba sorprendida de que un hombre de su edad pudiera expresarse así de alguien que podría tener la edad de su nieta, pero algo se encendió dentro de mi, empecé a recordar la verga de Michael, escuchó ruidos así que fingí caminar hacia al baño y que no había escuchado nada cuando Don Bernardo salió de su cuarto, estaba lavando mi cara y bebiendo agua del grifo cuando escuché su voz

señorita Perla se encuentra bien? La veo muy pálida, debió afectarle venir a correr  tan temprano, déjeme ayudarla; dijo mientras ponía una mano en mi espalda baja cerca de mi trasero.

Estoy bien, me maree un poco, es todo; respondí sin quitar su sucia mano

Seguía acariciando mi espalda mientras decía

una chica linda como tú no debería exigirse tanto, eres bellísima y con todo respeto tienes un cuerpazo que cualquier hombre desearía tocar

Usted de verdad cree eso?; Pregunté con mi voz más tierna mientras lo miraba hacia abajo y pude notar un bulto en su entrepierna.

Así es princesa, tienes un cuerpo de diosa; dijo mientras bajo su mano descaradamente y tocó mi firme trasero

Inmediatamente retire su mano y le pedí que me dejara en paz, que yo no era esa clase e mujer, a pesar de ser más bajo que yo era más fuerte por lo que me tomo de nuevo de la cintura y con su otra mano tocó mi vagina y empezó a frotarla frenéticamente mientras yo me resistía

Yo se que andas necesitada de verga mi reina y yo puedo darte lo que necesitas, mira qué ricas nalgotas te cargas

Las tocaba desesperadamente mientras ponía mi mano en su verga, desabrocho su pantalón y salto su miembro, era una verga no tan larga de 15 cm pero era muy gruesa y negra como el, estaba llena de venas y le daba un aspecto muy peligrosa, no podía creer como esto me estaba sucediendo de nuevo, la calentura de nuevo había podido más que mi cabeza, me sujeto de la cintura y me guió hacia su pequeño cuarto, intento darme un beso pero me resistí

Ponte de rodillas putita, vas a sabotear una buena verga y aprender a no pasear con tu cara de engreída.

Lejos de ofenderme me sentía muy caliente, tome su verga y metí su glande en mi boca mientras la lamia como si fuera una rica paleta, metia su gruesa verga y la sacaba, use mi lengua para recorrerla de la base hasta la punta mientras me tenía bien tomada del cabello.

tranquila Perla que no me quiero venir sin antes probar tu rica panochita

Me recargo contra una pared y bajo mi short y mi tanga de encaje color negro mientras me daba una fuerte nalgada que me hizo estremecer, mis manos y pechos estaban pegados a la pared pero por alguna razón incliné mi trasero sin que me lo pidiera, quería hacerle la tarea más fácil, se inclinó detrás de mí y pude notar su gruesa lengua recorrer mi vagina hasta mi ano, sentí un escalofrío por toda mi espalda, separaba mis nalgas mientras lamía mi vagina con un nivel de maestría, el viejo tenía experiencia sin duda, yo estaba tan excitada por su lengua y por la situación en la que me encontraba que no tarde en llegar al orgasmo y caer de rodillas

Tienes un sabor delicioso Perla, eres lo más rico que he probado, ahora si vas a disfrutar de una buena cogida.

Le pedí que no lo hiciera, no traía condones y no quería quedar embarazada, el respondió que tampoco quería eso y que por suerte siempre cargaba uno en su cartera por si iba con alguna puta, bajo su pantalón y yo me acerqué a darle una mamada antes de que se pusiera el condón, lo hacía a un ritmo acelerado metiendo y sacándola de mi boca

Dios mío, sabía que te gustaba la verga, pero no tanto

Me levanto y me puso sobre una pequeña mesa que probablemente usaría para comer.

Mira nada más, la niña fresa qué pasea siempre con sus ropas finas ahora está sobre mi mesa abierta dé piernas esperando que me la coja

Yo no decía nada, pero cada palabra incrementaba mi calentura, metió su verga de una sola embestida y yo grité de dolor y placer, la dejo dentro unos instantes para proceder a hacer un mete-saca a un ritmo rápido mientras ponía mis piernas en sus hombros como le había contado a su compañero por teléfono, me saco el brasserie y me estrujaba y apretaba mis pechos mientras yo tenía otro orgasmo

Date la vuelta, quiero ver esas ricas nalgotas

Yo obedecí y levante lo más que pude mi trasero, mientras lo escuché hacer un gesto de triunfo, me clavo su gran verga mientras me tomaba de la cintura, yo gemía de placer escuchando sus gruñidos, ya no puedo más dijo después de 10 min cogiéndome y dándome nalgadas y me la saco, me hizo hincarme de nuevo y se quitó el condón, para lanzar unos potentes chorros hacia mis pechos y cara que trague con gusto, Don Bernardo se sentó en un banco cercano a recuperar el aire mientras decía

-Discúlpame Perla, ya tengo una edad y no puedo seguirte el ritmo.

Me acerqué a él y tomé su verga entre mis manos para darle una última mamada y dejarla limpia mientras él acariciaba mi rostro, le guiñe un ojo y me levante, me limpie con unos trapos que tenía cerca y le dije:

Don Bernardo esto fue un error y no puede volver a pasar, no le negaré que lo disfrute, pero no puede mencionarlo con nadie.

Mi reina, aunque lo intente nadie va a creerme que me comí a semejante mujer como tú, eres la mujer más bella con la que he estado y te agradezco esto, no tengo cara, pero me gustaría pedirte un pequeño favor.

¿Qué es?; pregunté intrigada

Déjame tu tanga, de recuerdo, la guardare bien y te juro que nadie sabrá de quien es

Me sorprendió, pero me pareció muy tierno por lo que accedí, me despedí una vez más y me retiré, esa fue la última vez que fui a ese parque y que vi a Don Bernardo por mi salud mental y seguridad decidí qué cambiaría mis hábitos y no volver a perder el control, o eso creía yo.

Era fin de semana, habían pasado siete días desde que el señor Bernardo me cogió, estaba tranquila porque me había convencido de no volver a verlo, pero seguía pensando en la cogida que recibí ese día y como disfruté, muy a pesar de la situación. Me inscribí en un gimnasio cerca de mi casa, mi rutina ahora consistía en levantarme temprano y hacer unos ejercicios en casa, desayunar y empezar a prepararme para ir al gimnasio, alrededor de las 7-8, llegué, de inmediato noté cierta preferencia de los monitores del gym hacia mí, por mi aspecto, que ya era lo que se considera fitness, hubo vario roces “accidentales” cuando me ayudaban con algún aparato, pero nada que provocara algo en mí.

Cuando mis días no era tan ajetreados, por momentos dejaba de pensar en Michael, más que en el tamaño de su verga, fantaseé varias veces en estar en su habitación comiéndole la verga, mientras él estaba recostado esperando el siguiente paso, cogerme; cierto día, regresando a casa después  de salir del gimnasio, noté que no traía mis llaves, por lo que llamé a mi madre, solo para enterarme que no estaba en casa, que había acudido a un evento de su trabajo y que tardaría en llegar, pero que pasara a su oficina si quería, la verdad estaba muy agotada, por lo que decidí subir a mi auto, escuchar música y leer mails mientras la esperaba, cuando noté que alguien estaba fuera de mi ventana, era Michael, con su típica cara de que no sabía qué estaba pasando, me preguntó por qué estaba ahí y no en casa, respondí amablemente que mi madre no llegaría hasta dentro de un rato y no traía mis llaves, él contestó que su mamá tampoco estaba.

-Va tardar un rato, fue a visitar a mis tías, y cuando sale con ellas regresa muy tarde y yo me quedo esperándola.

Pensé que quizá esta era mi oportunidad, le pregunté si quería que lo acompañara, que podía esperar con él, asintió con su cabeza y baje de mi auto, revisé que no hubiera nadie en la calle, que, al ser una zona privada, mucha gente no hay, lo seguí dentro de su casa y llegamos a su sala, la misma en la que disfruté mamando su verga, eso fue suficiente para provocar algo en mí, entonces él habló:

-Perla, me gustaría mucho que volvieras a hacer lo que me hiciste antes, no he dejado de tocar mi pene en las noches viendo tus fotos, vi más videos y quiero hacer lo que hacen ellos.

Que videos, pregunté yo, me dijo que estaba en su iPad, que lo siguiera para verlos, me dio la mano y caminamos por el pasillo que daba a su cuarto, para mi sorpresa estaba muy limpio y ordenado, solo había una gran cama al centro y un closet lleno de ropa casi idéntica.

Me invitó a sentarme en su cama y desbloqueé su Tablet, solo para enseñarme la típica página porno llena de anuncios, cada vez que daba click en un video, pude notar su desesperación al ver que el video no abría, por culpa de la publicidad y que no sabía cerrar las pestañas, lo tomé de la mano y lo tranquilice, tome la Tablet y cerré las páginas, le pregunté qué video había visto, eligió uno de una pareja amateur, donde ella estaba en ropa interior y le daba una mamada a su novio en el comedor, él la subía en la barra y comenzaba a cogérsela, para después ponerla de espaldas y recargarla sobre el refrigerador, para darle por atrás; tras unos minutos, ella se arrodillaba frente a él para comer su semen, mientras veíamos el video, él me acariciaba mi pierna, yo ya estaba húmeda por la situación de estar tan cerca de esa verga, su pantalón parecía que iba reventar, era muy notoria su erección, puse mi mano en su paquete y empecé a acariciárselo, mientras veíamos como la chica recibía una gran cantidad se semen en su cara, el video terminó y Michael volteó a verme para besarme, pensé en resistirme pero sabía que para él era especial, por lo que lo acerqué a mis labios y lo besé de manera tierna, aumente el ritmo y metí mi lengua en su boca, mordía su labio inferior mientras me ponía de pie frente a él.

Ese día estaba usando un conjunto tipo Mono, unas sandalias blancas y mi pelo recogido, acercó tímidamente sus manos a mi trasero y empezó a masajearlo, eran demasiado grandes y hacían ver, pequeño mi trasero, bajé ligeramente mis mangas para que quedara mi brasier a la vista, sus ojos estaban tan abiertos como no creyendo lo que estaba viendo, puso una de sus grandes manos sobre mi pecho derecho y lo acarició suavemente,  desabroché por completo el Mono y mis blancos pechos quedaron al descubierto, llevó suavemente sus manos, estaban frías, tocaban mi pezones, mientras yo lo besaba, lo separé un poco:

-¿Quieres probarlas? Adelante, usa tu lengua y recórrelas con ella.

Su lengua era gruesa y se sentía tan bien, llevé una de su manos de vuelta a mi trasero, yo revolvía su cabello mientas él seguía lamiendo mis pechos, terminé de desvestirme, él se puso de pie para hacer lo mismo, no recordaba lo alto que era, le baje su short y saltó su enorme verga, al mismo tiempo que quedaba de rodillas frente a él, le di un beso simulando un saludo y metí su glande, con ese líquido pre seminal a mi boca, era tan grande, lo tomé con mis dos manos y lo tocaba por todo lo largo, usé mi lengua para llenarlo de saliva y meter sus testículos a mi boca, su verga se restregaba en toda mi cara, se sentía tan caliente, besé todo el tronco y le daba pequeños chupetones, metía lo más que podía a mi boca, en esa posición no podía verlo a los ojos por su barriga, así que le pedí que se sentara.

Ahí estaba yo, una chica de buen cuerpo, semidesnuda, arrodillada entre las piernas de este tipo, usando mi boca para darle placer, pero él me lo daba más a mí, lo miré a los ojos y puse su mano en mi cabeza para que guiara el ritmo, puso su mano en mi mejilla y me miró a los ojos, la saqué y dije:

-Michael, ¿estás listo para lo que sigue? Tendrás que hacerme caso en todo momento, ¿ok?

Dijo que sí, inclinando su cabeza, me quité mi pequeña tanga de encaje, que hacía notar más grande mi trasero, tomé mi bolsa y saqué de ella un condón, que siempre tengo en caso de emergencia -ojalá que le quede- pensé y me arrodillé de nuevo para ponérselo, no sin antes recorrer su verga con mi lengua una vez más, pude ponerlo y le quedaba muy ajustado, sentí su incomodidad y le dije que era por nuestra seguridad.

Estaba loca por tener sexo con él, pero no lo suficiente para arriesgarme a quedar embarazada, me acomodé entre sus piernas, mis pechos quedaron pegados a él, e inmediatamente los llevo a su boca, era un gusto tremendo, subí mis rodillas en su cama, tome su verga con mi mano y la dirigí a mi vagina, que estaba muy húmeda, el solo roce me causaba mucho placer, poco a poco metí su cabeza y mi vagina empezó a adaptarse a ella, pero tenía que ir despacio, metí un poco más, y él puso una mano en mi trasero y lo apretó, metí la mitad de su verga y mis gemidos ya se hacían más notorios, pude sentarme en él y bajé lentamente hasta tenerla entera dentro de mí, era una sensación indescriptible, yo jadeaba mientras él tenía una mano en mi trasero y la otra tocando uno de mis pechos, me aferré a su espalda para que mi conchita se acostumbrara a esa gran verga, lo besé intensamente unos minutos e hizo lo menos esperado, puso sus fuertes brazos debajo de mis piernas y se levantó, yo estaba colgando de sus brazos con su cosa dentro de mí, me regalo un gran orgasmo, no creía lo que estaba pasando, seguramente lo vio en los videos, no pudo aprenderlo de otro lado.

Me subía  y me bajaba a un ritmo lento y sentía como sus huevos se estrellaban contra mí, ya entraba demasiado fácil, lo había llenado de mis jugos, me puso de nuevo en la cama y tomó mis piernas en sus hombros para seguir dándome a un ritmo suave, yo lo abracé con mis piernas y lo acerqué a mí para besarlo, no resistí mucho por su peso y le pedí que se acostara, él obedeció y  me metí su verga hasta el fondo, pegué un grito de dolor que se convirtió en placer en unos segundos, puse mis manos en su pecho y empecé a mover mi culo, lo movía a un ritmo infernal, ya estaba acostumbrada a su verga y ahora todo era placer, se sentó y empezó a morder mis pechos, yo lo tomaba del cabello mientras mi culo subía y bajaba, estaba tan caliente de escuchar como mis nalgas aplaudían contra su cuerpo… finalmente tuve otro orgasmo y me recosté en la cama, pero su verga aún estaba muy dura.

-Andi, ¿puedo intentar algo?

Yo asentí y él levantó mi trasero, que quedó empinado ante sus ojos, yo estaba aún más sorprendida por lo que lo incliné más, tomé su verga y apunte a mi vagina, métela fuerte, y así lo hizo, mi gran trasero estaba recibiendo por fin esa verga de la manera que más deseaba, estar en 4 en su cama, su resistencia era increíble, estuve recibiendo sus embestidas por 10 minutos cuando noté que bajaba el ritmo, volteé mi cabeza hacia él y le pregunté si ya iba terminar, me dijo que sí y lo acosté  de nuevo, lo besé y bajé lentamente a su verga para retirar el condón y chupar su verga, se notaba tan hinchada que la tomé con mis dos manos y comencé a masturbarlo, hizo un ruido de placer y metí su verga a mi boca para recibir su semen, tras varios chorros mi boca estaba llena, incluso caía por mis labios, lo tragué y recogí con mi lengua todo lo que dejé caer, limpié su abdomen y su verga para tragar los restos, él estaba exhausto, me le acerqué  y pregunté si le había gustado, su respuesta fue:

-Me encantó, nunca pensé que fuera a pasar esto.

-A mí también me gustó, pero recuerda que este es nuestro secreto.

Tomé mis cosas y caminé a su baño, tenía varias llamadas perdidas de mi madre, y un texto que decía que termino antes y ya venía a casa, me vestí rápidamente

-Michael, de verdad la pase muy bien contigo, pero esto no debes mencionarlo ni siquiera conmigo.

El me juró que no diría nada y honestamente, sabía que nadie le creería, me despedí de él, y salí de su casa, subí a mi auto y esperé a que llegara mi mamá:

– ¿Qué estuviste haciendo todo este tiempo?

-Nada mami, estuve escuchado música y chateando con mis amigas.

-Pues traigo la cena.

Entramos a casa y le ayude a preparar la mesa, comimos, mientras nos contábamos sobre nuestro día.

– Perla, mañana temprano necesito que me ayudes a entregar unos papeles en la oficina.

Yo protesté, pero me dijo que era importante

Subí a mi habitación y traté de pensar en mi encuentro con Michael, sabía que tenía que ponerle fin, pensé en cómo decírselo y decidí que lo correcto sería visitarlo en la tarde antes de irme al gym, le explicaría que, aunque no es nada malo lo qué pasó, no debía de repetirse nunca más, tomé una ducha, luego entré a la página porno que me mostró Michael, para ver de nuevo el video, imaginé que era yo quien era cogida en esa comedor, que mamaba esa verga y me quedé dormida profundamente

A la mañana siguiente, después de que me cogiera Michael, desperté a las 8 am con  los gritos de mi mamá, que me diera prisa para llevar sus documentos, me duché y elegí un vestido blanco porque estábamos en temporada de calor, unos tenis blancos que daban un toque más fresco, una mochila blanca en la que guarde los documentos de mi mamá y unos lentes oscuros, pedí un taxi por medio de WhatsApp y llegó rápidamente, le indiqué la dirección, que era la oficina donde trabajaba mi mamá, el encendió el auto y noté que no despegaba su mirada de mis piernas, me preguntó por qué avenida quedaba nuestro destino:

-No lo sé, pero déjeme buscar la ubicación en mi teléfono.

Él se detuvo y desbloqueé mi celular, siendo lo primero que se mostró: el video porno que había visto anoche antes de dormir, estaba roja de la pena, porque justo estaba la escena donde la chica está haciéndole sexo oral a su pareja y se oía el sonido de la mamada y los gemidos del chico, yo me moría de pena y cerré rápidamente la página, pidiéndole disculpas al chofer, su cara hizo una mueca como de satisfacción al ver lo que yo había estado buscando, rápidamente busqué la dirección de la oficina y se la mostré, pensé en pagar y bajar del taxi pero ya había encendido el auto, el trayecto fue de lo más incómodo, yo ya había notado como me miraba por el retrovisor

-Niña, ¿puedo hacerle una pregunta? (Yo me hice la pendeja y no contesté). Como hace uno para buscar ese tipo de cosas, la verdad ya hace tiempo que me separé y hace mucho que no veo nada de eso.

El chofer, que más tarde descubrí que se llama Miguel, era un tipo que topaba los 50 años, moreno y calvo, tenía una panza grande, probablemente por estar todo el día sentado en su auto, su cara era de pocos amigos, con una voz profunda y gruesa que intimidaba, su camisa blanca estaba manchada quizá de su desayuno, aunque no era grosero, sí llegaba a ser un poco desagradable, porque su taxi, que aunque no era viejo, sí estaba un poco sucio y en su estéreo traía la música más corriente que se podría escuchar, corridos, haciendo referencia a mujeres de forma grosera.

Tímidamente le respondí que tenía que acceder a internet y poner el nombre de la página.

-No mija, yo a esas cosas no le sé, mi teléfono es solo para llamadas, pero que te parece si me enseñas y hacemos lo del video, ¿eh?

Yo me quedé boquiabierta, ¡el taxista me estaba pidiendo que le hiciera una mamada!, todo fue tan de repente que solo alcancé a decirle que ya estábamos llegando a la oficina.

-Aquí te espero flaca, muchos taxis por aquí no pasan porque estamos en la avenida

-No es necesario señor.

-Insisto niña y mira, te propongo algo, si cuando vuelvas te sientas de nuevo en la parte de atrás, entenderé que no quieres nada, pero si te sientas aquí en frente, me mamas la verga ¿o qué?

Yo bajé rápidamente del taxi y entré a la oficina, llegué a recepción y le indique a la señorita que venía a dejar unos documentos de mi mamá, los recibió y me dijo que mi madre no estaba, me preguntó si podría llevarle unas cajas de uniformes que le habían llegado a mi a mamá, maldita sea mi suerte, pensé, no podría caminar o tomar otro taxi porque tendría que llevar esas malditas cajas.  Las cargué  como pude y esperé un poco a ver si se veía algún taxi, el chofer tenía razón, ningún taxi iba detenerse y él seguía esperando justo donde me dejó, pensé en decirle que me dejara en paz o lo acusaría, en ese momento mientras pensaba cómo salir de esa situación, recordé el video que me metió en este lío, recordé la mamada, la cogida sobre la barra y como la chica tragó todo el semen de esa verga, algo se prendió dentro de mí y comencé a excitarme, me encaminé hacia el taxi, con esas cajas grandes en mis brazos y procedí a abrir la puerta de atrás, dejé la cajas *Es ahora o nunca* vi como la cara del chofer cambio, de decepción a satisfacción cuando cerré la puerta  trasera y abrí la delantera para sentarme a su lado.

-Qué bien, mi reina, te juro que no te arrepentirás.

Y puso una de sus manos sucias en mi pierna marcada por el ejercicio.

Arrancó el auto y de inmediato se metió entre varios coches de manera imprudente, para alcanzar el semáforo en verde, me causó satisfacción que yo provocara que fuera a toda prisa al lugar donde me llevaría, de reojo vi su pantalón y se veía un bulto de buen tamaño, él lo notó y llevó mi mano a su verga.

-Ahorita vas a ver lo que es una buena verga güera, ponme el video otra vez.

El hecho de que me hablara y ordenara de esa manera, lejos de desagradarme me prendió más. Él veía la escena de cómo esa chica era cogida en la barra del comedor mientras gemía.

-Tú te ves más rica mami.

Y metió su mano debajo de mi vestido, un escalofrío recorrió mi cuerpo entero y apreté su bulto.

Llegamos a una colonia muy pobre, donde había demasiadas casas abandonadas, yo me asusté un poco, porque no estaba acostumbrada a visitar este tipo de zonas.

-Es la casa de un camarada, ahorita está en renta, pero como aún no la han ocupado, me deja sus llaves, aquí vamos a estar cómodos, mija.

Estacionó el auto en la pequeña cochera, bajó y vi su tremendo bulto, caminó a mi puerta y la abrió dándome la mano y teniendo una gran visión de mis piernas, mientras se mordía los labios, al acompañarlo vi que era más bajo que yo, me abrió la puerta de la casa y de inmediato me abrazó por la espalda besando mi cuello y frotando mis pechos, dándome un arrimón con su verga, volteé hacia él y nos besamos de manera intensa, nuestras lenguas peleaban y el me apretaba mi trasero.

-Estás riquísima mi reina, no vas a olvidar este día.

Me llevó hacia el único mueble que tenía, era un viejo sofá, me sentó y desabrochó su pantalón bajándolo junto con su calzón, para dejar a la vista su verga, no era tan larga, 15 cm. por lo menos, pero era muy ancha y morena como él, tenía una pequeña curva y una gran cabeza llena de semen preliminar, recogió mi cabello, acarició mi rostro y lo acercó a su pene, lamí su glande probado su semen, y la metí a mi boca, le daba pequeños lengüetazos, mientras bajaba los tirantes de mi vestido, llevó una de sus manos a mi pecho y apretó mi pezón, haciéndome pegar un pequeño salto de dolor, seguí recorriéndola con mi lengua y le daba chupetones en su gruesa verga llena de venas, estaba disfrutando esa mamada, bajé del sofá y me arrodille acelerando el ritmo.

-Qué bien la mamas, güerita, pero aguanta, que no me quiero venir aún, quiero tener esas blancas nalgas en mi cara.

Me recargó en el sofá y levantó mi vestido, bajando mi tanguita blanca, noté como la metió en la bolsa de su camisa y me dio un fuerte azote que disfruté mucho, acercó su boca a mi trasero y lamió mi ano, colocando sus manos negras en mi culo, lo lamía con maestría y bajaba hasta mi conchita, haciéndolo más placentero, yo estaba teniendo mi primer orgasmo empinada en ese sillón, mientas ese hombre me comía toda, se alejó un poco y de su cartera sacó un condón.

-Lo cargo por si me topo con una zorrita como tú, prepárate mi reina.

Me dio otro fuerte azote en el culo, de inmediato sentí como rozaba su verga en mi vagina y me la metió de un solo empuje haciéndome gritar de placer, jaló de mi cabello con su mano izquierda y con la otra me daba unas fuertes nalgadas, dejando mi trasero rojo, yo estaba extasiada recibiendo sus fuertes embestidas.

-Quien diría que para ser tan zorrita estarías tan apretadita mi reina.

Siguió así unos minutos más, yo ya tenía mi cara enterrada en el sofá, tras otro gran orgasmo.

-Enséñame como montas, verga querías entonces enséñame.

Me quite por completo mi vestido y lo lance al piso, le siguió mi brasserie y quede completamente desnuda ante el, se recostó en el sofá mientras jalaba su gruesa verga, me puse a su altura y le di un beso en la punta

-Me encarna mucho su verga señor.

-Es tuya mi amor.

Me senté en su cara y lamía toda mi vagina, su lengua daba movimientos en círculos, sabia exactamente donde y cómo hacerlo y yo tocaba y pellizcaba mis pezones.

-Si papi cómeme toda por favor.

Dio una palmada en mi trasero señal de que moviera.

-Qué rico sabes putita, tus jugos es lo mejor que he probado.

Recorrí el sofá hasta llegar a la altura de su pené, me froté con él y empecé a metérmelo suavemente pero él me tomo de los hombros haciendo que su verga entrara completa, pegue un grito de placer y me quede quieta disfrutando lo gruesa que era, empecé a moverme salvajemente de arriba hacia abajo, mis pechos rebotaban y el tenía una visión perfecta de ellos, subió una de sus manos para pellizcar mis pezones y su otra mano estaba bien aferrada a mi trasero, yo seguía saltando sobre el, el sonido de mi trasero estrellándose contra sus huevos me causaba gran satisfacción y placer, pensar que podía estar con el chico que quisiese pero estaba montando a ese gordo chofer hizo me mojará más, no podía con tanto placer y me deje caer sobre su gran barriga, él me abrazó tiernamente y comenzó a mover su verga, tenía de nuevo el control, acercó su dedo medio a mi boca que chupe como si fuera su pene y lo dirigió a mi ano, haciendo pequeños círculos sobre el y metiéndolo despacio mientras su verga seguía perforándome.

-Este culito va ser mío princesa y solo mío

-Si papi, todo mi cuerpo va ser solo tuyo.

Se detuvo y me ordenó levantarme del sofa, me tomo de la mano y me llevo a la cocina que estaba vacía, solo estaba la barra del desayunador, me levanto con sus fuertes brazos y me sento, abrió mis piernas y volvió a penetrarme, era un mete-saca a una velocidad tremenda que tuve que abrazarme de él para no caer, encaje mis uñas en su espalda y lo besaba

-Cojeme más duro papi, necesito tú verga.

-Es toda tuya perra, de ahora en adelante me vas a dar estas nalgotas cuando yo las quiera

Me recostó sobre la barra y puso mis piernas sobre sus hombros y me daba embestidas lentas pero profundas sacando y metiendo su miembro por completo.

-Eres la putita más apretada que me he cogido, pero eso se acabo, ahora cuando alguien más te coja te va sentir más ancha y me vas a recordar.

Me dio un par de embestidas más y me bajo de la barra

-Vamos mi reina, llego tú recompensa, si no dejas caer nada quizá te deje mamarmela de camino a tu casa.

Quite el condon y comencé a mamar como si fuera la última verga del mundo, succionaba su cabeza y el se masturbaba, se sentía aún más gruesa y saboree el primer chorro, era de ahora en adelante uno mis sabores favoritos, lleno mi boca de leche y sentía un poco salir por labios, al tenerla aún dentro de mi boca no tuve mas remedio que tragarlo, el seguía gimiendo y jalando su verga exprimiendo hasta la última gota, saqué mi lengua mostrándole que lo tragué todo.

-Fue la mejor mamada que me han hecho putita, pero no será la última.

Dijo mientras acariciaba mi rostro y me ayudaba a levantarme, tome mi vestido y mi bra caminando hacia al baño para arreglarme, saqué unas toallas húmedas de mi mochila para limpiarme y encontré un enjuague bucal en su baño que use para quitar el olor a su semen, el me esperaba en la puerta, me tomo de la cintura y me dio un tierno beso el cual correspondí rodeando su cuello con mis brazos, levantó mi vestido de la parte de atrás y manoseó mi firme trasero dándole un pequeño azote, salimos de la casa y subimos al coche, encendió el motor y nos dirigimos a mi casa, desde que salimos metió su mano debajo de mi vestido aprovechando que se quedó mi tanguita, cuando recibí una llamada de mi madre muy preocupada preguntándome por qué tardo tanto, culpe al tráfico y la tranquilicé diciendo que ya iba en camino y que llevaba sus nuevos uniformes, el sucio taxista seguía dedeandome y comencé a gemir.

-Que haces Hija? Te escucho muy agitada.

-No es nada ma, solo que estoy cansada y estaba bostezando.

El chofer aparcó de nuevo el auto y sacó su verga del pantalón, llevo mi cabeza a su verga y comencé a lamerla, chuparla y escupirle mientras hablaba con mamá.

-Hija está todo bien? Qué es ese ruido?.

-Ño es nada, el chofer tiene puesta la radio y hay interferencia, voy a colgar, ya no tardo

dije mientras me la metía toda hasta la garganta, tenia su mano en mi cabeza mientras sostenía un cigarro en la otra mano y yo disfrutando de esa gruesa verga, cuando escuché ruidos cerca, intenté levantarme y el puso mas presión en mi cabeza, me resigne a seguir mamando cuando escuché pasos cerca, de poco me importaba ya, estaba saboreando su miembro, quien sea que haya pasado tuvo una vista mía comiéndole la verga al taxista y de mi culo, sentí su descarga de nuevo en mi boca, seguía siendo abundante aunque ya había terminado una vez, lo saboree de nuevo y le di un beso a esa verga que tanto placer me había dado, tome asiento de nuevo y encendió el coche .

Antes de llegar a mi casa, me dijo que la próxima vez me cogería en el comedor de mi casa como en el video de nuevo, me dio su tarjeta y dijo que estaría dispuesto siempre a cogerme, me ayudó a bajar las cajas y se despedido de mí, entre a la casa y le di las pesadas cajas a mi mamá, subí a mi habitación y me puse mi ropa para irme a entrenar, hasta ahí me percate que toda mi ropa blanca estaba toda hecha un asco, pensé: ¡Pero valió la pena!

Esta historia ocurrió en mi último año de universidad, antes de Michael, el señor Bernardo y el taxista. Estaba en el turno matutino de 8 am a 2 pm, pero ese día me quedé a terminar un proyecto de la escuela con mis compañeros, siendo un trabajo final ocupaba que todos ayudáramos y que el trabajo quedara lo mejor posible, saliendo de la universidad, estaba lloviendo a cántaros por lo que pensé en pedir un Uber, pero no se reportaba unidad cercana a mi área y ya estaba oscureciendo, el proyecto se alargó y salí a las 7 pm, así que tomé el transporte público, tenía que tomar uno al centro y otro a mi casa, iba vestida muy normal, nada del otro mundo, jeans, mis tenis converse y una blusa de manga larga, con mi cabello arreglado con una coleta.

Cuando tomé el bus del centro a mi casa, se subió un tipo que conocemos en mi país como un cholo o pandillero, era alguien que tenía la fama de traficar drogas, que están siempre en peleas de pandillas, era un tipo alto, delgado, rapado y moreno, muy guapo, con unos ojos verdes, lleno de tatuajes, tenía incluso un par en la cara; yo iba sentada hasta la parte de atrás y él se sentó en la hilera de a un lado, sentí su mirada y me aferré a mi mochila por si trataba de asaltarme, pero cambió de lugar y se sentó a mi lado y me dijo: “hola niña qué linda eres, me llamo Agustín” tenía puestos mis audífonos y tenía algo de miedo y solo dije tímidamente que gracias, sin darle mi nombre, trató de sacarme platica: de dónde venía y qué escuchaba y bla blabla, y entonces el bus frenó bruscamente y quedépegada a él, mis pechos rozaron sus brazos, aunque era delgado se sentía que tenía fuerza, me acomode rápidamente y solo le pedí disculpas, el rio y dijo: no es nada, por mi puedes recostarte todo lo que quieras, ese rose y su actitud hizo que mis pezones se pusieran duros, se notaban incluso aún bajo mi blusa.

-Vaya, estás feliz de verme o quiere que cierre la ventana.

Yo no respondí, se levantó y cerró la ventana, su verga quedó frente a mí, los segundos que tardo en cerrarla, se sentó de nuevo y yo seguía igual.

-Ya veo que es por mí que se te pararon los pezones, pero no te preocupes, yo estoy igual, mira.

Volteé y tenía una gran erección que no pude evitar mirar, él puso una mano en mi muslo y lo acarició.

– ¿Cómo dijiste que te llamas?

– Perla, respondí.

-Pues Perla, veo que te gusta lo que ves, siéntela.

Y puso mi mano en su verga, era muy dura y se sentía muy larga y encima ese tipo era de lo más cabrón, su aspecto intimidaba, rapado y con ropa holgada, era alguien a quien jamás le habría dirigido la palabra, toqué su paquete y lo acaricie.

-Ya es nuestra bajada, vámonos.

Yo no estaba ni cerca de mi casa, pero lo seguí, me tomó de la mano, las caras de los demás pasajeros eran de “¿qué hace esa chica bonita con ese mal viviente?”

En cuanto bajamos me plantó un beso de lengua,increíble, mientras me tomaba bruscamente del trasero, besaba riquísimo y pude notar un ligero sabor a marihuana, me dijo que vivía a una cuadra, que no había nadie más que su hermano, llegamos y me empezó a besar y tocar mi culo, fue un gran preámbulo, yo ya estaba mojada de estar con ese tipo tan peligroso, que podía haberme asaltado, fuimos a su cuarto y se sentó en su cama.

-Ahora si Perla, veamos que puedes hacer.

Bajé su short, su verga era delgada y larga, empecé a devorarla, bajaba mi lengua por todo su tronco y huevos, él me la metía y sacaba como cogiéndome, me quitó la ropa y me dejó en tanguita solamente, me senté sobre él y nos besamos mientras tomaba mi culo.

-Me encanta cogerme a las güeritas mamonas como tú.

Me recostó y movió mi tanga, frotó su verga y me la metió despacio, yo lo abrazaba con mis piernas y brazos.

-Así Agustín, cógeme por favor papi.

Y empecé a gemir sintiendo como su verga se abría camino dentro de mí, puso mis piernas en sus hombros y me empezó a coger muy duro, tenía una gran potencia, no bajaba la velocidad y tuve mi primer orgasmo.

Él lo noto y me besó tiernamente.

– Perla, que apretada estás mi reina, te voy a dejar bien abierta.

-Si Agustín, no pares, quiero tenerte dentro, dame más duro por favor, se siente tan bien.

Me sentó en él y monté su verga, era asombroso, mi cuerpo se movía por inercia, bajaba y subía a un ritmo rápido.

-Espera princesa, estás haciendo mucho ruido.

Yo me había olvidado que vivía con su hermano ¿Y se entraba? ¿Sería capaz de coger con dos hermanos a la vez?

Puso música, yo no cabía de gusto, estaba teniendo orgasmos con un cholo en su cuarto lleno de grafitis, con música sobre drogas, él mordía mis pechos y me tomaba de mis nalgas haciéndolas saltar muy rico, no pude más, tuve otro orgasmo y me recosté en su cama.

-Aun no acabo princesa.

Me puso en 4 y me metió su verga de una sola embestida. Yo gritaba de placer escuchando sus huevos chocar contra mi trasero.

-Güerita que rico aprietas mi verga, ¿te gusta?

-Me encanta mi rey, párteme Agustín, no pares.

Me jalaba de mi cabello y me daba fuertes nalgadas, él se dejó caer y yo lo montaba dándole la espalda, se sentía bien estar sentada ahí, clavándome su verga mientras él me daba fuertes azotes, dejando mi trasero rojo, yo subía y bajaba mi culo al ritmo de su música, me dijo que ya se iba venir, después de más de 15 minutos, mi vagina me dolía un poco, pero estaba súper húmeda, me dejécaer y se subió encima mío, se quitó el condón y puso su verga en mi boca.

-Quiero ver esa cara bonita llena de mi semen.

Me llenó la cara de su leche y tragué el resto. Me limpió y se recostó a un lado mío.

– Perla que genial coges mi reina, no dejaría jamás de cogerte, estás preciosa y bien apretadita y ese culazo que tienes se merece una verga como la mía.

Le di un beso y me recargué en su pecho.

-Eres impresionante princesa, sabía que cogeríascomo loca, de seguro tus novios fresas no te cogenasí.

Yo estaba ida y solo tomé su verga entre mis manos, esperando que se pusiera dura de nuevo, estaba acostada en ese cuartucho con esa gran verga en mi boca, él acariciando mi cabello, lo escuché gruñir.

-Si perrita, sigue así, límpiala toda, mi amor, son tuyos.

Tragué todo, estuvimos recostados un rato más, sacó un cigarro y me dio uno, nos vestimos y me acompañó a su baño, me peiné mientras él me daba ricos arrimones, y me pidió mi número, se lo di y me pidió un taxi, me llevó a la salida y me abrió la puerta del auto, no sin antes darme un largo beso y apretar mi culo, la cara del conductor era de asombro, entonces recibí un mensaje.

-Mi reina, la pasé genial, te dejo un recuerdo, no te preocupes, ya lo eliminé, solo para que me recuerdes. Era un video de mi trasero saltando en su verga cuando estaba de espaldas a él, se veía y se oía muy rico, le respondí que yo también la había pasado bien y así termino la conversación. Me asusté cuando pude notar que el taxista se estaba sobando su verga.

Llegué a mi casa y subí inmediatamente a mi cuarto para darme una ducha y ponerme algo cómodo, volví a ver el video que me envió Agustín y me pareció increíble la manera en que me cogió y cómo yo le pedía más y más, mis pezones se pusieron duros de recordarlo, sabía que no sería la última vez que lo vería. Continué dándole formato al proyecto y a terminar la exposición, bajé a la cocina a cenar algo ligero,  porque el día siguiente sería muy pesado, así que dormí temprano, en la mañana siguiente decidí que volvería a tomar el bus.